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Michelle Wu, la alcaldesa del cambio que revoluciona Boston
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Michelle Wu, la alcaldesa del cambio que revoluciona Boston

Lo que marca la diferencia en la recién elegida alcaldesa de Boston es el planteamiento de sus políticas y la narrativa de su vida

Foto: Michelle Wu en una imagen de archivo. (REUTERS/Brian Snyder)
Michelle Wu en una imagen de archivo. (REUTERS/Brian Snyder)

Boston siempre fue la primera de su clase. La que abrió el primer parque público en Estados Unidos, la primera biblioteca pública, la que construyó el primer túnel de Metro, la que tiene a Harvard y al MIT. Llevó a su estado, Massachusetts, a ser el primero en legalizar el matrimonio homosexual en el país. Ahora la recién elegida alcaldesa de la ciudad, la demócrata Michelle Wu, puede ser, a sus 36 años e hija de emigrantes taiwaneses, la representante del cambio que viene. La trendsetter de la nueva política estadounidense empieza el 16 de noviembre.

Foto: La reina Isabel II, en una imagen de archivo. (Getty)

No es tanto el titular obvio de “la primera alcaldesa de color de Boston”, tradicionalmente dominada por el hombre blanco de origen italiano o irlandés. Al fin y al cabo, las alcaldías en Estados Unidos tienen ese rol de laboratorio político que ya probó a Pete Buttigieg en South Bound, Indiana, como figura política gay en la América profunda (ahora secretario de Transporte en la administración Biden), o a la actual alcaldesa Chicago, Lori Lightfoot, que fue celebrada como mujer negra y lesbiana al frente de una de las grandes metrópolis estadounidenses.

placeholder Michelle Wu en una imagen reciente. (REUTERS/Brian Snyder)
Michelle Wu en una imagen reciente. (REUTERS/Brian Snyder)

Lo que marca la diferencia en Wu es el planteamiento de sus políticas y la narrativa de su vida. Ambas marcadas por algo tan poco popular en la dinámica competitiva del espíritu capitalista estadounidense como es cuidar a los demás y, si hace falta, como hizo ella cuando su madre sufrió una crisis de salud mental, interrumpir lo que haga falta para socorrer a los que nos rodean. O quizá lo que nos rodea, porque Wu apuesta por cuidar también el planeta y aplicar el controvertido green new deal. ¿Un discurso demasiado naïf y populista? “¿Está usted preparada para tomar decisiones que no sean populares?”, le preguntó un reportero local. “Soy madre de dos hijos. Estoy acostumbrada a tomar decisiones difíciles y asumir las consecuencias”, respondió.

Wu, al contrario que perfiles quizá más agresivos en la renovación del partido como Alexandria Ocasio-Cortez, está casada con un trabajador de banca, Conor Pewarski, tiene dos hijos, de 4 y 6 años, y apuesta por la conciliación, por no huir en absoluto del giro a una política femenina alejada de la mujer implacable que hizo aguas con, sin ir más lejos, Hillary Clinton. La profesora de Historia de la Pacific University de Oregon, explicaba que las mujeres “bien sea por su larga tradición como personas subyugadas o por factores biológicos, pueden ser consideradas por algunos como más humanas, colaborativas, inclusivas, pacíficas, cuidadoras, democráticas y con una aproximación más completa a la resolución de conflictos”. ¿Les suena la primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern? Pues por ahí van los tiros.

placeholder Michelle Wu. (REUTERS/Brian Snyder)
Michelle Wu. (REUTERS/Brian Snyder)

En el caso de Wu, además, se agradece enormemente que predica con el ejemplo. Lejos de ver cómo su carrera se iba al traste por poner en pausa su trabajo en una consultora tras estudiar Economía en Harvard para cuidar a su madre en su Chicago natal, salió disparada y se convirtió en presidenta del consejo municipal de Boston a los 28 años. Casi 9 años después, conoce el monstruo desde dentro. Es más: su pausa fue la que iluminó su camino hacia él, un concepto que la pandemia ha revalorizado: frenar y reflexionar. Y es que Wu, ante la emergencia familiar, decidió remangarse y crear una casa de té que la mantuviera cerca de los suyos. Su gesta se vio llena de trabas que se dio cuenta de que, tal y como estaba dispuesta la burocracia para nuevos empresarios, tardaba 8 meses en conseguir la licencia y afrontaba unos gastos no aptos para la clase media. Así que, ni corta ni perezosa, decidió volver a Harvard, esta vez a estudiar Derecho y a especializarse en políticas públicas. Era el momento de cerrar la grieta entre proyecto político y realidad social.

Se llevó a su madre a Boston (que todavía vive en el mismo edificio que ella, en el piso de abajo, en el barrio residencial de Roslindale) y se aseguró de que no le faltaba de nada. En esa cadena de cuidados y afectos, ella encontró a una verdadera mentora: Elizabeth Warren, que era su profesora en Harvard, y que, cuando conoció su vida personal, decidió sumarla el equipo para compitir con Biden por la carrera demócrata hacia la Casa Blanca. Un equipo de mujeres que se ayudan, de mujeres reales. “Warren me demostró que se podía ser una figura política sin crear un persona público distinto a lo que uno es en privado”, explicaba Wu en un perfil que realizó para su alma mater.

placeholder Michelle Wu. (REUTERS/Brian Snyder)
Michelle Wu. (REUTERS/Brian Snyder)

Así, Michelle Wu quiere seguir siendo lo que ha sido hasta ahora: una mujer capaz de llegar a todo y a todos. Dedicó las primeras palabras del discurso tras la victoria (62,4% de los votos) a sus hijos. “Me preguntaron si un chico podía ser alcalde de Boston. Les respondí que otro día sí, pero no hoy”, bromeó. El cambio ahora lleva nombre de mujer asiática. La que rompe dos techos a la vez (el de cristal y el de bambú, como llaman los asiáticos al tope profesional para esta minoría) pero, sobre todo, repara un sistema público fragmentado e ineficiente para los que no pudieron ir a Harvard. Para los que, como sus padres al llegar, no hablaban inglés o tienen problemas de salud mental. Boston, una de las ciudades más elitistas y pioneras de Estados Unidos, ha hablado. Continuará…

Boston siempre fue la primera de su clase. La que abrió el primer parque público en Estados Unidos, la primera biblioteca pública, la que construyó el primer túnel de Metro, la que tiene a Harvard y al MIT. Llevó a su estado, Massachusetts, a ser el primero en legalizar el matrimonio homosexual en el país. Ahora la recién elegida alcaldesa de la ciudad, la demócrata Michelle Wu, puede ser, a sus 36 años e hija de emigrantes taiwaneses, la representante del cambio que viene. La trendsetter de la nueva política estadounidense empieza el 16 de noviembre.

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