La cena gallega del rey Juan Carlos con amigos: un significativo beso, marisco y un local que abre solo para él
El antiguo monarca reunió a un grupo de incondicionales horas después de llegar a Sanxenxo para participar en una nueva competición de regatas
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No falla: viaje que hace a Galicia, viaje en el que no se salta la parada en O Grove. Y tras su llegada el pasado martes a Sansenxo, ya ha habido cena gallega del rey Juan Carlos con amigos. No faltó, por supuesto, el marisco, en un local que abrió solo para él y su grupo de incondicionales, recibiendo un significativo beso de uno de ellos.
De momento se está repitiendo el patrón de sus últimas visitas a la zona, siempre con el objetivo de participar en los campeonatos de regatas. A su llegada, su íntimo Pedro Campos no falta para darle la bienvenida al bajarse del avión privado que le trae desde Abu Dabi y trasladarlo a su casa, que se convierte en cuartel general para sus estancias en Sanxenxo.
Después de unas horas de descanso, llega esa cena con incondicionales. En la que tuvo lugar este miércoles por la noche, también se repitió el patrón. El local elegido, D'Berto, en O Grove, local especializado en mariscos -lógico teniendo en cuenta su ubicación- y que, según las agencias que presenciaron y tuvieron imágenes del momento, abrió exclusivamente para el grupo que capitaneaba don Juan Carlos.
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Tampoco hubo sorpresas en cuanton a la actitud del exmonarca. Sí saludó a la prensa reunida en la puerta del local, con fotógrafos, redactores y cámaras esperando pacientemente a que terminara la velada, que se alargó bastante. Pero nada de declaraciones, evitando contestar a ninguna de las preguntas lanzadas, la mayoría en torno a esas demandas que ya ha puesto y las que se esperan.
Un detalle que llamó la atención fue el beso de despedida que le plantó en la mano Vicente Dalmau, presidente de las bodegas Marqués de Murrieta. Un gesto que deja clara la admiración y el respeto que siente por el rey Juan Carlos, como uno de sus incondicionales que es.
El padre de Felipe VI está absolutamente arropado cuando viene a nuestro país y eso se demuestra en cada una de sus visitas, especialmente las que hace a Sanxenxo, que ya se ha convertido en su pequeño reducto español, con los viajes a Madrid mucho menos numerosos.
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Las imágenes del rey Juan Carlos saliendo del local de O Grove demostraban lo que contaba Vanitatis hace unos días. Según pudimos saber, vendría completamente ajeno al rudio mediático que han provocado las demandas que ha interpuesto, una a Miguel Ángel Revilla y otra a Corinna Larsen. Sabíamos también, que después del último viaje frustrado por la climatología, esta nueva visita le hacía especial ilusión.
El exmonarca lleva más de seis meses sin pisar suelo español. Como pudimos saber, quiso venir en navidades, pero ese veto que tiene para dormir en Zarzuela le hizo replanteárselo. Por eso sus viajes a Galicia son mucho más frecuentes. En Sanxenxo se siente más libre, más acogido y bien recibido.
Las siguientes jornadas en las que se espera que vuelva a España para las regatas son el 16 de mayo y el 20 de junio. Da la casualdiad de que justo el día 16 está previsto en Santander el acto de conciliación con Miguel Ángel Revilla, aunque ni don Juan Carlos ni el político cántabro tienen obigación de ir. De hecho, esa fue una de las preguntas que evitó responder al salir de este local tras su cena gallega con amigos.
No falla: viaje que hace a Galicia, viaje en el que no se salta la parada en O Grove. Y tras su llegada el pasado martes a Sansenxo, ya ha habido cena gallega del rey Juan Carlos con amigos. No faltó, por supuesto, el marisco, en un local que abrió solo para él y su grupo de incondicionales, recibiendo un significativo beso de uno de ellos.