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El lenguaje corporal de la infanta Sofía: más natural que Leonor y con mayor libertad
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GRANDES CAMBIOS

El lenguaje corporal de la infanta Sofía: más natural que Leonor y con mayor libertad

La infanta Sofía cumple 16 años y se prepara para afrontar un año lleno de cambios. Analizamos su lenguaje corporal y la imagen que transmite en público

Foto: La infanta Sofía, en una imagen de archivo. (LP)
La infanta Sofía, en una imagen de archivo. (LP)

La infanta Sofía cumple 16 años, un momento clave para su vida y que marcará un punto de inflexión. Este es el último año en el que las cosas serán como siempre las ha conocido, porque, de cumplirse lo prometido, el curso que viene será el primero que pase fuera de casa, siguiendo los pasos de su hermana Leonor y estudiando en el UWC Atlantic College.

Los caminos de las dos hermanas nunca han estado más separados que en estos dos años que Leonor ha pasado en Gales, y ahora que Sofía tomará el relevo, seguirá siendo así. Una distancia física que no parece haber enfriado la gran complicidad que hay entre ellas y que muestran en cada aparición juntas. Las hermanas son el mejor apoyo la una para la otra, a pesar de sus diferentes papeles oficiales.

placeholder La infanta Sofía, con la princesa Leonor en los Teatros del Canal. (LP)
La infanta Sofía, con la princesa Leonor en los Teatros del Canal. (LP)

Porque no podemos olvidar que Leonor es la heredera del trono, lo que hace que su protagonismo sea cada vez mayor, así como sus responsabilidades. Cuando eran pequeñas, ambas compartían todos los momentos públicos, pero ahora el papel de Leonor cada vez será más importante, alejándose ligeramente de su hermana, que pasará a ocupar un más discreto segundo plano.

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Esto parece que ha estado muy claro entre ellas desde hace tiempo, por lo menos así se apreciaba en sus apariciones públicas, en las que se podía ver a una nerviosa Leonor buscando el apoyo de su hermana, mucho más tranquila en todo momento -salvo cuando tiene que hacer las pruebas para ingresar en el Atlantic College-. Miradas que se buscan, manos que se encuentran y siempre la una al lado de la otra, un frente unido ante situaciones nuevas.

placeholder La infanta Sofía, en compañía de su madre y su hermana a su llegada al teatro Campoamor. (LP)
La infanta Sofía, en compañía de su madre y su hermana a su llegada al teatro Campoamor. (LP)

Nadie más orgullosa de Leonor que su hermana durante su primer discurso público, salvo tal vez Letizia, que se sabía las palabras de memoria. Tampoco nadie se reía con tanta soltura de su hermana en el vídeo hecho público por la Casa Real en el que Leonor se quemaba al tomar la sopa. En su papel de hermana menor, Sofía no podía esconder su sonrisa.

Esto no quiere decir que Sofía no se tome en serio sus funciones, nada más lejos de la realidad, salvo en momentos puntuales en los que hay las equivocaciones lógicas ante un protocolo marcado (quién se pone al lado de quién o quién camina detrás), lo cierto es que Sofía siempre se mantiene en su sitio.

placeholder  La infanta Sofía tiene una gran complicidad con su padre, el Rey. (LP)
La infanta Sofía tiene una gran complicidad con su padre, el Rey. (LP)

Simpática y abierta, su presencia es un bálsamo para su hermana, quien parece que con el tiempo ha encontrado su lugar y, en una de sus últimas apariciones, era ella quien buscaba a la pequeña, que la guiaba ejerciendo de hermana mayor.

La postura de Sofía, tal vez porque es consciente de que las miradas están puestas en ella, pero sobre todo en su hermana, siempre es relajada. Nunca cruza los brazos, no esconde las manos en los bolsillos, ni se muestra insegura. No duda en hacer breves comentarios a su madre o buscar a su padre con la mirada, compartiendo cómplices sonrisas.

placeholder La infanta Sofía, saludando en Chinchón. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
La infanta Sofía, saludando en Chinchón. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Uno de sus mejores rasgos es su sonrisa, que luce casi eternamente en el rostro, un gesto natural y desenfadado que no parece costarle ningún esfuerzo. La sonrisa de la Infanta parece una sonrisa sincera, esa que los expertos señalan que hace salir arrugas en los ojos y eleva las mejillas. “La sonrisa tiene una función biológica muy clara: crea un vínculo social que favorece la confianza y elimina cualquier sensación de desagrado”, explican desde el equipo de Cristina Viyuela.

Durante estos últimos años, Sofía ha demostrado estar más que preparada para sustituir a su hermana y también para deslumbrar por sí misma. Siempre pendiente de las indicaciones de sus padres (aunque sus gestos de fastidio delaten que no siempre le gustan las correcciones), la joven parece tener constantemente una actitud relajada y, aunque se dice de ella que es muy perfeccionista, consigue mostrarlo de un modo muy natural.

La infanta Sofía cumple 16 años, un momento clave para su vida y que marcará un punto de inflexión. Este es el último año en el que las cosas serán como siempre las ha conocido, porque, de cumplirse lo prometido, el curso que viene será el primero que pase fuera de casa, siguiendo los pasos de su hermana Leonor y estudiando en el UWC Atlantic College.

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