Las fotos por los 90 años de Alberto de Bélgica: sin Paola y con su nieta, la princesa Elisabeth, como protagonista

Una ocasión especial se merece una celebración especial. Y en el caso de Alberto de Bélgica, ha festejado sus 90 años con unas nuevas fotos oficiales sin su mujer, Paola, y con su nieta Elisabeth como protagonista, además de su hijo Felipe, el actual monarca.

Las imágenes han sido distribuidas este jueves y en ellas la Casa Real ha querido reflejar el pasado, el presente y el futuro de la institución. La sesión fue realizada al pasado marzo, el mismo día en el que se realizó la visita de Barak Obama, tal y como se ha desvelado. De hecho, la princesa Elisabeth luce la misma ropa que en la foto con el expresidente americano: un dos piezas en azul de la firma británica Jigsaw y unos pendientes de Carolina Herrera.

No ha pasado inadvertido un detalle: los dos reyes llevan la corbata en tonos azules, a juego con el look de su hija y nieta. Un 'match' que refleja la buena sintonía que hay entre las tres generaciones. De hecho, una de las imágenes muestra al rey Alberto mirando a su nieta con absoluta devoción, sin disimular el orgullo que siente.

En Vanitatis hemos querido acercarnos un poco más a la figura del exmonarca, que celebrará estos días sus 90 años con familia y amigos. Un breve paréntesis en medio de unas semanas de descanso para recuperarse de un problema de salud en el sur de Francia, que comparte con nostros Wim Dehandschutter, periodista belga especializado en la Casa Real.

La primera de las celebraciones ya ha tenido lugar. El exmonarca salía este martes por la noche a cenar con su esposa, su única hija, la princesa Astrid, y su yerno, el príncipe Laurenz. Su mujer y su hija, con las que disfrutó de esta primera celebración, son dos de las tres mujeres fuertes en la vida del rey Alberto, tal y como nos cuenta nuestro colega belga: "En las últimas semanas, Alberto ha podido recurrir a sus tres mujeres fuertes". En este grupo, además de su hija, a la que considera la "niña de sus ojos", y su mujer, en lo que entraremos más adelante, está también su nuera Claire.

Siempre alabada por su discreción y su trabajo al margen de las polémicas de su marido, el príncipe Laurent, Claire es casi una hija para los que fueran reyes belgas: "Aprecian mucho a Claire por su tacto y la influencia positiva en Laurent, que está algo distanciado de ellos. De hecho, gracias a ella, la relación entre él y sus padres no se ha roto completamente".

Pero volviendo a esa relación con Paola, la otra mujer fuerte de su vida, Wim Dehandschutter nos cuenta qué es lo que más preocupa ahora al rey Alberto, a sus 90 años y con una vida bastante satisfactoria a sus espaldas: "El gran miedo de Alberto es lo que le pasará a Paola tras su muerte. Teme dejarla sola", cuenta el periodista. Unas palabras de las que se desprende que el antiguo rey tiene claro que morirá antes que su esposa, lo que representa para él una gran preocupación.

Son un matrimonio unido y fuerte que vive ahora la tranquilidad tras la abdicación de 2013. Pero no siempre fue así. Sus problemas maritales han sido de sobra conocidos y públicos. Incluso Paola llegó a plantearse el divorcio hace unas décadas, cuando Alberto estaba aún lejos del trono y su relación con Sybille de Selys Longchamps, la madre de su hija ilegítima, en pleno apogeo.

Pero el divorcio era algo que no entraba en los planes del entonces rey Balduino, que lo impidió de forma tajante. Alberto y Paola tuvieron que conformarse con hacer vidas relativamente separadas, dentro de lo que suponía pertenecer a la corte belga. Vidas tan separadas que aquella década, la de los 60, fue bastante convulsa en su relación, con diferentes relaciones extramatrimoniales adjudicadas a uno y a otro.

La más sonada, la que tuvo como fruto a la hija ilegítima del rey Alberto. Delphine nacía en 1968 y la relación de sus padres aún duraba otros 18 años. Pero Sybille de Selys Longchamps no fue la única mujer a la que se relacionó con el entonces príncipe de Lieja. También la modelo Memphies o la actriz Elizabeth Dolac, amén de otras mujeres pertenecientes al sector del espectáculo, según las crónicas de la época.

Eso sí, Paola tampoco se quedó corta: sonada fue la portada en la que apareció junto al conde Albert Adrient de Munt, fotógrafo de 'Paris Match'. La foto dejaba lugar a pocas dudas: una playa, un escueto bikini y un paseo cogidos de la cintura provocaron el escándalo. También se habló del cantante italiano Adamo y del barón Aldo Vastapane, de quien incluso se rumoreó que podría ser el padre del príncipe Laurent.

Pero sin duda, si hay algo que ha marcado las últimas décadas del rey Alberto ha sido esa hija ilegítima, hoy reconocida, con el apellido de la familia real y siendo una más en algunos actos institucionales. La princesa Delphine llevó el caso a los tribunales hace años, siempre defendiendo que no quería ni dinero ni títulos, solo que el exmonarca reconociera de forma pública una verdad que él tenía clara.

Finalmente, los jueces le dieron a razón a la artista belga y, aunque después ha reclamado algún que otro privilegio real para equipararse a sus hermanos, ya tiene lo que quería desde un principio: el reconocimiento del rey Alberto. Fue en octubre de 2020 cuando, desde el propio palacio, se distribuyó la fotografía del esperado encuentro entre padre e hija, cerrando así años de disputas legales y desprecios públicos.

Pero en esa imagen había otra protagonista: la reina Paola de Bélgica, cuya presencia era la que más llamaba la atención, por dos motivos. Primero, porque siempre se había hablado de que Alberto se negaba a reconocer a Delphine por la supuesta presión de su mujer. Segundo, porque a la que fuera princesa italiana se la considera la gran damnificada en toda esta historia. De nuevo Paola -Lita, como él la llama- mostrándose como la compañera y cómplice.

En este triunvirato femenino -Paola, Astrid y Claire- se podría incluso meter a otra mujer. O más bien su figura, ya que influyó mucho en cómo fue la vida del rey Alberto, pero no compartió apenas tiempo con ella. Y es que su madre, la princesa Astrid de Suecia, falleció cuando él solo tenía un año.

El exmonarca siempre ha lamentado no tener recuerdos de ella, aunque su vida entera haya estado completamente marcada por ese trágico accidente que costó su muerte. Una vida de la que este jueves celebra 90 años, con muchos capítulos cerrados y un solo temor.