Máxima de Holanda abre el salón más personal de palacio: su historia, a través de sus paredes

Nueva cita oficial para la reina de los Países Bajos, aunque en esta ocasión no por su papel en la Corona, sino por su cargo como asesora especial de la ONU. La argentina recibió al primer ministro de Vietnam, Pham Minh Chính, en Huis ten Bosch, su residencia oficial, este lunes por la tarde. El objetivo, las finanzas inclusivas, una de sus grandes preocupaciones. Y esta vez nuestra atención no se ha ido a su look, sino al escenario. Máxima de Holanda ha abierto el salón más personal de palacio. Una estancia donde la historia de la familia se puede ver a través de sus paredes, con detalles absolutamente personales.

No solo llama la atención el salón en sí, sino el hecho de que lo utilice para su trabajo, ya que no es muy habitual verla en esta estancia, por no decir nada. Especialmente desde que la pandemia se instalara en la agenda de los royals y el teletrabajo fuera una forma más de afrontar sus compromisos, pudimos adentrarnos en los despachos de las reinas y princesas europeas. De Máxima en concreto hemos visto dos despachos diferentes, aunque igual de llamativos, además de una sala de reuniones en la que la ahora princesa Beatriz desarrollaba gran parte de su trabajo cuando era la monarca.

Pero esta vez lo que más nos ha sorprendido son las paredes de este salón azul del palacio Huis Ten Bosch, pues ellas cuentan la historia de Máxima, su marido y sus tres hijas. De hecho, el lado izquierdo representa al rey Guillermo, en el centro están las princesas Amalia, Alexia y Ariane, y a la derecha es la reina holandesa la que está representada. ¿Pero cómo cuentan estas paredes la historia de esta familia? Con infinidad de detalles dibujados en sus paredes por los artistas Scheltens & Abbenes, que crearon y pintaron este textil tridimensional que cubre la estancia azul del palacio. En él se representan multitud de recuerdos de la pareja y sus tres hijas, además de objetos que representan a cada uno de los habitantes de la familia. Es algo así como un collage tridimensional de lo más llamativo y original que recoge los mejores recuerdos de la argentina, su marido y las tres jóvenes.

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Entre los muchos detalles de este revestimiento mural creado por el dúo formado por Mauricew Scheltens y Liesbeth Abbenes podemos encontrar el dibujo de unos patines. Pero no son unos cualquiera, son la representación de los patines sobre hielo con los que Guillermo sorprendió a Máxima patinando en el lago Huis Ten Bosch el 19 de enero de 2001 cuando le pidió que se casara con él con anillo de compromiso de por medio.

También podemos observar el gorro de gala que el rey Guillermo llevó en su boda. Un típico gorro de gala militar que recuerda que el monarca holandés realizó el servicio militar en la Marina Real en 1987 y después se embarcó en varios buques de la Armada tras una formación de varios meses en el Instituto Real de la Marina en Helder.

Entre los objetos personales de Guillermo Alejandro también se encuentran recuerdos como la Orden Olímpica de Oro que recibió en 1998 cuando, tras varios años como líder del Comité Olímpico Neerlandés, fue nombrado miembro del Comité Olímpico Internacional. Junto a este recuerdo, en el lado izquierdo de la sala, se encuentra la imagen de un cuchillo de mesa que es el más antiguo del monarca holandés. Además, también se aprecia la insignia de piloto que recibió hace más de un cuarto de siglo.

En la pared dedicada al monarca también observamos los perros labradores de la familia, Skipper y Nala. Dos perros de color negro que aparecen junto a una silla en la que se posa una flor y la capa que representa a la que Guillermo I se puso el día de su coronación como rey. Por curiosidad, Nala tuvo siete cachorros de los que la familia real se quedó uno, mientras que al resto les buscaron un hogar adecuado.

También aparece en las paredes dibujado un acordeón que representa una fecha inolvidable para los reyes de Holanda. Fue el día de su boda, el 2 de febrero de 2002, cuando el acordeonista holandés Carel Kraayenhof interpretó la canción ‘Adiós Nonino’, del compositor Astor Piazzolla, en honor al padre de Máxima que no pudo asistir a la boda porque no lo permitió el Parlamento. Esta interpretación conmovió a Máxima hasta las lágrimas. Junto a este detalle que supone un homenaje a Jorge Zorreguieta, está una hoja de papel en la que se plasman las firmas de los autores.

No faltan otros muchos detalles, como por ejemplo la famosa cerámica con detalles de color azul que hacen referencia a la ciudad de Delft, muy cerca de Ámsterdam, de la que hoy solo hay una fábrica. Con dibujos hechos a mano, son piezas conocidas por los holandeses como Delfts Blauw.

En la pared central se recuerda la primera infancia de las tres hijas de los actuales reyes de los Países Bajos y ha quedado dibujada la cuna con dosel de cuando eran bebés. Cuando presentaron a sus hijas tras cada uno de sus nacimientos, posaron junto a las princesas recién nacidas frente a la misma cuna representada en el mural. Además, junto a ella hay una montura que evoca la pasión por los caballos de Máxima, que heredó de su padre y que ha transmitido a sus tres hijas, especialmente a Alexia, que es a la que parece que más le apasiona. En dicha pared también se dibujan las sillas donde comían las tres hijas de los reyes holandeses y en una de ellas podemos leer en el respaldo precisamente el nombre de Alexia.

En cuanto a la nacionalidad argentina de Máxima, hay varias referencias en los muros de este salón azul. Una de ellas, como no podía ser de otra manera, es el mate, cuya representación es todo un clásico de su lugar de origen. Además, junto a él hay un abanico que hace referencia a Sevilla, pues Máxima y Guillermo se conocieron en la Feria de Abril hace más de veinte años. Pero no es el único recuerdo de su país de origen, puesto que también está representado un cóndor, que es muy típico de la Patagonia, donde vive su hermano Martín y que es uno de los lugares a los que la reina suele acudir para ver a su familia.

En la pared dedicada a Máxima, además, aparece representado el vestido bordado de color azul que incluía piedras y cristales con el que la reina fue entronizada. Un vestido que combinó con una capa del mismo color y que era una creación del diseñador holandés Jan Taminiau. No se olvida Máxima de su papel como asesora especial del secretario general de las Naciones Unidas sobre inclusión financiera, gracias al que hemos podido ver la decoración de las paredes de este maravilloso salón azul. En honor a este puesto que ostenta la argentina está representada la bandera de la ONU.

Ya sabíamos que tanto Guillermo como Máxima -hace poco se revelaba el detalle más emotivo del despacho del monarca- tienen un espacio de trabajo en el que abundan los detalles familiares y personales. Con esta reunión con el primer ministro de Vietnam, comprobamos cómo la historia de su noviazgo, su matrimonio, sus hijas y su vida están a la vista en el salón más personal de los Orange.