¡Irreconocible! El cambio físico (y de actitud) de Charlène de Mónaco
Desde que la pandemia hizo que la princesa desapareciera de la actualidad durante unas semanas parece otra, con el gesto mucho más dulce y una actitud completamente diferente
¿Qué le ha pasado a Charlène de Mónaco durante el confinamiento por la pandemia? No lo sabemos, pero lo cierto es que la princesa ha reaparecido totalmente renovada, tanto física como anímicamente. Todo empezó en Pascua, con un vídeo junto al príncipe Alberto para felicitar la jornada, en un gesto inédito en sus redes sociales, hasta la fecha ocupadas principalmente por fotos de sus dos hijos, Jacques y Gabriella. Nunca hasta ese día la pareja había protagonizado una publicación del estilo. Y parecía la primera de muchas, tal y como vimos unos días después, cuando juntos protagonizaban otra fotografía en el perfil de Instagram de la sudafricana.
Pero no solo en redes hemos sido testigo del cambio de Charlène, ya que también se ha dejado notar en sus citas públicas. La primera, hace unos días, cuando la familia Grimaldi casi al completo inauguraba la recién remodelada plaza del Casino de Montecarlo. Allí, a pesar de que la princesa llevaba gafas de sol y apenas dejó ver su rostro, se la notó mucho más relajada que de costumbre, mostrando especial complicidad con su marido, algo nada frecuente ante las cámaras, ya que es una situación en la que normalmente Charlène se mostraba seria y muy incómoda. Tanto que las críticas por su actitud en estos años han sido constantes, puesto que no es la imagen que los monegascos quieren de su princesa.
Las citas posteriores no han sido diferentes. Celebraba del Día de la Madre junto a sus hijos y su marido, feliz y relajada, mientras que este domingo participaba en una iniciativa solidaria de su fundación, con el fin de recaudar fondos para investigar la vacuna contra el covid-19. Y la actitud era la misma, con especial atención a su trato con el príncipe Alberto, al que estuvo agarrada prácticamente todo el tiempo, en una imagen inédita de la pareja, que habitualmente aparece mucho más distante en sus compromisos oficiales.
Y no seremos nosotros los que digamos que puede tener algo que ver, pero casualmente en ninguna de estas citas estaba su cuñada, Carolina de Mónaco, con la que no se lleva precisamente bien, según apuntan los mentideros del principado. La última vez que ambas coincidieron en público fue con motivo del Día Nacional, en el que el gesto de una y de otra indicaba que la relación entre ellas no es, desde luego, nada cercana.
Pero también hay que hablar del cambio físico que vemos en Charlène. Conocida por los retoques estéticos que han hecho que su rostro no tenga mucha expresión, la princesa aparece ahora con el gesto mucho más dulce y natural. Un aspecto al que también ayuda el peinado, con uno de los laterales recogidos con algo de volumen en el otro, añadiendo un toque bucólico a su look y dulcificando sus facciones.
No sabemos qué o quién ha cambiado a Charlène, pero es otra, lejos de aquella princesa triste cuyo gesto serio acaparaba todo tipo de titulares. Y esta versión 2.0 de la sudafricana nos encanta.
¿Qué le ha pasado a Charlène de Mónaco durante el confinamiento por la pandemia? No lo sabemos, pero lo cierto es que la princesa ha reaparecido totalmente renovada, tanto física como anímicamente. Todo empezó en Pascua, con un vídeo junto al príncipe Alberto para felicitar la jornada, en un gesto inédito en sus redes sociales, hasta la fecha ocupadas principalmente por fotos de sus dos hijos, Jacques y Gabriella. Nunca hasta ese día la pareja había protagonizado una publicación del estilo. Y parecía la primera de muchas, tal y como vimos unos días después, cuando juntos protagonizaban otra fotografía en el perfil de Instagram de la sudafricana.