¿Qué es la crononutrición? La dieta que te ayuda a adelgazar según las horas del día, con las claves de Pablo Ojeda

¿Comer pendiente del reloj? Pues, aunque el siguiente enfoque de alimentación no sea tal cual, es cierto que la crononutrición nos hace estar atentos a las manecillas. Esta corriente emergente y sobre la que se ha pronunciado el nutricionista Pablo Ojeda, fusiona la cronobiología y la nutrición para optimizar la alimentación según los ritmos biológicos del cuerpo. Así, esta práctica no solo reconoce la importancia de lo qué comemos, sino también cuándo lo hacemos.

La cronobiología estudia los ritmos biológicos circadianos que regulan funciones fisiológicas y metabólicas a lo largo del día. “Regulan una variedad de funciones en nuestro organismo, incluyendo el metabolismo y la digestión” explica Ojeda al respecto. Por eso, la crononutrición aprovecha este conocimiento para adaptar la ingesta de alimentos a los momentos del día en que el cuerpo es más receptivo.

Y aunque el dicho ya habla de desayunar como un rey, comer como un príncipe o cenar como un mendigo, este enfoque va más allá y refiere la importancia de la merienda. En ese sentido, la crononutrición y Pablo Ojeda, en su condición de experto, sugiere que el desayuno sea abundante, el almuerzo sea equilibrado, la merienda sirva para recargar pilas y que la cena sea ligera, reflejando las variaciones naturales en el metabolismo diurno.

Pablo Ojeda destaca que la hora perfecta para que se produzca el desayuno es entre las 07:30 y las 08:30 am. Por su parte, “el almuerzo debe consumirse alrededor de 4 a 5 horas después del desayuno, siendo una hora genial las 13 o 13:30 pm”, señala. La merienda se recomienda aproximadamente 3 a 4 horas después del almuerzo y el experto lo toma como una forma de recargar las pilas para no llegar con mucha hambre a la cena. Por último, acuérdate de cenar 2 o 3 horas antes de dormir.

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Así mismo, uno de los principios fundamentales de la crononutrición es la consideración de la llamada ventana metabólica; un período de tiempo durante el cual el cuerpo es más eficiente en la absorción y utilización de nutrientes. Aprovechar esta ventana implica consumir alimentos ricos en nutrientes en momentos específicos, promoviendo así una mejor absorción y utilización por parte del organismo.

Además, este enfoque también destaca la importancia de la sincronización con los ritmos circadianos naturales. Esto implica respetar los horarios regulares de comida, evitando consumir alimentos fuera de las horas establecidas para mantener una coherencia con los ritmos biológicos internos y mejorar la salud metabólica.

Investigaciones recientes respaldan la idea de que la crononutrición puede tener impactos positivos en la gestión del peso y la prevención de enfermedades metabólicas. Al sincronizar la alimentación con los ritmos circadianos, se puede mejorar la sensibilidad a la insulina, reducir la inflamación y promover un equilibrio hormonal más saludable.

En conclusión, el enfoque explicado por Pablo Ojeda emerge como una disciplina que combina la cronobiología y la nutrición para optimizar la alimentación de acuerdo con los ritmos biológicos del cuerpo. Al considerar no solo lo qué comemos, sino también cuándo lo hacemos, podemos aprovechar la ventana metabólica y mejorar la eficiencia del cuerpo en la absorción de nutrientes.