Hay comportamientos cotidianos que, aunque parecen triviales, pueden dar muchas pistas sobre cómo somos en realidad. Un ejemplo claro es el gesto de fotografiar el lugar donde se ha aparcado el coche para luego poder volver a él de manera rápida y sin problemas.
La psicología afirma que este tipo de comportamientos responden a estrategias claras de planificación por parte de las personas que los llevan a cabo. Esta mentalidad previsora responde al patrón de querer anticiparse a los problemas sin tener que improvisar soluciones para resolverlos. Este tipo de comportamiento es típico de personas organizadas, exigentes, eficaces y resolutivas.
Toda una estrategia de planificación. (Pexels)
Otro rasgo característico de personalidad de aquellas personas que fotografian el lugar donde han aparcado el coche es su memoria fotográfica y su preferencia por el aprendizaje visual. Este tipo de personas prefieren las imágenes a las palabras a la hora de recordar.
Este estilo cognitivo se traduce en una habilidad para captar y recordar señales visuales de forma eficaz, facilitando la toma de decisiones rápidas y reduciendo la dependencia del lenguaje verbal.
También tiene que ver con la necesidad de control y de anticiparse a los problemas. (Pexels)
Este comportamiento también puede estar vinculado con una necesidad de controlque surge del miedo a perder algo. La necesidad de controlar todo lo que sucede a su alrededor es otro de los patrones que los psicólogos identifican con este tipo de comportamientos. Esta respuesta se traduce en una acción preventivaque ayuda a mantener la calma y evita situaciones estresantes.
En definitiva, ese gesto tan simple como sacar una foto en el lugar donde hemos aparcado, puede indicar que estamos ante una persona que valora la planificación, se apoya en lo visual para organizarse, es eficaz en la gestión de su tiempo y ha aprendido a gestionar sus inseguridades con soluciones prácticas. Lejos de recibirse como un signo de obsesión, este comportamiento se trata de un recurso funcional que facilita el día a día al combinar previsión, eficiencia y calma.
Hay comportamientos cotidianos que, aunque parecen triviales, pueden dar muchas pistas sobre cómo somos en realidad. Un ejemplo claro es el gesto de fotografiar el lugar donde se ha aparcado el coche para luego poder volver a él de manera rápida y sin problemas.