Es noticia
Menú
El otro Carlos III, el ilustrado, el español
  1. Casas Reales
KING CHARLES

El otro Carlos III, el ilustrado, el español

En España, con un rica y larga historia de reyes y reinas, también tuvimos un soberano llamado Carlos III de la dinastía Borbón

Foto: Retrato de Carlos III.
Retrato de Carlos III.

Desde el mismo instante que un rey muere, su hijo o el que sea designado como sucesor se convierte automáticamente en soberano. Famosa es la frase "el rey ha muerto, viva el rey". Esto ha pasado así desde que existen las monarquías. Y cuando falleció el 8 de septiembre la reina Isabel II, Carlos, eterno príncipe de Gales, se convirtió automáticamente en Carlos III, dejando su título para quien es su heredero, el príncipe Guillermo. En España, con un rica y larga historia de reyes y reinas, también tuvimos un soberano llamado Carlos III de la dinastía Borbón. Es el 'el otro Carlos III', el ilustrado, el español.

Cuando nació, una gélida madrugada del 20 de enero de 1716 en el Real Alcázar de Madrid, y al igual que le pasó a Isabel II de Inglaterra, su destino no era el de reinar, ya que no era el primer hijo de su padre, el rey Felipe V, sino el tercero y de su segundo matrimonio. Eso sí, fue el primer hijo que hubo entre el matrimonio de sus padres, el citado rey y la intrigante, inteligente y poderosísima Isabel de Farnesio, una reina italiana de armas de tomar cuya vida dedicó a lograr los mayores beneficios a su prole. El destino trágico de la prematura muerte de los dos hermanos mayores, y sin descendencia, lo colocaron como rey.

placeholder Retrato de Carlos III.
Retrato de Carlos III.

Cuando Carlos III subió al trono, era monarca de Nápoles y Sicilia, ya que su padre los había reconquistado para España en la Guerra de Sucesión de Polonia. En tierras italianas reinó como Carlos VII. De su madre, además, heredó los ducados de Parma y Plasencia en 1731.

En el año de su nacimiento todavía provocaba resquemor el resultado de la firma del Tratado de Utrecht en 1713, en virtud del cual perdimos muchos territorios, entre ellos Gibraltar. Algo que todavía provoca no pocas tensiones entre España y Reino Unido.

La política desarrollada por Carlos III de España tuvo un marcado carácter internacional por las circunstancias heredadas de su padre y en un momento de grandes tensiones en las colonias de ultramar.

Rey de España

Como hemos mencionado anteriormente, la muerte de sus medio hermanos Luis I y Fernando VI sin descendencia le hicieron meritorio de portar la real corona. Como ya era rey en Nápoles, al portar sobre su testa la corona española, traía ya cierta experiencia como monarca. En 1759 llegó a Madrid y lo primero que hizo fue establecer el derecho divino como justificación de su soberanía. Fue un déspota ilustrado y ciertamente aportó una gran estabilidad al país, así como convirtió Madrid es una ciudad avanzada para la época, hecho que le hizo obtener el sobrenombre de 'alcalde de Madrid'.

Tuvo que enfrentar la Guerra de los Siete Años (1756-1763) contra Gran Bretaña tras ocupar las tropas inglesas Honduras y la pérdida de Quebec. El incesante ímpetu de expansión británico, en medio de la eclosión de su gran Imperio, hizo que se tensaran como nunca las relaciones entre dos imperios, uno en decadencia y el otro en ascenso, que se han pasado siglos guerreando.

placeholder Retrato de Carlos III.
Retrato de Carlos III.

La guerra terminó con la firma de la Paz de París en 1763, por la cual España cedió a Gran bretaña la Florida y buena parte del golfo de México. Pero tuvo sus contraprestaciones, como es lógico, y fueron que La Habana y Manila volvían a ser españolas junto con la Luisiana francesa y Menorca. Eso sí, Gibraltar, esa espina clavada desde 1713, siguió siendo británica.

España seguía siendo un imperio (hasta el XIX, cuando perdimos prácticamente todo), ya en decadencia, pero imperio al fin y al cabo. Siendo rey de Nápoles y Sicilia, Carlos III había firmado un interesante tratado de comercio con el Imperio Otomano que frenaba bastante las ansias del británico. En el Pacífico, en el otro lado del mundo y con el fuerte Virreinato de Perú de la Nueva España, se llevaron acciones para intentar incorporar a la corona española Oregón y Alaska, para lo que se costearon expediciones a Canadá.

