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Astrid de Bélgica, el hueso más duro de roer para la nueva princesa Delphine
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LA PIEDRA EN EL ZAPATO

Astrid de Bélgica, el hueso más duro de roer para la nueva princesa Delphine

Los tres 'hombres fuertes' de la familia real ya han hablado abiertamente sobre la situación de Delphine y su postura. Es Astrid la que aún guarda silencio sobre el tema

Foto: Delphine de Bélgica, en una imagen reciente. (EFE)
Delphine de Bélgica, en una imagen reciente. (EFE)

La historia de la familia real belga tiene una fecha marcada en rojo, el 1 de octubre de 2020. Ese día, el tribunal que llevaba la demanda de filiación interpuesta por Delphine Boël al rey Alberto de Bélgica no solo la reconocía oficialmente como su hija -algo de lo que no cabía duda, al haber resultados de ADN irrefutables-, sino que también le otorgaba el título de princesa de Bélgica, el derecho a tener el tratamiento de alteza real y el uso del apellido familiar, Sajonia-Coburgo-Gotha. Era la propia Delhpine la que, días después, explicaba en rueda de prensa que estaría encantada de ser integrada en la familia, pero no esperaba que dieran el paso. Se equivocaba: desde entonces ha recibido el apoyo público tanto del rey Alberto como de sus hermanos, el príncipe Laurent y el rey Felipe. Es su hermana, la princesa Astrid, la que parece que se resiste a reconocer la situación.

De hecho, el príncipe Laurent ya había mostrado su respaldo a Delphine, mucho antes incluso de que se conociera el desenlace judicial. Fue en 2008, cuando coincidieron en un desfile del diseñador Tim Van Steenbergen, en Amberes. Tanto el príncipe como su mujer, Claire, estuvieron charlando con ella. Una imagen que fue captada por las cámaras y que dio la vuelta al país, ya que era la primera vez que se veía a la artista con un miembro de la familia real, que sufría más de un dolor de cabeza por ella. Se especuló entonces con que aquel encuentro podría haber sido propiciado porque Laurent tenía una muy mala relación con su padre, y era una forma de desafiarlo. Por eso, tampoco ha extrañado que haya querido reiterar que está al lado de Delphine, dado además su carácter un tanto irreverente.

placeholder El príncipe Laurent, en una imagen de archivo. (Reuters)
El príncipe Laurent, en una imagen de archivo. (Reuters)

Lo hacía poco después de que la Casa Real publicara en redes una fotografía del encuentro entre el rey Felipe y Delphine: "Delphine necesita saber que puede contar conmigo. Pero sin duda ella lo sabe. Nos conocemos desde hace mucho tiempo". Pero es que además, este mismo jueves, se reafirmaba ante la prensa, en su visita a un centro de perros guía: "Delphine siempre es bienvenida. Vendría si lo necesita. Si no lo necesita, no vendrá. Para ti eso es una novedad, para mí no es una novedad, porque nos conocemos desde hace mucho. Sabe que nuestra puerta, la de mi esposa y la mía, siempre está abierta para ella. Ella lo sabe, así que no me hace falta decirlo en público".

Pero también el rey Alberto ha querido dar a Delphine la bienvenida, a su manera, a la familia. También poco después de publicarse la foto del rey Felipe y su nueva hermana, el exmonarca emitía un comunicado: “Mi esposa y yo estamos muy felices por este encuentro, que se ha dado por iniciativa del rey. Es el comienzo de días mejores para todos y en particular para Delphine”. Así que parece que la artista belga tendría el camino bastante allanado hacia la vida familiar de palacio, si no fuera por un pequeño escollo, Astrid, la única hija del rey Alberto y la reina Paola, quien no se ha pronunciado y parece algo reticente a admitir que tiene otra hermana.

Según contaba el periodista Wim Dehanschutter, gran conocedor de la familia real, a un medio belga hace solo unos días, Astrid está atrapada entre la espada y la pared: "Por un lado, piensa que el contacto con Delphine sería una traición hacia su padre. Por otro lado, Astrid es leal a su hermano, el rey Felipe. El actual jefe de la monarquía recibió a Delphine con humanidad y gracia a la familia real. El tono del rey Alberto en su nota de prensa deja a Astrid más espacio para seguir el ejemplo de su hermano. Pero Astrid no quiere poner en peligro la cálida relación con sus padres. A diferencia de Felipe y Laurent, ella salió relativamente ilesa de su traumatizante niñez, que estuvo marcada por la falta de calidez y amor paternal. Ella es la única de los tres niños que perdonó a Alberto y Paola por sus errores”, comentó.

placeholder Los reyes Alberto y Paola, con sus tres hijos y algunos de sus nietos. (Reuters)
Los reyes Alberto y Paola, con sus tres hijos y algunos de sus nietos. (Reuters)

La historia de la familia real belga tiene una fecha marcada en rojo, el 1 de octubre de 2020. Ese día, el tribunal que llevaba la demanda de filiación interpuesta por Delphine Boël al rey Alberto de Bélgica no solo la reconocía oficialmente como su hija -algo de lo que no cabía duda, al haber resultados de ADN irrefutables-, sino que también le otorgaba el título de princesa de Bélgica, el derecho a tener el tratamiento de alteza real y el uso del apellido familiar, Sajonia-Coburgo-Gotha. Era la propia Delhpine la que, días después, explicaba en rueda de prensa que estaría encantada de ser integrada en la familia, pero no esperaba que dieran el paso. Se equivocaba: desde entonces ha recibido el apoyo público tanto del rey Alberto como de sus hermanos, el príncipe Laurent y el rey Felipe. Es su hermana, la princesa Astrid, la que parece que se resiste a reconocer la situación.

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