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Globos de Oro 2021: conexiones accidentadas, glamour casero y Jodie Foster en pijama
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Globos de Oro 2021: conexiones accidentadas, glamour casero y Jodie Foster en pijama

Tras el sopor, todo el mundo ansiaba ver a Tina Fey y Amy Poehler, cada una situada en una costa de Estados Unidos. El gag inicial, en el que una fingía tocarle el brazo a la otra pese a la pantalla partida, ya nos supo a gloria

Foto: Margot Robbie. (EFE)
Margot Robbie. (EFE)

El previo de los Globos de Oro 2021 no prometía demasiado. La pandemia, causante de que este año hayamos presenciado unos premios telemáticos y atípicos (los que más desde aquella ceremonia de 2008 en la que la huelga de guionistas forzó una larguísima rueda de prensa) lo cambió todo. En los minutos anteriores a la gala vimos una alfombra roja en diferido que nos colocaba, por ejemplo, a Elle Fanning con un misterioso fondo rosa o a Josh O'Connor entre jardines... El truco era evidente: se trataba de fotografías realizadas hace días que hacían las veces de alfombra. La diferencia era tristemente notable.

El comienzo de la ceremonia mejoró las cosas. Tras el sopor, todo el mundo ansiaba ver a Tina Fey y Amy Poehler, cada una situada en una costa de Estados Unidos. El gag inicial, en el que una fingía tocarle el brazo a la otra pese a la pantalla partida, ya nos supo a gloria. Bastaba poco para contentarnos después de minutos y minutos de aburrimiento...

placeholder Tina Fey y Amy Poehler, durante la ceremonia. (Reuters)
Tina Fey y Amy Poehler, durante la ceremonia. (Reuters)

Las redes agradecieron a aquellos nominados que, en lugar de unas flores artificiales y unas ventanas tapadas, nos ofrecieron cierto glamour martini en mano. A Catherine O'Hara, ganadora del premio a la mejor actriz de serie cómica, se le ocurrió un gag bastante original: su pareja empezó a darle el coñazo con el sonido del móvil en pleno discurso de agradecimiento. Preparado, sí, pero igualmente divertido. Lo que no fue preparado fue el error en la conexión de Daniel Kaluuya, primer premio de la noche al mejor actor de reparto por 'Judas and the Black Messiah'.

También hubo algún que otro patinazo que nació de una feliz espontaneidad. ¿Quién iba a pensar, por ejemplo, que Jeff Daniels aparecería en un dormitorio con la cama mal hecha? ¿O que a Mark Ruffalo (muy reivindicativo en su discurso anti-Trump) lo iba a abrazar su hijo pequeño mientras daba las gracias por su premio como mejor actor en una miniserie? ¿O que la mayoría de nominados tendrían que aguantar todo el discurso de agradecimiento de sus contrincantes con cara de póker? El pobre Al Pacino casi parecía dormirse mientras veía como Josh O'Connor le birlaba el premio al mejor actor en serie dramática.

La naturalidad también nos regaló grandes momentos, como el de Jodie Foster agradeciendo el premio en pijama y al lado de su novia. Nada de críticas para la Clarice Starling de 'El silencio de los corderos', que además de pareja también presumió de una mascota casi tan feliz como ella de llevarse el premio a la mejor actriz de reparto en cine por 'The Mauritanian'. Los más cotillas también pudieron ver parte del hogar de Nicole Kidman y Keith Urban y comprobar lo seria que es la hija de ambos. La pobre niña parecía querer irse a la cama en cualquier momento.

Conexiones en remoto aparte, durante toda la ceremonia hubo una curiosa ausencia de menciones al covid. El inevitable tema del año fue apareciendo de forma tímida. Primero, para anunciar la fundación que ayuda a las víctimas del virus y segundo para narrar, casi de pasada, cómo el virus también ha cambiado el rumbo a las estrellas. Ben Stiller, presentador de un premio in situ, mostró su pelo gris para hacernos ver que la pandemia también nos ha envejecido con la velocidad del rayo. Jamie Lee Curtis no se olvidó de mencionar el "honor" que suponía estar en la sala al lado de personas de los "servicios esenciales". O, para entendernos mejor, a esa gente en la sombra que rellenó el hueco y los asientos que debían ocupar las estrellas.

También hubo alegatos a la diversidad, algo que ya indicaban las nominaciones a Chlóe Zao o a películas puramente afroamericanas como 'One night in Miami' o 'La madre del blues'. La gran embajadora del tema fue, precisamente, la estrella que hace un año daba el Oscar a la mejor película a 'Parásitos', la incombustible Jane Fonda. El cénit de emoción de la noche fue, sin embargo, el premio póstumo para Chadwick Boseman, que agradeció su viuda. Su discurso acabó emocionando a la mismísima Renée Zellweger, presentadora del galardón.

Pese a la emoción y a algún que otro despiste en las conexiones, durante toda la noche hubo una sensación de letargo y ni siquiera los premios dieron grandes sorpresas (el triunfo de 'Nomadland', 'The Crown' o 'Gambito de dama' estaba cantado). Ni siquiera las bromas de Tina Fey y Amy Poehler, siempre brillantes, estuvieron a la altura de las circunstancias. El resultado fueron unos Globos de Oro que, pese a ser los de la pandemia, no serán tan recordados como los de otros años en los que, por fortuna, no existía esta. Jack Nicholson, aún te echamos de menos...

El previo de los Globos de Oro 2021 no prometía demasiado. La pandemia, causante de que este año hayamos presenciado unos premios telemáticos y atípicos (los que más desde aquella ceremonia de 2008 en la que la huelga de guionistas forzó una larguísima rueda de prensa) lo cambió todo. En los minutos anteriores a la gala vimos una alfombra roja en diferido que nos colocaba, por ejemplo, a Elle Fanning con un misterioso fondo rosa o a Josh O'Connor entre jardines... El truco era evidente: se trataba de fotografías realizadas hace días que hacían las veces de alfombra. La diferencia era tristemente notable.

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