Letizia se viste con los colores de Unicef en Nueva York: un vestido alabado y pendientes de aguamarinas

Desde hace tiempo venimos viendo que doña Letizia no da puntada sin hilo a la hora de elegir vestuario. Y nos lo ha vuelto a demostrar este martes, durante sus dos primeros actos en Nueva York, al aparecer con un vestido en blanco y azul de Carolina Herrera. Tras asistir al funeral de Isabel II en Westminster, la Reina ponía rumbo a la Gran Manzana en un vuelo regular para cumplir allí con compromisos relacionados con la salud mental. Los primeros con el papel que ostenta desde el pasado mes de abril: defensora para la salud mental de la infancia y adolescencia para Unicef.

Así que no lo ha dudado y ha elegido un estilismo con los colores de la entidad, el azul y el blanco. Su Majestad ha recuperado de su armario un vestido que fue muy alabado cuando lo estrenó el pasado mes de mayo para recibir al jeque de Catar y a su esposa, en el marco de la visita de Estado que realizaron a España. Se trata de un creación de la diseñadora venezolana de manga corta, escote redondo cerrado y largo midi, confeccionado en un impoluto color blanco salpicado elegantemente por flores, unas campanillas azules que caen de unas ramas verdes con hojas.

La Reina recibió muy buenas críticas con este vestido de Carolina Herrera que, como muchos recordarán, Melania Trump había lucido previamente, aunque el suyo tenía otro tipo de flores en otros colores. Como ya hizo en mayo, doña Letizia ha combinado el diseño con los mismos complementos: una cartera de mano en azul celeste, el mismo que las campanillas del vestido, y unos salones destalonados a juego que ya llevan la plataforma incorporada para hacerlos más cómodos y que permiten a Su Majestad soportar mejor los tacones. Son de Magrit y lo cierto es que este verano se los hemos visto bastante a menudo.

No ha habido sorpresas en cuanto a joyas, optando por los pendientes de Bulgari en forma de aro que combinan oro blanco, aguamarinas y diamantes. En algunas ocasiones les cuelga una gran lágrima de aguamarina para hacerlos más vistosos y darle más empaque a su estilismo, como hizo, por ejemplo, con este mismo vestido en la bienvenida a Catar. Sin embargo, al ser un acto este más dedicado a la salud, ha preferido llevar tan solo los aros, obteniendo un resultado muy bueno, pero algo más sobrio. No faltaba, por supuesto, el eterno anillo de Karen Hallam del que no se despega.

La Reina ha viajado a Nueva York para cumplir con una serie de compromisos dedicados a la salud que han arrancado este martes con una reunión celebrada en el hotel INNSIDE by Melià New York Nomad. El tema a tratar, la salud mental, es uno de los que más preocupan a doña Letizia y en el que lleva trabajando ya años. El encuentro ha contado con expertos de Unicef sobre salud mental y, tras ello, Su Majestad se ha reunido con líderes juveniles involucrados en iniciativas de salud mental, en el marco de la semana de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas y la Cumbre para la Transformación de la Educación convocada por el secretario general.