Mary de Dinamarca, cuestionada en su país por inmiscuirse en cuestiones "políticas"
Te contamos los diversos motivos por los que la australiana está recibiendo críticas de diferentes sectores del país, a los que no han gustado nada sus últimas reivindicaciones
Aunque la reina Margarita es una figura más que respetada en Dinamarca, el miembro más popular de la Casa Real es la princesa Mary, según las encuestas que anualmente se publican en los medios del país. Su influencia positiva en el príncipe Federico, su compromiso con la institución y su entrega al idioma y las costumbres nacionales son solo algunas de las cuestiones por las que se ha ganado a los daneses.
La australiana ha construido una imagen de princesa moderna y próxima a lo largo de estos años por muchos gestos. Uno de ellos, el convertirse en el primer miembro de la Corona que preside el acto de entrega de premios de la comunidad LGTB. Pero esto, en su momento muy alabado, se ha convertido también en un arma de doble filo.
El pasado día 22 de agosto, Mary fue la encargada de ofrecer el discurso de la celebración anual del Orgullo, en el que manifestó su apoyo al colectivo: "Estamos unidos por el derecho a ser quienes somos. Entendemos que el que amas y la identidad de género que tienes no deben ser determinantes para que puedas participar plenamente en la sociedad", dijo. Unas palabras que, curiosamente, no han sido igual de bien recibidas por todos los sectores del país.
Aunque las declaraciones son de mediados de agosto, ha sido ahora, casi un mes después, cuando los sectores más conservadores y vinculados con la Iglesia le han reprochado a la princes sus palabras, argumentando que es una representante de todo el país. La parroca Katrine Winkel Holm es una de las que cree que Mary ha ido demasiado lejos: "Debe ser una representante de toda Dinamarca, y es casi como si dijera que eres una mala persona si no estás de acuerdo con los mensajes de estas organizaciones fuertemente políticas".
La experta en comunicación política Anna Thygess, en conversación con el diario danés 'BT', opinó sobr e el asunto: "Debe asegurarse de no volverse impopular entre la parte más conservadora de la población, a la que pertenecen muchos de los partidarios de la familia real. Es un acto de equilibrio en relación con lo político, y ese es uno de los temas que divide al pueblo".
Pero sus apoyo a las reivindicaciones del colectivo LGTB no ha sido el único tema por el que se le ha cuestionado en las últimas semanas, desde que volviera de sus vacaciones y se incorporara a la agenda oficial. Solo dos días antes de este comentado discurso, la princesa Mary participaba en la suelta de unos erizos de mar, como presidenta de WWF Dinamarca.
El haber saludado con un apretón de manos a uno de los organizadores -en un claro despiste sin mala intención- provocó tuviera que pedir disculpas al día siguiente a través de una publicación en las redes sociales de la Casa Real.
Aunque la reina Margarita es una figura más que respetada en Dinamarca, el miembro más popular de la Casa Real es la princesa Mary, según las encuestas que anualmente se publican en los medios del país. Su influencia positiva en el príncipe Federico, su compromiso con la institución y su entrega al idioma y las costumbres nacionales son solo algunas de las cuestiones por las que se ha ganado a los daneses.