La emoción del rey Felipe y la reina Letizia en una noche histórica: selfies, chubasqueros y una gran complicidad en la inauguración de los JJOO de París
Los Reyes vivieron con auténtica emoción la ceremonia, sobre todo durante el paso de la delegación española. Poco les importó la lluvia que caía sobre París
La lluvia no dio tregua a la inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024. El cielo nublado y el agua deslucieron una ceremonia que, por otro lado, fue muy criticada en redes sociales. El evento había sido vendido como algo espectacular y nunca visto; sin embargo, no convenció a muchos por su lentitud y falta de dinamismo. A pesar de ello, y del constante y en ocasiones molesto goteo, don Felipe y doña Letizia disfrutaron de una noche emocionante.
Y es que en todo momento se vio una gran complicidad entre los Reyes, quienes reaparecieron juntos en Trocadero para seguir la ceremonia, tras la ausencia de doña Letizia unas horas antes en el Palacio del Elíseo. Esa misma tarde, el presidente Emmanuel Macron y su esposa, Brigitte, habían abierto las puertas de su residencia para recibir a los líderes mundiales que habían viajado hasta la capital francesa para no perderse el arranque de estos esperados Juegos, los primeros que se celebran con normalidad tras la pandemia.
La ausencia de la reina Letizia
En las previsiones de Casa Real figuraba que doña Letizia asistiría a esa recepción, al igual que estuvo presente el jueves en el encuentro con el equipo olímpico español y después en la cena ofrecida por el COI en el Louvre. De ahí que fuera una auténtica sorpresa ver aparecer a don Felipe solo en el Elíseo. Desde Casa Real confirmaron que existía un cambio de previsiones, pero aseguraron que la Reina no iba a faltar al plato fuerte, es decir, la inauguración.
No fue doña Letizia la única ausente en la recepción de los Macron. También Máxima de Holanda causó baja, por lo que el rey Guillermo Alejandro asistió en solitario, aunque contó con la compañía del presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, también solo. Al igual que doña Letizia, la argentina sí acudió después a la ceremonia a las orillas del Sena, donde se la vio de lo más animada, dando apoyo a la delegación holandesa.
Entre los otros royals asistentes al encuentro con los Macron se encontraban Federico y Mary de Dinamarca, Alberto y Charlène de Mónaco, los grandes duques de Luxemburgo, Felipe y Matilde de los belgas, además de presidentes y primeros ministros de alrededor del mundo.
Una ceremonia pasada por agua
Minutos antes de las 19:30 horas, don Felipe y doña Letizia ocupaban sus puestos en las gradas montadas en Trocadero. La Reina llegaba espectacular, luciendo un vestido de Carolina Herrera. Tras el lookazo de Dior lucido en la jornada anterior, la Reina decidía echar mano de un diseño con un pronunciado y original escote corazón en negro, con tirantes anchos del mismo color y tela de estampado floral en blanco y negro. Lo combinó con pendientes de diamantes de forma floral.
En aquel momento no llovía, pero la Reina, previsora, llevaba ya un paraguas y un chal, que no dudó en colocarse a los pocos minutos de sentarse. Eso sí, antes de eso, y en una imagen muy espontánea, el Rey cogió su móvil y le pidió a su esposa que se hicieran un selfie. Las cámaras captaron ese momento entre el matrimonio, y después fue Zarzuela, en su Instagram, la encargada de compartir la instantánea.
Al no poder utilizar el paraguas para no tapar la visibilidad de los invitados sentados a sus espaldas, don Felipe y doña Letizia, como el resto de presentes, se cubrieron de la lluvia con chubasqueros transparentes que proporcionó la organización. Aunque la Reina en un primer momento solo se tapó la cabeza con él, evitando tener que ponérselo, finalmente se lo colocó con la ayuda del Rey, muy pendiente en todo momento.
Y así, tapados con sus chubasqueros, siguieron la ceremonia que duró cerca de tres horas. Tan solo se descubrieron las cabezas en un momento muy especial. Y es que poco les importó la lluvia que caía sobre París cuando, por el Sena, pasó navegando el barco en el que iba la delegación española. La señal de televisión no mostró ese momento de los Reyes, pero las imágenes dejan claro que se levantaron y, a cabeza descubierta, estuvieron aplaudiendo, animando y saludando a nuestro equipo.
Además, y para que no quedaran dudas de ello, Casa Real compartió en sus redes sociales el momento en el que don Felipe y doña Letizia se levantan de sus butacas y, mientas el Rey aplaude, doña Letizia alza el puño y sigue con aplausos. Sin duda, un momento y una noche que siempre llevarán en su memoria.
La lluvia no dio tregua a la inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024. El cielo nublado y el agua deslucieron una ceremonia que, por otro lado, fue muy criticada en redes sociales. El evento había sido vendido como algo espectacular y nunca visto; sin embargo, no convenció a muchos por su lentitud y falta de dinamismo. A pesar de ello, y del constante y en ocasiones molesto goteo, don Felipe y doña Letizia disfrutaron de una noche emocionante.
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