Exclusiva: La infanta Cristina, una madre más entre el público viendo a su hijo Pablo

El próximo 18 de junio se cumple un año desde que Iñaki Urdangarin ingresara en la prisión de Brieva. Durante este tiempo, la infanta Cristina ha tenido que asumir el papel de padre y madre, compaginarlo con su trabajo como directora del Área Internacional de la Obra Social La Caixa y con las visitas a su esposo en Ávila. Es fácil ponerse en su lugar e imaginar los malabarismos que conlleva vivir así, más allá de cualquier consideración. Hasta no hace mucho no había encontrado el momento de desplazarse hasta Hannover para poder ver a su hijo Pablo Urdangarin jugando en vivo y en directo.

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El joven ha fichado esta temporada por el TSV Hannover Burgdorf, uno de los clubes más prestigiosos de la liga de balonmano alemana. Pablo juega en uno de los equipos de la cantera, el sub-19 (aunque él apenas ha cumplido los 18 años) y está firmando una temporada "bastante buena", donde cada vez tiene más minutos para jugar. Hasta que la revista 'Semana' desveló su fichaje, no se tenían noticias de las ambiciones deportivas del segundo hijo del matrimonio Urdangarin Borbón, más allá de las ocasiones en que había acompañado a su padre a ver algún partido en Barcelona. "Será de gran ayuda esta temporada en la banda derecha", dijo el club cuando anunció su contratación.

La hermana del rey Felipe VI se mostró como una madre más, amarrada a su móvil y sin parar de tomar fotos y vídeos a su hijo. Peinada con una coleta y vestida de manera informal, Cristina de Borbón no recibió ningún trato de favor a su llegada a las gradas, donde permaneció de pie la mayor parte del tiempo, en la zona más alta del recinto, quizá para que no la reconocieran. Solo la acompañaba en esta ocasión un miembro de su equipo de seguridad.

Muy inspirado

Según uno de los presentes en aquel partido, la Infanta estuvo "muy simpática" y perfectamente natural. Nada hacía sospechar a los demás espectadores que la mujer que estaba a su lado animando a su hijo era la hermana del Rey de España. "No es normal que venga a los partidos, de hecho creo que fue la primera vez que vino a ver a su hijo Pablo en acción", explican fuentes solventes.

Aquel día, además, Pablo Urdangarin estuvo especialmente inspirado, quizá espoleado por la presencia de su madre en las gradas. "Pablo fue uno de los mejores jugadores, metió cuatro goles y aportó mucho a la victoria de su equipo. Su madre, Cristina, vino con su guardaespaldas y estuvo absolutamente normal, muy simpática". La Infanta disfrutó de lo lindo, animó a su hijo y pudo compartir con él algunos momentos después de que acabara el partido. Desde que fichara por el club de balonmano alemán, Pablo abandonó el domicilio familiar en Ginebra para mudarse a Hannover, donde vive en una residencia para deportistas.

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Hasta ahora, solo había constancia pública de otro espectador de lujo en las gradas de Burgdorf: Juan Urdangarin, el primogénito de Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin. El joven, que estudia en Inglaterra, se desplazó a finales de año a Hannover para apoyar a Pablo en uno de sus partidos más disputados. Los que no han acudido aún a verle han sido sus abuelos, los reyes Juan Carlos y Sofía, quizá para evitar una excesiva atención pública sobre el jugador, que está dando sus primeros pasos en el balonmano profesional.