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Eugenia Martínez de Irujo y su 'no boda' para tapar su (gran) metedura de pata
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se ha 'casado' en las vegas con narcís rebollo

Eugenia Martínez de Irujo y su 'no boda' para tapar su (gran) metedura de pata

La duquesa de Montoro no deja de sorprendernos. Primero su polémica con Alessandro Lequio por el mensaje sobre la tumba de su madre y ahora ¿se nos casa en Las Vegas?

Foto: El ejecutivo Narcís Rebollo y la aristócrata Eugenia Martínez de Irujo. (Gtres)
El ejecutivo Narcís Rebollo y la aristócrata Eugenia Martínez de Irujo. (Gtres)

Desde que inició su noviazgo con Narcís Rebollo, presidente de Universal Música para España y Portugal, los tiempos vitales de Eugenia Martínez de Irujo han estado marcados por la discreción. De vivir presionada por el interés mediático -como ella misma aseguraba- pasó a llevar una existencia con nulo interés informativo. Por fin había conseguido lo que parecía impensable hace unos años cuando sus romances varios o los desencuentros familiares marcaban la pauta en la casa de Alba.

Y cuando parecía que habían desaparecido los altibajos y vaivenes emocionales en su historial afectivo, la duquesa de Montoro se colocaba en primera línea de salida pública a través de dos situaciones cuando menos disparatadas, por no decir impactantes.

La primera: la traición televisada

El hecho sucede cuando envía un mensaje dirigido a Alessandro Lequio tomándose a risa las feroces críticas que este hacía al monumento que adorna el nicho de la duquesa de Alba, su progenitora, y se mofa de la cuestación popular para pagar el encargo. Un mensaje que Lequio leyó en directo en 'AR' y que supuso el enfado de su hermano Cayetano.

Foto: Alessandro Lequio.

¿Boda o 'teatrito' en Las Vegas?

Y la segunda situación resulta aún más llamativa. Eugenia publicaba una imagen en su cuenta de Instagram donde aparece vestida de Marilyn Monroe y su novio de Elvis Presley en Las Vegas (la pareja estaba en Estados Unidos porque habían acudido a la ceremonia de los Grammy latinos con el laureado Alejandro Sanz). La noticia publicada en 'LOC' no tendría mayor importancia si no fuera porque cumplieron con el rito de prometerse amor eterno en una pseudoceremonia civil.

Y así aparecen en la cuenta de Instagram de ella. De espaldas y en una amplia sala en la que el blanco destaca en su suelo y cortinas, el ejecutivo musical luce una peluca y gafas -además del traje típico blanco del rey del rock con pantalón y chaqueta acampanada- y pone su mano en la espalda de la hija de la duquesa de Alba, con el mítico vestido que la actriz llevó en la película 'La tentación vive arriba'.

Ciao privacidad

Esta decisión 'matrimonial' habría pasado desapercibida si no hubiera sido por la publicidad dada por la propia Eugenia, tan celosa de su privacidad antaño.
Por lo menos así había sido hasta este miércoles. Resguardar su intimidad ha sido siempre una de sus prioridades. Amistades y su propia familia que sabían de la historia por boca de la propia duquesa no dan mayor importancia a la puesta en escena de la 'no boda'. Ellos aseguran a Vanitatis que "es una broma, un teatrito. Muchas parejas que pasan por Las Vegas lo hacen. No tiene ninguna validez legal. Un divertimento. ¡Cómo se van a casar!", espeta una íntima de la duquesa a este medio.

placeholder El torero Fran Rivera y Eugenia Martínez de Irujo en su boda en 1998. (Gtres)
El torero Fran Rivera y Eugenia Martínez de Irujo en su boda en 1998. (Gtres)

Luz de gas

La cuestión era saber qué razones había contemplado la pequeña de la saga para dejar de ser invisible y convertirse otra vez en noticia. No la beneficiaba en absoluto y de ahí el buscar explicaciones. La lectura que hacen los que la conocen y así lo trasladaban a Vanitatis era que con el reclamo de la 'no boda' se distraía el foco de atención. Y esta distracción tenía que ver con el mensaje de aprobación que Eugenia envió a Alessandro Lequio cuando este arremetía en directo con la obra funeraria.

Si ponía en valor la ceremonia festivalera de Las Vegas como una posible boda, su mensaje poco apropiado pasaba a segundo término. Una buena opción que explicaría por qué veinticuatro horas después daba publicidad a esa foto vestida de la bella Monroe y Rebollo de Elvis.

Desde que inició su noviazgo con Narcís Rebollo, presidente de Universal Música para España y Portugal, los tiempos vitales de Eugenia Martínez de Irujo han estado marcados por la discreción. De vivir presionada por el interés mediático -como ella misma aseguraba- pasó a llevar una existencia con nulo interés informativo. Por fin había conseguido lo que parecía impensable hace unos años cuando sus romances varios o los desencuentros familiares marcaban la pauta en la casa de Alba.

Y cuando parecía que habían desaparecido los altibajos y vaivenes emocionales en su historial afectivo, la duquesa de Montoro se colocaba en primera línea de salida pública a través de dos situaciones cuando menos disparatadas, por no decir impactantes.

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