Charlène de Mónaco y su vida de 'no princesa': primera dama, pero sin ejercer

Las pistas eran bastante claras, pero ha tenido que haber un comunicado oficial para saber que Charlène no estará en las celebraciones del Día Nacional de Mónaco. Aunque ya no viajó con Alberto a Dubái hace unos días y su cuñada afirmó que se tomaría con calma su regreso, el día grande del principado estaba en la mente de todo el mundo para volver a verla en una cita oficial. No solo no lo hará, sino que se va a tomar un periodo más largo de descanso, tal y como se informaba desde Palacio. Y ahora, se plantean muchas más preguntas que respuestas, especialmente cómo será la vida de 'no princesa' de Charlène de Mónaco y cómo podrá ser primera dama sin ejercer de tal.

"Sus Altezas Serenísimas han decidido que empieza un periodo de calma y descanso necesario para garantizar la mejor recuperación de la salud de la princesa Charlène. Teniendo en cuenta que ha luchado contra sus problemas de salud en los últimos meses, la Princesa está actualmente convaleciente y continuará haciéndolo durante las próximas semanas, dándole tiempo a recuperarse de un estado de profunda fatiga general", rezaba el comunicado, pidiendo además que se respetara su intimidad y la privacidad familiar, y anunciando que se informaría de posibles novedades antes de Navidad.

Las principales incógnitas son dos. La primera de ellas es dónde está Charlène. Una pregunta que quizá no se hubiera planteado nadie de no ser por su cuñada, Chantell Wittstock. Como relaciones públicas de la fundación de la princesa en Sudáfrica, fue consultada por el 'Daily Mail' sobre este aspecto y, quizá sin pensar en las consecuencias y en el revuelo mediático, confesó que no estaba aún claro si se instalaría en palacio o en el apartamento que tenía a unos 300 metros -una información totalmente desconocida para muchos-: "Acaba de regresar, por lo que todos deben adaptarse primero. Probablemente viajará entre los dos, donde sea que se sienta cómoda".

El comunicado de Palacio también se adelantaba a las posibles preguntas sobre este tema e indicaba que "su ubicación será estrictamente confidencial". Pero aunque muchos daban por seguro que se instalaría en ese 'pisito de soltera' en el que ya pasaba algunas temporadas antes de viajar a Sudáfrica, el propio príncipe Alberto ha aclarado que no es así. En declaraciones recientes a un medio monegasco, el soberano confesaba que su mujer no se encuentra en el Principado, aunque de sus palabras se intuye que no está lejos, puesto que también aseguraba irían a visitarla muy pronto.

Con una incógnita prácticamente resuelta gracias al príncipe Alberto, llega otra igual de importante. ¿Cómo podrá tener Mónaco la figura de una primera dama con Charléne fuera de juego? Fácil. Solo hay que echar la vista atrás estos meses y comprobar que la vida institucional del principado ha seguido su ritmo con la exnadadora a miles de kilómetros. No nos engañemos: su papel es meramente figurativo y representativo, y no tiene poder de decisión en ninguna cuestión importante. Es decir, nada que no puedan hacer sus cuñadas, la princesa Carolina y la princesa Estefanía, como hemos visto en estos últimos meses.

Fiestas, citas institucionales, inauguraciones, citas de la Cruz Roja... Nada necesita específicamente de la presencia de Charlène. Aunque sea un reclamo, en condiciones normales no lo es más que sus cuñadas. Y una y otra han adquirido mucha más visibilidad en estos meses, especialmente la princesa de Hannover, que ha pasado de estar completamente desaparecida a casi omnipresente. Es decir, que la vida de 'no princesa' de Charlène en Mónaco se puede describir así: es como la que ha llevado estos últimos meses, pero sin estar en Sudáfrica.

La situación nos recuerda un poco a la de Mette-Marit de Noruega. Su salud le impide llevar una agenda intensa o hacer viajes largos. Pero no es algo que afecte a la buena salud de la institución, especialmente porque solo es princesa heredera. El problema quizá llegue cuando Haakon asuma el trono y ella se convierta en reina consorte, un papel equivalente al que ahora tiene Charlène. E insistimos, no son papeles clave, ni para la Corona de Noruega ni para la soberanía de Mónaco, de ahí que nadie tenga prisa por que la sudafricana se incorpore a las funciones que desempeñaba hasta ahora junto a Alberto.

Ahora bien, sí parece que hay algo que de lo que Charlène va a poder encargarse estos meses, a pesar de su convalecencia, y no va a dedicarse solo a su recuperación y la vida contemplativa. Y es que su fundación no va a estar desatendida, ni la que trabaja desde Mónaco, que dirige su hermano Gareth, ni la que lo hace desde Sudáfrica, que dirige su hermano Sean. Aunque sea en la sombra, su intención es seguir todos los proyectos solidarios que se inicien en uno y otro lado, sin viajes lógicamente, pero involucrada con todos ellos.

Y hay algo seguro también para la vida de Charlène en los próximos meses: va a tener que seguir lidiando con los rumores. La sola posibilidad de que no vuelva a palacio ya ha puesto a todo el mundo en guardia. Pero, además, el saber que no puede afrontar sus deberes institucionales pero sí puede seguir el día a día de su fundación hace pensar a muchos que este largo descanso obedece más a cuestiones personales y matrimoniales que a problemas de salud. Y eso, como su actividad, tampoco es algo que vaya a variar mucho de Sudáfrica a Mónaco.