La cena familiar del rey Juan Carlos y la infanta Margarita en Galicia con la que vuelve la normalidad

Mucho se ha hablado y se ha escrito de las diferentes visitas del padre de Felipe VI a nuestro país desde que se instalara en Abu Dabi, cada una diferente al resto. Si la primera supuso un baño de multitudes y aquello parecía el regreso de un héroe, la segunda fue radicalmente opuesta, ya que siguió las indicaciones de Zarzuela para que reinara la discreción. La tercera resultó parecida a la anterior, aunque tuvo la visita de la infanta Elena. Y en esta última ya estamos hablando de un nuevo perfil. Y la prueba es la cena familiar del rey Juan Carlos y la infanta Margarita este jueves por la noche, con la que parece que vuelve la normalidad.

Porque hasta ahora, durante sus estancias en Sanxenxo de este 2023 -vamos ya por la tercera-, hemos visto al exmonarca muy poco. Solamente durante las jornadas de entrenamiento o competición, y eso si el tiempo lo permitía. Si no, don Juan Carlos no salía de la casa de Pedro Campos, su cuartel general y refugio cuando se encuentra en la zona. Pero las cosas están cambiando y parece que ya no hay tanto problema en que el Rey emérito se deje ver feliz, disfrutando de planes de ocio y recibiendo el cariño de los suyos.

Así, pudimos ver al rey Juan Carlos cenando en el restaurante D'Berto, en O Grove, uno de sus favoritos en la zona y al que llevaba años sin ir. No podemos decir que llevara sin probar sus platos el mismo tiempo que lleva en Abu Dabi, puesto que, aunque él no se desplace a cenar, sí sabemos que los restaurantes y proveedores de la zona le acercaban la comida hasta la casa de Pedro Campos para los almuerzos y las cenas. Pero, desde luego, no hay duda de que echaba de menos el ambiente del establecimiento. Y para muestra, el abrazo que dio al llegar a uno de sus responsables, siempre con la ayuda de su inseparable ayudante, Vicente Mochales.

Exultante, feliz, cercano con sus amigos... En definitiva, el rey Juan Carlos al que estábamos acostumbrados antes de escándalos, de finanzas puestas en entredicho y de exilio. Una actitud a la que seguro ha contribuido la visita de su hermana y sus sobrinos, que llegaban a Sanxenxo el mismo miércoles, solo unas horas después de que aterrizara en el aeropuerto de Peinador de Vigo. Por supuesto, también el exmonarca se mostró ajeno a la actualidad de otros miembros de su familia, como los detalles del acuerdo de divorcio de la infanta Cristina, que Vanitatis publicaba este jueves en exclusiva, o ese encuentro que al final no se dio con el rey Felipe, que estuvo a apenas unos kilómetros este mismo día.

Minutos después de esa llegada del rey Juan Carlos al restaurante D'Berto, lo hacían su hermana, la infanta Margarita, y sus sobrinos, María y Alfonso Zurita, todos preparados para degustar los mariscos y demás productos del mar en los que está especializado este establecimiento. Pero también para disfrutar de la compañía del exmonarca, que no pueden tener todos los días por la distancia que los separa. Una reunión parecida no se daba desde el pasado octubre, hace casi un año, cuando los Zurita-Borbón viajaron a Abu Dabi para visitarlo.

Eso sí, tal y como ha contado María Zurita en alguna ocasión, el contacto entre ellos es constante. Hablan prácticamente a diario y don Juan Carlos es testigo de cómo crece Carlos, su ahijado. Precisamente, el nieto de la infanta Margarita fue el gran ausente de la cita de este jueves, al tratarse de una velada nocturna y unas horas no demasiado apropiadas para los más pequeños.