Es noticia
Menú
Charlène de Mónaco y su nueva misión en Sudáfrica: media en un conflicto real
  1. Casas Reales
LA PRINCESA MEDIADORA

Charlène de Mónaco y su nueva misión en Sudáfrica: media en un conflicto real

Parece que no tiene suficiente con recuperarse de los problemas de salud que lleva arrastrando desde hace meses, ni con lidiar con los constantes rumores sobre su matrimonio

Foto: Charlène de Mónaco. (Getty)
Charlène de Mónaco. (Getty)

Parece que no tiene suficiente con recuperarse de los problemas de salud que lleva arrastrando desde hace meses, ni con lidiar con los constantes rumores sobre su matrimonio. Porque Charlène de Mónaco se ha embarcado en una nueva misión en Sudáfrica: mediar en un conflicto real. La disputa parece sacada del guion de una película, porque hay fallecidos, sospechosos de asesinato y una gran ambición por un trono que ahora mismo está desocupado. Y en medio de esta historia tan truculenta, nos encontramos a la esposa de Alberto de Mónaco intentando poner orden.

Y aunque puede sorprender que Charlène de Mónaco esté tan implicada en una historia más propia de una película de Hitchcock, lo cierto es que lo está, aunque sus intereses son solo personales y sentimentales, ya que los protagonistas del conflicto son el anterior rey zulú, Zwelithini Goodwill, amigo cercano de la princesa, sus cinco viudas y sus hijos. Desde que falleciera el pasado marzo, su trono ha estado vacío y no parece que se vaya a ocupar dentro de poco, precisamente por esta disputa entre sus herederos, en la que la propia Charlène se ha ofrecido a mediar.

placeholder Charlène, el pasado marzo en el funeral del rey zulú. (EFE)
Charlène, el pasado marzo en el funeral del rey zulú. (EFE)

Según la emisora de radio nacional de Sudáfrica, la exnadadora habría instado a las partes a "poner fin a su batalla por la sucesión en aras de la unidad". Hay que tener en cuenta que el pueblo zulú lo forman unos once millones de personas en Sudáfrica, casi una quinta parte de la población total del país, por lo que no es un asunto baladí.

El rey zulú desempeña un papel simbólico y espiritual, pero es reconocido constitucionalmente, además de que asesora al Gobierno en los asuntos que atañen a esta etnia. Tienen voz en la cultura, la ordenación territorial y la administración de justicia en sus territorios. Y, por qué no decirlo, también cuentan con una asignación anual de las arcas del Estado que asciende a más de 4 millones de euros. De ahí que sean varios los hijos y las viudas de Zwelithini Goodwill que se disputan tanto el trono como la herencia.

placeholder Charlène, el pasado marzo en el funeral. (EFE)
Charlène, el pasado marzo en el funeral. (EFE)

Una de ellas es la reina Sibongile Dlamini. Al ser la primera mujer con la que el monarca se casó, alega que es su única esposa legal y son sus hijos los únicos que tienen derecho al trono. Hasta ahí tendría lógica. Pero nos encontramos con un problema: juntos tuvieron cuatro hijas y un hijo, que sería el legítimo heredero, pero que falleció en 2020. Su muerte se produjo en extrañas circunstancias y hay hasta cinco sospechosos de asesinato, algunos de ellos dentro de la propia familia del monarca, como su hermano, el príncipe Mbonisi, que siempre ha negado su vinculación.

Con el primer heredero fuera de juego, le tocaría el turno -siempre teniendo en cuenta que no puede ser una mujer la que reine- al siguiente varón, que por edad es el príncipe Misuzulu, el hijo mayor de su tercera esposa, la reina Mantfombi Dlamini. Casualmente, esta esposa era la que actuaba como regente tras la muerte del rey, pero también murió, solo un mes después del de su marido. Y aunque el príncipe Misuzulu está esperando a asumir la corona, la reclamación de la primera esposa de su padre y de dos de sus hermanas, que han llegado incluso a los tribunales, mantiene en vilo la sucesión y el trono zulú vacío.

placeholder El rey zulú, Zwelithini Goodwill, en una imagen de archivo. (Reuters)
El rey zulú, Zwelithini Goodwill, en una imagen de archivo. (Reuters)

Y para entender la relación de Charlène con esta historia, solo hay que echar la vista atrás hasta marzo, cuando la sudafricana no dudó en expresar su pesar por la pérdida de su amigo en redes sociales. "El rey Zwelithini era un hombre honorable con un corazón puro. Compartimos muchos momentos especiales a lo largo de los años que siempre serán queridos por mí. Extrañaré a mi amigo y rezaré para que la familia real zulú encuentre consuelo durante este tiempo".

Por supuesto, no faltó a su funeral, pocos días después de su muerte. Fue precisamente el motivo que la llevó a Sudáfrica, un viaje que tenía previsto de ida y vuelta, pero del que, de momento, no ha regresado. De hecho, Charléne de Mónaco ni siquiera se ha movido de la zona donde se despidió al rey zulú, la provincia de Kwazulu-Natal. Allí permanece alojada, muy cerca, además, de la familia de Zwelithini Goodwill y del conflicto en el que está intentando mediar.

Parece que no tiene suficiente con recuperarse de los problemas de salud que lleva arrastrando desde hace meses, ni con lidiar con los constantes rumores sobre su matrimonio. Porque Charlène de Mónaco se ha embarcado en una nueva misión en Sudáfrica: mediar en un conflicto real. La disputa parece sacada del guion de una película, porque hay fallecidos, sospechosos de asesinato y una gran ambición por un trono que ahora mismo está desocupado. Y en medio de esta historia tan truculenta, nos encontramos a la esposa de Alberto de Mónaco intentando poner orden.

El redactor recomienda