Melania e Ivanka Trump, duelo de glamour a 7.212 kilómetros sin una ganadora clara
La mujer del presidente de Estados Unidos deslumbró en la Casa Blanca, mientras Ivanka Trump estaba en una boda en Roma
.Más allá de las controversias que pueda generar el presidente de Estados Unidos por su gestión, nadie puede negar que su llegada a la Casa Blanca estuvo acompañada por una gran dosis de glamour, que en nada desmerece al de la anterior primera dama, Michelle Obama, que a día de hoy sigue siendo recordada como una de las más elegantes de las últimas décadas.
Ayer dejaron constancia de ello la mujer del mandatario, Melania Trump, y su hija y asesora, Ivanka, con 7.212 kilómetros de diferencia, que son los que separan a Washington, en la que el matrimonio presidencial fue anfitrión en una cena de Esatado, en la que se constataron las buenas relaciones entre Estados Unidos y Australia, de Roma, donde Ivanka deslumbró en la boda de la diseñadora Misha Nonoo, donde tuvo una rival de gran envergadura, Meghan Markle, espectacular con un modelazo de Valentino de 10.000 euros.
En efecto, Ivanka estaba impactante con un vestido color melocotón de inspiración griega y complementos dorados, que hizo palidecer a otras invitadas como la modelo Karlie Kloss, muy amiga también de los contrayentes, o Katy Perry, quien no tuvo uno de sus mejores días en lo que a estilo se refiere, como podeís comprobar en el enlace bajo estas líneas.
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El impresionate vestido capa de Ivanka era una creación de la diseñadora israelí Galia Lahav, especializada en moda nupcial y trajes de noche, cuya firma echó raíces en Tel-Aviv en 1984 y que tiene entre sus clientas a Beyoncé, que la eligió para la ceremonia en la que renovó sus votos matrimoniales con Jay-Z.
Mientras Ivanka deslumbraba en Villa Aurelia, desde la que hay unas impresionantes vistas de la Ciudad Eterna, su madrastra hacía lo propio en el epicentro del poder de su país, la Casa Blanca, en una cena de Estado en la que su marido y ella ejercieron de anfitriones del Primer Ministro australiano, Scott Morrison, y su mujer, Jenny, a la que asistieron, entre otros el jugador de golf Greg Norman, y el que fuera alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani.
Para esta ocasión, Melania optó por un vestido que hubiera encajado perfectamente en el vestidor de Ivanka, de J Mendel, que cuesta algo más de 5.000 euros. Tonos pastel (también para los zapatos), transparencias y corte romántico para una noche en que algunas de las mujeres más relevantes de la administración Trump lucieron sus mejores galas.
.Más allá de las controversias que pueda generar el presidente de Estados Unidos por su gestión, nadie puede negar que su llegada a la Casa Blanca estuvo acompañada por una gran dosis de glamour, que en nada desmerece al de la anterior primera dama, Michelle Obama, que a día de hoy sigue siendo recordada como una de las más elegantes de las últimas décadas.