Los padrinos (españoles) de Pablo Urdangarin en el balonmano
Una de las estrellas de su nuevo equipo es el hijo de Valero Rivera, descubridor y amigo íntimo de Iñaki Urdangarin. El consuegro de Rivera era el entrenador hasta este verano
Hace unos meses, los primos Borbón bromeaban entre sí. Victoria de Marichalar alababa los méritos deportivos de su primo Pablo Urdangarin y le animaba para que fuera a los juegos olímpicos. “Lo próximo es ir a Tokio”, decía la hija de la infanta Elena al hijo de la infanta Cristina, nos cuenta una persona de su máxima confianza. Es el sueño de Pablo Urdangarin: jugar en la selección española. Y va camino de lograrlo, como hizo su padre,Iñaki Urdangarin.
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Porque los sueños están para intentar cumplirlos, y eso los Urdangarin lo saben muy bien. Aunque las cosas se tuerzan, ellos siguen en la lucha. En esas está, decíamos, en el HBC Nantes, uno de los mejores equipos de la liga francesa de balonmano. “Es muy bueno y hace dos años jugó la final europea”, nos avisa una persona de la familia muy entendida en este deporte.
Una de las estrellas de este equipo es Valero Rivera Folch, conocido como Valero Rivera júnior en contraposición a su padre, Valero Rivera, legendario entrenador del Barça y de la selección española de balonmano. Y amigo íntimo de Iñaki Urdangarin. Tan amigo que cuando todos se escabulleron de su lado al ser imputado por el caso Nóos, uno de los pocos que quedaron al pie del cañón fue Rivera. Suya fue la idea, incluso, de fichar al marido de la Infanta como segundo entrenador en Catar en plena tormenta mediática y judicial. La maniobra fue descartada por la Casa Real.
El amigo, el hijo y el consuegro
No es solo eso. Hasta junio de este mismo año, justo cuando Pablo Urdangarin negoció su llegada al club francés, al mando del primer equipo estaba Therry Anti, suegro de Rivera júnior. Es decir, el consuegro del que fuera descubridor y entrenador de Iñaki durante casi toda su carrera. Anti se fue al Sporting Clube de Portugal como entrenador.
No son los únicos españoles amigos del exduque de Palma que militan en las filas del Nantes. El actual entrenador es Alberto Entrerríos, otro compañero de Urdangarin que hasta el pasado julio era el segundo de Anti. “Aquí se conocen todos -nos comenta la misma persona-. Es un mundo pequeño y todos son amigos, porque además, Iñaki era uno de los mejores”. Por eso (y por muchas otras cosas), su hijo le admira hasta el punto de querer seguir sus pasos en la cancha.
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Etapa alemana
Ya en su anterior etapa en Alemania, donde empezó su carrera semiprofesional en el TSV Hannover Burgdorf, Pablo tuvo un buen sostén familiar. Antonio Carlos Ortega era el primer entrenador y también un gran amigo de los exduques de Palma. Incluso fue uno de los invitados a su boda, en 1997 en Barcelona. El entrenador del segundo equipo, justo donde jugaba Urdangarin júnior, estaba en manos de Iker Romero, otro destacado jugador de la época de Urdangarin, aunque no coincidieron tanto y no sean amigos. Sí conocidos.
Pablo es zurdo, como su padre, pero en lugar de ser lateral -con sus 1,96 metros Iñaki era un ‘torpedo’-, el hijo es extremo derecho. "No es atléticamente como el padre, pero está trabajando el físico mucho y pronto se va a notar", dijo Iker Romero cuando presentó al chico, a quien definió como "un muchacho muy tranquilo, listo y trabajador".
Iñaki, desde pequeño
Es cierto que a Pablo se le ve todavía delgado y frágil en comparación con los buenos tiempos de Iñaki Urdangarin, un jugador que destacó desde su época en la escuela, en los Jesuitas de Caspe de Barcelona. El Barça de Valero Rivera lo ficho rápido, porque sabía que con esos 1,96 metros musculados y potentes llegaría lejos. Aunque nunca pensó que tanto… Urdangarin cumplió sus sueños y algunos se tornaron pesadillas.
Igual Pablo puede aprender lo bueno y lo malo de su padre para llegar a lo más alto sin tropezar. Los Juegos de Tokio son este verano, demasiado pronto, pero en 2024 llegarán los de París. ¿Veremos de nuevo el apellido Urdangarin en la selección?
Hace unos meses, los primos Borbón bromeaban entre sí. Victoria de Marichalar alababa los méritos deportivos de su primo Pablo Urdangarin y le animaba para que fuera a los juegos olímpicos. “Lo próximo es ir a Tokio”, decía la hija de la infanta Elena al hijo de la infanta Cristina, nos cuenta una persona de su máxima confianza. Es el sueño de Pablo Urdangarin: jugar en la selección española. Y va camino de lograrlo, como hizo su padre,Iñaki Urdangarin.