De Juan Carlos I a Felipe VI: todos los detalles y anécdotas de los discursos navideños
Descubre todos los secretos de los discursos de Navidad del rey Juan Carlos I y de Felipe VI
Con tan solo siete años, sin estar en posesión aún del título de Príncipe de Asturias, don Felipe participó en el primer mensaje navideño que ofrecía la Corona a los españoles, después de casi 40 años de franquismo.
Fue en la Nochebuena de 1975, a poco más de un mes desde la muerte de Franco. Televisión Española y Radio Nacional de España transmitieron el mensaje del Rey, con un formato distinto al habitual de las emisiones que protagonizaba Franco. Aunque tampoco supuso una ruptura total. Más bien, una evolución.
Eran los años en los que el rey Juan Carlos repetía una y mil veces que la institución monárquica iba más allá del Rey. Era, más bien, la familia del Rey. Por eso se abrían espacios en los actos públicos, institucionales o no, a la reina Sofía y al pequeño Felipe. Y con frecuencia, también a las infantas Elena y Cristina.
El pequeño Felipe, de cuclillas
Para aquella primera Nochebuena, distinta e irrepetible, Televisión Española grabó una escena de familia hogareña. Los cinco delante del belén de la Zarzuela, en un entorno similar al de un salón de estar: la infanta Cristina, sentada en el suelo, tras la mesa baja del centro; la infanta Elena, detrás y de pie, junto a la reina Sofía, que aparecía sentada, como el rey Juan Carlos; y entre ambos, también de pie, el pequeño de la familia.
Una imagen que años más tarde se hubiera calificado de ‘mannequin challenge’, esa moda fugaz que hizo virales tantos vídeos caseros en la red. Aunque, en fin, fue un ‘mannequin challenge’ fallido, porque el pequeño Felipe mostró muy pronto signos de cansancio y se puso en cuclillas durante un minuto aproximadamente, ante la mirada comprensiva y la sonrisa de su madre, mientras el Rey seguía hablando a cámara.
Tampoco el planteamiento de aquel primer discurso navideño se volvería a utilizar años más tarde. Menos aún, si cabe, en los años de este nuevo milenio: “El hondo significado espiritual de estos días nos puede servir para recordar la actualidad del mensaje de Cristo, hace casi dos mil años. Fue un mensaje de paz, de unidad y de amor”. Tres ingredientes que el monarca fue desgranando como terapia ideal para la España del nuevo año.
El afán por las innovaciones
La experiencia de 1975 aconsejó algunas innovaciones. Y en la Nochebuena de 1976 todo comenzó en el rincón del belén, donde los pequeños de la familia simulaban colocar las últimas piezas antes de acudir ordenadamente al salón, junto a la chimenea, donde les esperaban sentados don Juan Carlos y doña Sofía. Las niñas se situaron de pie junto a su madre y el jovencito Felipe, jersey azul marino y pantalones claros acampanados, también de pie, a la izquierda del Rey, que inició su saludo navideño hablando precisamente de la familia como el “corazón de nuestra nación”.
Hasta 1979 se sucedieron múltiples innovaciones, incluyendo imágenes de pacíficas calles iluminadas… Ese año, por cierto, las Infantas y el Príncipe —los tres de azul marino— no aparecían junto al belén, sino colocando las últimas bolas al enorme árbol de Navidad. Después de sentarse junto a los Reyes en un amplio sofá, don Juan Carlos dio comienzo a su intervención, la más larga de cuantas han tenido lugar en estos 42 últimos años en Nochebuena.
A partir de 1979, la alocución navideña de la monarquía tuvo un único protagonista: el Rey, unas veces en su despacho y otras en un salón de estar, rodeado de elementos más o menos neutros, en función de su interés por acentuar el contenido de su mensaje.
Sorpresa: el Rey, casi sentado sobre su mesa
Hasta 2013, la última felicitación navideña de don Juan Carlos como Rey, solamente hubo una variación llamativa en el formato de sus intervenciones. Fue en 2012, el año en el que apareció en su despacho de pie, apoyado —ligeramente de lado— en la mesa de trabajo (a su espalda), sobre la cual se distinguía un ejemplar de la Constitución con tapas rojas y, a la derecha, una pila de gruesos libros, seguramente de Derecho Constitucional. Detrás, las banderas de España y de la Unión Europea, así como el retrato del infante Felipe de Borbón, duque de Parma, pintado por Jean Ranc en 1732.
La grabación de ese año 2012, en la que se pudo ver a su hijo Felipe tras las cámaras, incorporó una novedad más, fruto del proceso de digitalización por el que comenzaron a transitar empresas, organismos e instituciones de todo el mundo.
El año 2012 fue el primero en el que la felicitación navideña del Rey se emitía también en streaming a través del canal Casa Real TV de YouTube, de forma simultánea a la emisión por los canales de las distintas televisiones que operan en España.
El Rey, más rey en el Palacio Real
Durante los tres últimos años, ya a cargo del rey don Felipe, la principal novedad se produjo en 2015.
Don Felipe, que ha comparecido ante las cámaras en Nochebuena también en solitario, cuida hasta los últimos detalles el denominado lenguaje de los símbolos. Y así como procura no resaltar en exceso el contenido religioso de la Navidad, sin ocultarlo, trata también de fortalecer su mensaje hasta el punto de convertir su alocución navideña en verdaderos discursos de Estado.
En su primer discurso de Nochebuena, en 2014, se ocupó muy mucho de poner tierra por medio entre la monarquía y la corrupción, además de anunciar medidas ejemplarizantes de austeridad en la familia, en la Zarzuela y en el ejercicio del cargo, como respuesta clara a una demanda social horneada por la larga y amarga crisis económica.
Y en 2015, con un panorama político más complejo (el 20 de noviembre se había abierto la legislatura fallida) y la unidad de España seriamente amenazada por el independentismo catalán, don Felipe trasladó el plató televisivo al Palacio Real, se sentó en el mismo centro del Salón del Trono y se presentó ante los españoles en Nochebuena como el Rey de España, por la autoridad que le otorgan la Constitución de 1978 y todos los derechos dinásticos.
Por eso, quizás, tanto en 2015 como en 2016 utilizó un riguroso rojo carmesí como tono predominante de su corbata. El color de su guion como jefe del Estado y símbolo de la unidad de España. En 2018, 2017 y 2019 escogió, sin embargo, una corbata azul y morada.
La palabra 'unidad' ha sido, precisamente, la que más se ha repetido en sus mensajes navideños. Y muy probablemente volverá a ser protagonista este año de pandemia y con una convulsa situación política, económica y social. Un discurso que ya está generando mucho interés y diversos análisis, incluso, antes de haberse producido.
Fermín J. Urbiola
Periodista y escritor
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Con tan solo siete años, sin estar en posesión aún del título de Príncipe de Asturias, don Felipe participó en el primer mensaje navideño que ofrecía la Corona a los españoles, después de casi 40 años de franquismo.