Las 4 claves para empezar a correr sin poner en riesgo tu salud
Cuando llega el buen tiempo, correr a primera hora de la mañana se convierte en una opción ideal para hacer deporte. Pero, si acabamos de empezar, debemos ir con precaución
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Salir a correr es uno de los ejercicios más completos y accesibles para quienes buscan mejorar su salud física y mental. Pero dar los primeros pasos —literalmente— puede convertirse en un reto si no se hace con cabeza. Por eso, si estamos pensando en iniciarnos en el running o retomar la rutina tras un parón, hay ciertos consejos que pueden marcar la diferencia entre una experiencia positiva y una lesión evitable.
Uno de los errores más comunes es intentar correr como si lleváramos años haciéndolo. Forzar el cuerpo solo conduce a molestias y frustración. Lo ideal es comenzar con sesiones cortas, alternando caminata y trote, y aumentar la intensidad de forma progresiva. No se trata de correr rápido ni mucho, sino de crear una base sólida. Si nuestro cuerpo nos pide parar, debemos escucharlo sin culpa. Asimismo, nuestros pies son los que van a sostener todo el impacto, así que no vale cualquier calzado. Unas zapatillas adecuadas, con buena amortiguación y adaptadas a nuestro tipo de pisada, son una inversión clave. Además, llevar ropa transpirable nos ayudará a sentirnos más cómodos y evitará rozaduras innecesarias.
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El tercer consejo es, aunque parezca muy obvio pero muchas veces se olvida, calentar antes y estirar después. Dedicar unos minutos al calentamiento ayuda a preparar músculos y articulaciones para el esfuerzo. Asimismo, después de correr, estirar suavemente es fundamental para recuperar y prevenir molestias. Este pequeño ritual reduce el riesgo de lesiones y mejora tu rendimiento con el tiempo. Por último, establecer una rutina semanal es importante, pero no hace falta correr todos los días. Dos o tres veces a la semana pueden ser suficientes al principio. Lo fundamental es mantener la motivación sin exigirnos más de la cuenta. Algunos días saldrás con ganas, otros no tanto… y eso también forma parte del proceso.
Correr puede convertirse en un hábito que nos acompañe durante años si lo hacemos con sensatez. Más allá de los beneficios físicos, muchos corredores destacan cómo este ejercicio les ayuda a desconectar, liberar tensiones y conectar con su bienestar. Así que si estás pensando en calzarte las zapatillas, hazlo con calma… y disfruta del camino.
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