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Matilde de Bélgica coloca a Elisabeth en primera línea de la agenda real
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la ha acompañado a un acto de danza clásica

Matilde de Bélgica coloca a Elisabeth en primera línea de la agenda real

Como toda una madraza. De ello ejerce la reina belga durante muchos de los actos oficiales en los que, cada vez más, es habitual verla con su primogénita

Foto: La reina Matilde y la princesa Elisabeth durante el concurso (Gtres)
La reina Matilde y la princesa Elisabeth durante el concurso (Gtres)

Como toda una madraza. Así se comporta la reina Matilde de Bélgica durante muchos de los actos oficiales en los que es habitual verla con su primogénita, la princesa Elisabeth. En esta ocasión, la pequeña acompañó a su madre a una cita imprescindible con la final de la ‘Genée International Ballet Competition’, celebrada en Amberes. Su madre, amante del ballet y de la danza clásica, quiso que la niña estuviese con ella a la hora de presenciar uno de los concursos más antiguos del mundo.Las dos fueron recibidas con sendos ramos de flores por los componentes del ballet.

En el país belga los ciudadanos son conscientes del protagonismo que ha cobrado la pequeña Elisabeth desde que sus padres llegasen al trono en el mes de julio del año pasado. Al encabezar la línea sucesoria, es bastante frecuente ver a la niña, que tiene 12 años, en actos oficiales acompañando a sus progenitores. Nada que ver con el perfil bajo que mantienen Gabriel, Emmanuel y Eleonore, los hijos más pequeños de los nuevos reyes de los belgas.

Infancia amenazada

Nacida el 25 de octubre de 2001, Ia también llamada Isabel de Bravante fue bautizada el 9 de diciembre de ese mismo año en la capilla del castillo de Ciergnon. Abolida la Ley Sálica una década atrás, Elisabeth pasó a ocupar el primer puesto sucesorio cuando su padre fue coronado rey de los belgas el 21 de julio de 2013. La niña estudia en el Slint-Jan Berchmanscollege de Bruselas y es bien reconocida su timidez entre sus compañeros de pupitre.

El pasado mes de diciembre una amenaza de secuestro perturbó la tranquilidad de sus padres, que leyeron, a través del diario Le Derniere Heure el siguiente mensaje: “Voy a secuestrar a la princesa Elisabeth. No es una broma”. La carta, con referencias nazis y alusiones racistas a los inmigrantes, no evitó que la niña siguiese con su vida normal, pero los reyes se preocuparon de reforzar el dispositivo de seguridad en torno a ella.

Ahora, Matilde de Bélgica empieza a mostrar en público a su hija, consciente de lo importante que será su posición una vez llegue al trono. Ella, con su media sonrisa y su mirada tímida, no parece ser consciente aún de que, pasados los años, los ojos de una Europa cada vez más antimonárquica se posarán sobre ella.

Como toda una madraza. Así se comporta la reina Matilde de Bélgica durante muchos de los actos oficiales en los que es habitual verla con su primogénita, la princesa Elisabeth. En esta ocasión, la pequeña acompañó a su madre a una cita imprescindible con la final de la ‘Genée International Ballet Competition’, celebrada en Amberes. Su madre, amante del ballet y de la danza clásica, quiso que la niña estuviese con ella a la hora de presenciar uno de los concursos más antiguos del mundo.Las dos fueron recibidas con sendos ramos de flores por los componentes del ballet.

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