Qué es el ecoísmo y cómo se diferencia del narcisismo, según los expertos
Las personas ecoístas son incapaces de manifestar sus propias necesidades y suelen volcar su atención en satisfacer las de los demás
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El interés por el narcisismo y los narcisistas parece no tener límites en el campo de la psicología y de las interacciones humanas, pero rara vez se presta atención al lado opuesto de este comportamiento, que no es otro que el ecoísmo. La mayoría de personas desconocen este término y el comportamiento que va asociado con él, pero se utiliza para describir a las personas que priorizan las necesidades ajenas por encima de las propias, temiendo expresar sus deseos por miedo al rechazo emocional.
Los ecoístas suelen evitar la atención de los demás y rechazan el protagonismo, características que contrastan con el comportamiento narcisista. Además, suelen enfrentarse a dificultades para establecer límites respecto a los demás y suelen culparse constantemente por su comportamiento y por su temor a generar molestias a los demás.
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A pesar de sus diferencias, los narcisistas y ecoístas pueden sentirse atraídos mutuamente. Mientras el narcisista busca monopolizar la atención, el ecoísta se adapta a este patrón, manteniéndose en un segundo plano y evitando el protagonismo. Ambas personalidades encuentran en esta dinámica una forma de satisfacer sus propias necesidades emocionales.
Curiosamente, los expertos apuntan a que un nivel moderado de narcisismo puede tener efectos positivos en la salud mental, ya que está asociado con una mayor resiliencia ante el estrés y una menor incidencia de enfermedades mentales.
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Por otro lado, el ecoísmo puede tener consecuencias negativas al limitar la capacidad de establecer relaciones saludables y expresar emociones, ya que este tipo de personas procuran matenerse siempre al margen sin expresar lo que sienten por temor a ser juzgados o a que los demás los vean como una molestia.
En lugar de afirmar categóricamente cuáles son los tipos de personalidad, y encuadrarnos en uno concreto, es vital reconocer que nuestro comportamiento varía según el contexto social en el que nos desenvolvamos.
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Este enfoque dinámico permite crear patrones de conducta a caballo entre el equilibrio emocional y la salud mental, ayudándonos a adaptarnos de manera más efectiva a las demandas de la vida cotidiana y asumiendo que nuestra personalidad está en constante evolución y viene determinada por factores sociales y educativos que no llegamos ni siquiera a percibir.
El interés por el narcisismo y los narcisistas parece no tener límites en el campo de la psicología y de las interacciones humanas, pero rara vez se presta atención al lado opuesto de este comportamiento, que no es otro que el ecoísmo. La mayoría de personas desconocen este término y el comportamiento que va asociado con él, pero se utiliza para describir a las personas que priorizan las necesidades ajenas por encima de las propias, temiendo expresar sus deseos por miedo al rechazo emocional.