Stéphanie y Guillermo de Luxemburgo, 7º aniversario (sin hijos y buscando heredero)
Las dudas sobre si los príncipes de Luxemburgo serán pronto padres les acompañan casi desde que se casaron. El asunto empieza a impacientar a los luxemburgueses
Stéphanie y Guillermo de Luxemburgo celebran este fin de semana su séptimo aniversario de boda. Y lo hacen acompañados de la pregunta latente sobre si habrá o no paternidad, que lleva rondándoles casi desde que contrajeran matrimonio, aquellos 19 y 20 de octubre de 2012, fechas del enlace civil y de la boda religiosa respectivamente. Aunque en los primeros tiempos de matrimonio la respuesta que daban ambos era que no querían ser padres todavía, los luxemburgueses empiezan a impacientarse. Van pasando los años y quieren saber si la pareja dará o no un heredero a la Corona, una tardanza que ha generado incluso rumores sobre ciertos problemas de fertilidad de la pareja.
Y, como es habitual en estas situaciones, cada gesto, diferencias físicas o estilismos de la princesa (de 35 años) algo más holgados son interpretados como indicios de que la buena noticia podría llegar pronto. Prácticamente una vez al mes, algún medio de comunicación del país saca una fotografía de Stéphanie de Lannoy con un titular apuntando a un posible embarazo. A la presión que ya de por sí sufren, han ayudado -involuntariamente- el príncipe Félix y Claire, quienes, siendo más jóvenes y habiéndose casado mucho más tarde, ya han tenido dos hijos, Amalia y Liam Enrique, los nietos más pequeños de los grandes duques.
Además, aunque los grandes duques Enrique y María Teresa son aún muy jóvenes y no parece que Guillermo y Stéphanie tengan que asumir sus responsabilidades en un futuro próximo, estos días la heredera ha tenido que ejercer de anfitriona en la visita de Estado de Felipe y Matilde de Bélgica, ya que su suegra se encontraba de baja por una reciente operación de rodilla. Un protagonismo que no ha hecho sino devolverla a la actualidad y que las dudas sobre su maternidad vuelvan.
Amalia, ¿futura heredera?
Mientras el heredero de Guillermo y Stéphanie llega, Luxemburgo mira de reojo a la princesa Amalia, la hija mayor de Félix, el segundo hijo de los grandes duques y, por tanto, tercera en la línea de sucesión al trono. Una posición que no concuerda mucho con la vida que tiene la pequeña, quien apenas participa de la vida pública de la familia ducal, a excepción de una visita al Vaticano en 2016 y las celebraciones del Día Nacional, fecha obligada para todos los miembros de la familia, independientemente de su edad.
Pero el dato clave para saber que de momento no hay por qué impacientarse con respecto a la posibilidad de que Amalia se convierta en heredera es que Félix y Claire ni siquiera viven en Luxemburgo, sino en el sur de Francia, concretamente en el castillo de Les Crostes, propiedad de la familia de Claire. Parece, por tanto, que los grandes duques están bastantes tranquilos con el futuro de la Corona, la línea de sucesión y la salud de los herederos y no tienen intención de meterles prisa.
Stéphanie y Guillermo de Luxemburgo celebran este fin de semana su séptimo aniversario de boda. Y lo hacen acompañados de la pregunta latente sobre si habrá o no paternidad, que lleva rondándoles casi desde que contrajeran matrimonio, aquellos 19 y 20 de octubre de 2012, fechas del enlace civil y de la boda religiosa respectivamente. Aunque en los primeros tiempos de matrimonio la respuesta que daban ambos era que no querían ser padres todavía, los luxemburgueses empiezan a impacientarse. Van pasando los años y quieren saber si la pareja dará o no un heredero a la Corona, una tardanza que ha generado incluso rumores sobre ciertos problemas de fertilidad de la pareja.