Carlota Casiraghi, ahora productora: "No creo que sea la reina del marketing"
La hija de Carolina de Mónaco ha decidido reinventarse. O tal vez deberíamos decir dedicarse a lo que le gusta. Esta es la impresión que podemos sacar de una entrevista que acaba de conceder
Carlota Casiraghi ha decidido reinventarse. O tal vez deberíamos decir dedicarse a lo que realmente le gusta. Esta es la impresión que podemos sacar de la entrevista que ha concedido a la edición francesa de la revista 'Elle', para la que ha hecho unas más que significativas declaraciones, sobre todo si tenemos en cuenta su hermetismo habitual y la absoluta discreción con la que gestiona su vida privada.
Alejada de los focos del Principado, a donde acude en muy contadas ocasiones, e instalada en París, la hija de Carolina de Mónaco vuelve al primer plano por una cuestión profesional, para promocionar la película en la que ha debutado como productora junto a su marido, Dimitri Rassam, hijo a su vez de uno de los productores más legendarios de Francia, Jean-Pierre Rassam, quien estuvo detrás de algunos de los títulos más celebrados de la nouvelle-vague y tuvo una trágica muerte por una sobredosis de pastillas en 1985.
De su padre ha heredado el marido de Carlota Casiraghi el gusto por el cine de autor, aunque lo ha compaginado con otras aventuras a priori más comerciales. No siempre con éxito, como le ocurrió en los últimos meses con dos producciones, 'Playmobil: la película', con la que intentó adentrarse en Estados Unidos en un mercado tan complicado como el de la animación, y la comedia 'Lo mejor está por venir'. Ninguna logró los resultados obtenidos, pero parece que ha roto la tendencia con 'Nuestra Señora del Nilo', que supone el debut en la producción de su mujer.
La película, dirigida por el director afgano Atiq Rahimi, es la adaptación de la novela homónima de Scholastique Mukasonga, ganadora del premio Renaudot en 2012. De tintes autobiográficos, cuenta la infancia de la autora en un internado católico para jóvenes de buena sociedad de Ruanda en los años 70. Una época en la que ya se empezaba a fraguar el genocidio que conmocionó al mundo veinte años más tarde.
Carlota Casiraghi se había quedado impactada por la mencionada novela y compró los derechos para su adaptación cinematográfica, que tuvo su estreno mundial en el pasado Festival de Toronto, a donde acudió acompañada por su marido y el equipo artístico y técnico de la película. Ahora ha manifestado que le habría gustado estar más implicada en el rodaje, pero había una causa de fuerza mayor: "Me arrepiento de no haber acudido al rodaje, pero estaba embazada de Balthazar".
La película, que en general ha obtenido críticas favorables, llegó a las salas francesas el pasado 5 de febrero con una distribución moderada, con 69 copias, y vendieron en su primer fin de semana 2.286 entradas. Una cifra modesta, pero acorde a las expectativas para un filme que abre un nuevo camino profesional a Carlota Casiraghi, quien ha admitido con humor que "no creo que sea la reina del marketing".
Aún así, la nieta de la mítica Grace Kelly y Rainiero de Mónaco ha aprovechado la entrevista para ensalzar los valores de su debut como productora: "Incluso hoy me resulta difícil presentar 'Nuestra Señora del Nilo': solo la palabra Ruanda da miedo. ¿Cómo explicar toda la belleza y la poesía de la película?".
Carlota también ha desvelado que "he retomado mis estudios de filosofía que, con 33 años y dos niños, es bastante complicado". Una decisión que entronca con sus propósitos para el futuro: "El centro de mis actividades va a seguir siendo la filosofía. No creo que pudiera, como Dimitri, estar llevando doce proyectos cinematográficos a la vez".
Carlota Casiraghi ha decidido reinventarse. O tal vez deberíamos decir dedicarse a lo que realmente le gusta. Esta es la impresión que podemos sacar de la entrevista que ha concedido a la edición francesa de la revista 'Elle', para la que ha hecho unas más que significativas declaraciones, sobre todo si tenemos en cuenta su hermetismo habitual y la absoluta discreción con la que gestiona su vida privada.