Política interior

Carlos III fue un monarca de su tiempo, es decir, un déspota ilustrado, lo que trajo consigo importantes reformas en el país. Salvo el motín de Esquilache, puede decirse que tuvo un reinado pacífico. Bajo las premisas de la Ilustración llevó a cabo una política de importantes cambios, pero de una manera tranquila y sin grandes aspavientos. De su época tenemos que destacar que fue quizás el monarca que más hizo por configurar la España que actualmente conocemos.

* Si no ves correctamente este formulario, haz click aquí

En Madrid mandó construir numerosos paseos, pero lo más llamativo y práctico fue el proceso de alcantarillado e iluminación de la capital. Hoy en día numerosos monumentos conforman un Madrid bello, ilustrado y que el mundo entero reconoce. La Puerta de Alcalá, la Cibeles, la fuente de Neptuno, el hospital de San Carlos que hoy es la sede del Museo Reina Sofía, el Museo del Prado o el Jardín Botánico son muestras de lo que en su día este monarca hizo. También instituyó el servicio de Correos como algo público además de modernizar toda la red de carreteras españolas. Fue el creador, además, de la lotería nacional, algo tan nuestro.

placeholder Un retrato del Carlos III en el despacho de don Felipe. (Casa de S. M. el Rey)
Un retrato del Carlos III en el despacho de don Felipe. (Casa de S. M. el Rey)

Como buen monarca ilustrado, promovió diversas sociedades como la de Económicas de Amigos del País, que fueron un gran impulso para la industria de la época. También construyó hospitales públicos.

Su relación con la nobleza fue, por un lado, de tensiones, al hacer desaparecer de la misma al grupo de los hidalgos, pero de gran aceptación en el resto, ya que un Real Decreto de 1783 permitió algo impensable hasta la fecha: que los nobles pudieran trabajar. Creó además la Orden Militar de Carlos III, así como el Real Cuerpo de la Nobleza de Madrid. La burguesía, por su parte, creció de manera exponencial, especialmente en Cádiz, por el comercio con las colonias, y en Barcelona y Madrid, que comenzaron a ser grandes ciudades.

Matrimonio concertado pero lleno de amor

Como era costumbre de la época, y hasta hace bien poco, los reyes no se casaban por amor, sino por estrategias e intereses políticos. La elegida para el Carlos fue una princesa de Sajonia y Polonia, María Amalia de Sajonia, que con tan solo 14 años matrimonió con Carlos. A pesar de que murió joven, con 35 años, le dio tiempo a darle al rey 13 hijos, aunque desgraciadamente cinco no llegarían a la edad adulta.

María Amalia era una mujer de carácter tranquilo, alta, fuerte, de tez muy blanca y rubia. Muy alemana, aunque pasó buena parte de su vida como consorte de Nápoles. De hecho, de ahí trajo e introdujo la costumbre de poner en navidad en las casas el nacimiento de Jesús, lo que hizo que pasara a la historia como la reina del Belén. Lo expuso en el Real Alcázar siguiendo una tradición que ya traían de Nápoles. Fue su única navidad en Madrid, ya que poco después fallecería de tuberculosis, causándole al rey lo que describiría así: "El único disgusto de mi vida". Carlos III la sobrevivió 22 años y nunca superó su muerte, no volviéndose a casar jamás.

Gema Lendoiro es periodista y doctoranda en Historia Moderna por la Universidad de Navarra.

Desde el mismo instante que un rey muere, su hijo o el que sea designado como sucesor se convierte automáticamente en soberano. Famosa es la frase "el rey ha muerto, viva el rey". Esto ha pasado así desde que existen las monarquías. Y cuando falleció el 8 de septiembre la reina Isabel II, Carlos, eterno príncipe de Gales, se convirtió automáticamente en Carlos III, dejando su título para quien es su heredero, el príncipe Guillermo. En España, con un rica y larga historia de reyes y reinas, también tuvimos un soberano llamado Carlos III de la dinastía Borbón. Es el 'el otro Carlos III', el ilustrado, el español.

Príncipe Carlos de Inglaterra
El redactor recomienda