Así es la lujosa casa donde vivirán los Trump tras su salida de la Casa Blanca
El exclusivo centro turístico Mar-a-Lago en Palm Beach (Florida) es sinónimo del lujoso estilo de vida del expresidente
Ya fuera porque según él no se sentía "bien tratado por los neoyorquinos" o simplemente por una cuestión de impuestos, a finales de 2019 decidió que era buena idea hacer las maletas. Donald Trump y su esposa Melania cambiaban así su residencia oficial de la Gran Manzana, en la famosa Trump Tower, al opulento club de su propiedad en Palm Beach, el Mar-a-Lago.
Este lujoso complejo con playa privada, campo de golf, spa, siete pistas de tenis, varios restaurantes y boutiques es propiedad de Trump desde 1985, pero debido a problemas económicos, decidió transformarlo en un club una década más tarde. Entre sus exclusivas normas aparece que ningún miembro del club puede pasar más de 21 días anuales en las suites para huéspedes y no pueden permanecer allí más de siete días consecutivos.
Pese a esta normativa, recientes trabajos de construcción en la zona y el hecho de que Melania haya sido vista visitando escuelas en la zona para su hijo Barron, los Trump parecen encaminados a convertirlo en su nuevo hogar tras su inminente salida de la Casa Blanca.
Esta residencia ha acogido a un buen número de visitantes de alto nivel a lo largo de los años, ya que aparentemente siempre ha servido como la escapada favorita de fin de semana de la familia Trump. Mar-a-Lago ha servido también como un lujoso telón de fondo para recibir a importantes dignatarios con sus salones profusamente decorados. No en vano es una propiedad construida claramente con el objetivo de impresionar.
Trump adquirió la propiedad y todos su mobiliario por un total de 8 millones de dólares y hoy en día sirve tanto como lugar de vacaciones para su familia, como para la celebración de eventos de campaña o para agasajar a líderes extranjeros. Allí ha recibido el millonario a mandatarios como el presidente chino Xi Jinping o el primer ministro japonés Shinzo Abe.
El club, valorado en unos 100 millones de dólares, refleja el ostentoso gusto del exmandatario, con salas llenas de mármol, piedra italiana, azulejos españoles, tapices flamencos, enormes candelabros colgantes, alfombras orientales y frescos europeos.
Cotizada inscripción
Con sus 118 habitaciones, también está abierto a quien desee hacerse socio. En principio la tarifa de entrada era de 50.000 dólares, pero la cifra se disparó a 200.000 dólares después de la elección de Trump como presidente.
Recientemente, la propiedad estuvo cerrada durante 57 días en medio de la pandemia de coronavirus después de que visitantes como el secretario de prensa del presidente brasileño Jair Bolsonaro y otros dignatarios del país sudamericano dieran positivo por covid el pasado mes de marzo.
La propiedad se extiende por todo el ancho de la isla en la que se encuentra Palm Beach y en el complejo los Trump han organizado a lo largo de los años fastuosas fiestas navideñas y también han visto varias ediciones de la Super Bowl junto a los miembros del exclusivo club privado.
Rodeada de polémica
Pero Mar-a-Lago también ha saltado a los titulares por cuestiones más escabrosos, como cuando en septiembre de 2019 una de las víctimas de Jeffrey Epstein aseguró que había sido reclutada para su trama de explotación sexual directamente en el complejo turístico en 1999 cuando tenía tan solo 15 años.
Además, hace pocas semanas, los propios residentes del club manifestaban su oposición al regreso de Trump. El representante legal de los vecinos de Mar-a-Lago, Reginald Stambaugh, ha pedido mediante una carta que la alcaldía notifique al empresario que no puede usar las instalaciones como residencia habitual. Con este documento pretenden evitar "la situación incómoda" que podría vivir el expresidente si se muda al club y luego tiene que volver a mudarse.
Ya fuera porque según él no se sentía "bien tratado por los neoyorquinos" o simplemente por una cuestión de impuestos, a finales de 2019 decidió que era buena idea hacer las maletas. Donald Trump y su esposa Melania cambiaban así su residencia oficial de la Gran Manzana, en la famosa Trump Tower, al opulento club de su propiedad en Palm Beach, el Mar-a-Lago.