Santiago Buompadre, psicólogo, sobre dejar el tabaco: “La exhalación lenta, como la que se hace al fumar, es una forma simple y efectiva de activar el nervio vago”
En el arduo camino de la deshabituación tabáquica, contar con una herramienta sencilla y al alcance de la mano para manejar los picos de ansiedad es invaluable
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Abandonar el tabaco es un desafío inmenso que va más allá de la fuerza de voluntad, enfrentando a menudo una ansiedad abrumadora. Sin embargo, Santiago Buompadre, psicólogo, señala una herramienta sorprendente y accesible que puede ayudar a mitigar esa tensión: la propia técnica de respiración que, paradójicamente, se usa al fumar.
Para quienes han fumado durante años, el acto de encender un cigarrillo no solo representa una adicción a la nicotina, sino también un ritual, una pausa, y para muchos, una forma (errónea) de gestionar el estrés. "Durante muchos años usé esta técnica para ayudarme un poco, solo un poco, pero efectivamente, a bajar la ansiedad que produce dejar de fumar tabaco", comparte Buompadre, quien fue fumador durante tres décadas y logró dejarlo hace casi siete años.
La clave, según el psicólogo, reside en el poder de la respiración lenta. "La exhalación lenta, como la que se hace al fumar, es una forma simple y efectiva de activar el nervio vago y promover la relajación, la reducción del estrés y el bienestar general", explica Buompadre.
El nervio vago es un componente fundamental del sistema nervioso parasimpático, responsable de las respuestas de "descanso y digestión" del cuerpo. Cuando se activa, ayuda a calmar el organismo, disminuyendo la frecuencia cardíaca, reduciendo la presión arterial y atenuando la sensación de ansiedad.
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Esta conexión es crucial. Aunque el acto de fumar es nocivo por sus componentes químicos, la forma en que se inhala y, sobre todo, se exhala el humo, imita un patrón de respiración profunda que, por sí mismo, tiene un efecto calmante sobre el sistema nervioso. Al dejar de fumar, el cuerpo pierde ese "ritual" y esa activación indirecta del nervio vago, lo que puede intensificar la ansiedad.
Buompadre enfatiza que esta técnica de exhalación lenta no es, por supuesto, la única solución para dejar de fumar, ni un sustituto de un proceso integral de abandono. "No dejé solamente por hacer este ejercicio, claro que no, pero fue de gran ayuda", aclara.
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Abandonar el tabaco es un desafío inmenso que va más allá de la fuerza de voluntad, enfrentando a menudo una ansiedad abrumadora. Sin embargo, Santiago Buompadre, psicólogo, señala una herramienta sorprendente y accesible que puede ayudar a mitigar esa tensión: la propia técnica de respiración que, paradójicamente, se usa al fumar.