Máxima de Holanda y Amalia: tú al Barrio Rojo, yo al instituto
Un día ajetreado para la reina de los Países Bajos, que se ha tenido que repartir entre la familia y las obligaciones, y contando ya las horas para marcharse de vacaciones
Jornada ajetrada para la familia real holandesa, que además ya está preparando las maletas para sus vacaciones. Un paréntesis que harán en su trabajo institucional, pero que también supondrá la cuenta atrás del año sabático que comenzará la princesa Amalia el próximo septiembre. Precisamente, su hija mayor ha sido el motivo por el que Máxima de Holanda ha tenido que repartirse entre las obligaciones familiares y las institucionales. Porque, por un lado, ha tenido que estar en el Barrio Rojo para un compromiso oficial; por otro, la heredera recogía su diploma de secundaria en el Christelijk Gymnasium Sorghvliet, donde se graduaba hace unas semanas.
Y Máxima ha tirado de esencia para su cita, con dos de los elementos que más la caracterizan. Por un lado, un vestido naranja, de corte recto, cinturón y una tela superpuesta, dándole un toque de originalidad. Cómo no, de Natan, el otro favorito al que ha recurrido este jueves, junto a la que es su pamela preferida, de rafia y con el ala delantera elevada y en un color tostado, a juego con los zapatos y los guantes, tan habituales en sus últimas apariciones. Su presencia en el Barrio Rojo de Ámsterdam se debía a la inauguración de un puente creado completamente con impresora 3D.
Ella misma ha sido quien ha dicho a los medios que cubrían la cita que era un "día muy ajetreado para la familia". No hay duda de que le hubiera gustado estar junto a su hija en la entrega de diplomas, ya que además Amalia ha conseguido graduarse 'cum laude', gracias a las horas de estudio y trabajo empleadas en los últimos seis años, que seguro le ayudan para su futuro como reina.
Pero este no era el único motivo por el que la familia real de los Países Bajos tiene el día un tanto agitado. Faltan apenas unas horas para que sus vacaciones den comienzo oficialmente, ya que este viernes tiene lugar el tradicional posado con el que dan por comenzado su verano. Así que el de este jueves en el Barrio Rojo de Ámsterdam era el último compromiso de la temporada para Máxima de Holanda, puesto que es costumbre que, una vez terminado el posado, cojan un avión hacia su destino.
Aunque por tratarse de vacaciones y de lo que consideran su esfera privada no se da información sobre las mismas, todo apunta a que viajarán a Grecia, donde tienen una residencia. Un destino relativamente cercano a los Países Bajos que permite al rey Guillermo Alejandro volver en caso de necesidad, como sucederá el viernes siguiente, cuando tiene una cita relacionada con los Juegos Olímpicos de Tokio.
Agenda apretada prevacacional
Así que no es de extrañar que los Van Oranje estén así de agitados. Sus vacaciones también suponen el comienzo de la cuenta atrás para el año sabático de la princesa Amalia, pero también de la aventura que su hija mediana, Alexia, emprenderá en el UWC Atlantic College junto a la princesa Leonor, por lo que son unas vacaciones más que significativas para todos.
En la recta final justo antes de sus vacaciones, Máxima parece haber apretado el acelerador de su agenda. Ayer mismo, la veíamos en otro acto oficial, realizando una visita de trabajo al sector de Transporte y Logística en Nieuwegein. La reina, que se interesó especialmente por las mujeres en este sector, recibió información de las desigualdades de género en este tipo de oficio.
La reina, además de hablar con conductores, se marcó uno de esos gestos muy característicos en ella y que subrayan una vez más su naturalidad: probar ella misma uno de los tráileres que a diario recorren las carreteras holandesas. La reina se subió a un camión y demostró sus dotes al volante. Para esta visita, Máxima apostó por un conjunto en el que destacaban unas cuñas altas de Jimmy Choo que tuvo que quitarse para poder controlar con mayor comodidad el freno y el embrague de este tipo de transporte.
Jornada ajetrada para la familia real holandesa, que además ya está preparando las maletas para sus vacaciones. Un paréntesis que harán en su trabajo institucional, pero que también supondrá la cuenta atrás del año sabático que comenzará la princesa Amalia el próximo septiembre. Precisamente, su hija mayor ha sido el motivo por el que Máxima de Holanda ha tenido que repartirse entre las obligaciones familiares y las institucionales. Porque, por un lado, ha tenido que estar en el Barrio Rojo para un compromiso oficial; por otro, la heredera recogía su diploma de secundaria en el Christelijk Gymnasium Sorghvliet, donde se graduaba hace unas semanas.