Catherine Deneuve vuelve a rodar tras el ictus que casi le cuesta la vida

Catherine Deneuve, la jovencita bajo la lluvia de 'Los paraguas de Cherburgo', la francesa de rostro perfecto que encarnó las obsesiones de Buñuel en 'Belle de Jour' o 'Tristana', vuelve a la carga tras el ictus que sufrió el pasado mes de noviembre. Según cuenta 'Paris Match', la estrella regresa esta semana al rodaje de 'En su vida', la película de Emmanuelle Bercot cuya producción se vio interrumpida por la salud de la actriz de 76 años.

Fue entonces cuando su agente informó acerca del ictus y de que la actriz había tenido "mucha suerte", ya que rodaba cerca de un hospital cuando empezó a sentirse mal. Tras unos meses de recuperación, los cinéfilos volverán a disfrutar de su magnética presencia en pantalla.

La salud no ha sido la única razón por la que Deneuve ha sido noticia en los últimos años. La ajada 'rubia de hielo' (así la llaman) que encabezó un manifiesto que ponía en tela de juicio el #MeToo defendiendo el “derecho a importunar de los hombres” y denunciando la campaña de “delaciones contra hombres-cerdos”. Eso ocurrió hace apenas un año y quizá borró lo que fue para toda una generación: la encarnación del amor y una de las más grandes seductoras que se recuerden. En la pantalla y en la vida real.

Así lo acredita un repaso a sus amores. Con Roger Vadim, también descubridor de otra rubia de postín, Jane Fonda, tuvo un amor a los 17 años. De esa relación nació un hijo, Christian, pero no un amor duradero. El director la acusó, en años posteriores, de ser una “estrella mimada”. Argumentó que habían sido sus caprichos la razón de la ruptura.

Unos años después, y convertida ya en la estrella de 'Los paraguas de Cherburgo' y 'Repulsión', se casó con el fotógrafo David Bailey. Corría el año 1965 y ambos parecían una pareja de postal: guapos, jóvenes (apenas sobrepasaban los 20 años) y exitosos. Un solo problema existía entre ellos: la barrera idiomática. Los amigos que les rodeaban llegaron a decir que ella llegaba exhausta del trabajo y no tenía ganas de ponerse a hablar inglés con él.

A la tercera fue (casi) la vencida. A principios de los 70, la actriz rodó 'Angustia de un querer' junto a Marcello Mastroianni. Para muchos, era de cajón que los dos mitos eróticos de la década se iban a enamorar. Y así fue. Poco después de unir sus vidas, en 1972, nació Chiara, una preciosa (la genética había de dictarlo) niña.

La pequeña nunca llegó a ver a sus progenitores juntos, ya que se separaron tras compartir vida durante tres años y rodar cinco películas. También actriz de profesión, Chiara ha sido una de las personas que mejor han explicado a legendaria frialdad de su madre. “La gente piensa que es fría, pero no lo es. Es cautelosa y muy divertida, pero se toma su tiempo para que puedas conocerla de verdad (…). Es hermética y tímida, pero muy carismática, por lo que es difícil ver su parte más íntima”, concluyó, ofreciendo el mejor retrato de Deneuve.

La actriz sigue siendo un icono de la sexualidad y la modernidad de los 60, pero con sabor europeo. Como dijo Hitchcock de Grace Kelly, un iceberg con un volcán dentro; un cráter más necesario que nunca en tiempos de asepsia y corrección política. Precisamente por eso, nos alegramos mucho de su regreso a la gran pantalla.