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Sale a subasta un conjunto inédito de las famosas joyas de luto de la reina Victoria
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Sale a subasta un conjunto inédito de las famosas joyas de luto de la reina Victoria

La monarca impuso en el siglo XIX en su corte un riguroso duelo tras la muerte del príncipe Alberto en 1861

Foto:  El príncipe Alberto y la reina Victoria. (Getty)
El príncipe Alberto y la reina Victoria. (Getty)

Fue la 'abuela de Europa', ya que sus 9 hijos y 26 de sus nietos contrajeron matrimonio con otros miembros de la realeza. Y su reinado de 63 años y 216 días es el segundo más largo de la historia del Reino Unido, solo superado por el de su tataranieta Isabel II. Pero la reina Victoria vivió gran parte de su vida consumida por el dolor que le produjo la pérdida de su gran amor, el príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha. Tras su inesperado fallecimiento en 1861, escribía que se sentía "como si me arrancasen la carne de los huesos".

La reina vistió de negro todos los días durante los 40 años posteriores a su muerte, hasta la suya propia, cubriéndose con joyas especialmente encargadas para recordarle a él y a otros miembros de la familia perdidos. Fue la época del esplendor de la joyería de luto, que de la monarca pasó al resto de las damas de la corte.

placeholder  Las joyas de la reina Victoria. (Sotheby's)
Las joyas de la reina Victoria. (Sotheby's)

Ahora, algunas de aquellas famosas piezas se subastarán por primera vez en Londres este mes, después de haber pasado de generación en generación. Patricia Knatchbull, segunda condesa Mountbatten de Birmania y tataranieta de la reina Victoria, ha decidido subastar las piezas en Sotheby's el 24 de marzo, después de que languidecieran largos años guardadas en un cajón.

Los lotes forman parte de la subasta de la colección de la difunta condesa Mountbatten de Birmania, que incluye 385 artículos entre joyas, muebles, cuadros y obras de arte del patrimonio familiar.

placeholder El interior de uno de los colgantes. (Sotheby's)
El interior de uno de los colgantes. (Sotheby's)


Las joyas de luto, que incluyen un botón, un broche y colgantes, algunos con mechones de pelo, ayudaron a dar a la monarca un poco de consuelo tras la muerte de su madre y de tres de sus nueve hijos. El valor de las piezas oscila entre 1.000 y 3.000 libras esterlinas.

Foto: La reina Victoria. (Getty)

Entre las piezas más destacadas de la subasta se encuentran una cruz de esmalte y diamantes con un corazón de ónix con la palabra 'Alice' estampada debajo de una corona, y otro botón de ónix y perlas de colores que contiene un retrato en miniatura de la princesa Alicia. La hija de la reina murió en 1878 a los 35 años, tras contagiarse de difteria de su hijo, y fue la primera hija de la reina Victoria en fallecer, ya que su madre la sobrevivió más de 20 años.

placeholder El reverso de la joya de la princesa Alicia. (Sotheby's)
El reverso de la joya de la princesa Alicia. (Sotheby's)

Otro objeto interesante es un colgante de ágata y diamantes, encargado por el príncipe Alberto para su esposa con motivo de la pérdida de su madre. Murió el mismo año en que regaló el colgante, que contenía una fotografía en miniatura, un mechón de pelo de su madre y una conmovedora inscripción de su esposo.

David Macdonald, jefe de ventas de la subasta, aseguró al canal Sky: "Uno piensa en Victoria y piensa en las grandes joyas de la Corona, los diamantes, el Koh-i-Noor. Estas joyas son mucho más íntimas. Su valor reside en la expresión sentimental y profundamente personal sobre la pérdida y el amor".

Macdonald reveló también que "no se conocía su existencia... Nos encontramos con ellas mientras trabajábamos en la subasta. Así que son inéditas y un descubrimiento realmente interesante. Solo cuando las admiras, te das cuenta de que realmente son un tesoro".

Fue la 'abuela de Europa', ya que sus 9 hijos y 26 de sus nietos contrajeron matrimonio con otros miembros de la realeza. Y su reinado de 63 años y 216 días es el segundo más largo de la historia del Reino Unido, solo superado por el de su tataranieta Isabel II. Pero la reina Victoria vivió gran parte de su vida consumida por el dolor que le produjo la pérdida de su gran amor, el príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha. Tras su inesperado fallecimiento en 1861, escribía que se sentía "como si me arrancasen la carne de los huesos".

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