Tallulah Bankhead, la mujer que inspiró a Cruella de Vil: éxito, escándalo y cocaína

El glamour combinado con la maldad fue la seña de identidad que convirtió a Cruella de Vil en una de las villanas más recordadas del cine. Tanto ha sido su impacto en el imaginario colectivo que algunos se han resistido a la idea de que su existencia se limite a un personaje de ficción, queriendo encontrar un referente real que haya servido de inspiración.

Es quizás por este motivo por lo que surgió la teoría, nunca confirmada por los estudios Disney, de que la actriz de carne y hueso Tallulah Bankhead fue la persona que inspiró a los creadores de Cruella.

TE PUEDE INTERESAR

Elizabeth Taylor: las joyas más preciadas de la mirada violeta que conquistó Hollywood

Jose Madrid

Este lunes, 31 de enero, Bankhead habría cumplido 120 años. Con motivo de este acontecimiento, vamos a recordar quién fue y el por qué su manera de ser, de vivir y su físico pudieron convertirse en el reflejo perfecto de Cruella de Vil.

Perteneciente a una familia de políticos destacados del partido demócrata, desde su nacimiento, el 31 de enero de 1902 en Huntsville, Alabama, la tragedia ya rodeó la vida de Tallulah Bankhead. Su madre murió de sepsis unas semanas después del parto, un hecho que sumió a su padre en una depresión. Este puede ser el motivo por el que Bankhead sintió la necesidad de desarrollar ciertas dotes artísticas que llamaran la atención y divirtieran a los suyos. Desde temprana edad dominó las imitaciones y la mímica. También fue de niña cuando, a causa de una bronquitis crónica, su voz se convirtió en ronca (como la de Cruella).

Durante su adolescencia formó parte de compañías de teatro de Huntsville y alrededores. A los 16 años, tras ganar un concurso de belleza, se trasladó a Nueva York para probar suerte en Broadway. Logró sus primeros papeles en algunas películas, pero fue en Londres donde alcanzó gran fama, sobre todo en el teatro. Su gran oportunidad llegó cuando protagonizó la obra de teatro de Gerald du Maurier, The Dancers. Daphne du Maurier, hija del dramaturgo, aseguró que Bankhead era "la chica más hermosa" que había visto en su vida. Lo cierto es que Tallulah Bankhead encarnaba a la perfección el ideal de glamour de los años 40: rostro en forma de corazón, mirada penetrante, finas cejas arqueadas y melena hasta los hombros. Ese look recuerda, inevitablemente, al de Cruella de Vil.

Pero hubo más hechos que hoy hacen creer que Bankhead inspiró a Cruella. En Londres, era famosa su afición por conducir su Bentley por la ciudad a toda velocidad, igual que hacía la villana de Disney.

Tras regresar a Nueva York, convertida ya en una gran estrella, Bankhead elevó a la enésima potencia su estilo de vida provocador y repleto de excesos. Esta personalidad desenfada y polémica, unida a una visión sarcástica y descreída de la existencia, también la acercan al personaje de Cruella de Vil.

Las fiestas, el consumo de alcohol y drogas y las relaciones sexuales con hombres y mujeres fueron una constante. Los excesos terminaron pasándole factura: “Codeína… Bourbon”, aseguran las crónicas de la época que fueron sus últimas palabras.

Para la posteridad dejó frases lapidarias y mordaces. "Sra. Bankhead, de no ser actriz, ¿qué hubiera sido?", le preguntó en cierta ocasión un periodista. “Dudaba entre madre superiora de un convento, puta o presidenta de los Estados Unidos. ¡Espero que pongas en tu libreta que habría hecho de maravilla las tres cosas!", respondió ella.

En una ocasión, un doctor le aconsejó que debía intentar dejar de beber. Su recomendación fue que cuando sintiera ganas de tomarse una copa, se comiera una manzana. La respuesta de ella fue épica: "¡Pero doctor! ¿Sesenta manzanas al día?".

No solo parece que inspiró al personaje de Cruella de Vil. No son pocos los que aseguran que el papel de de Margo Channing que encarnaba Bette Davis en 'Eva al desnudo' (1950, J.L. Mankiewicz), y en el que se refleja el ocaso de una gran estrella del teatro eclipsada por otra más joven y llena de ambición, estuvo basado en la vida de Tallulah. Esta tampoco escatimó en sarcasmo a la hora de hablar de Bette Davis: “Bette y yo somos muy amigas. Tanto que no le echaría nada en cara... En ninguna de sus dos caras, ¡claro está!”, afirmó en una ocasión.

"Decid cualquier cosa de mí, mientras no sea aburrida", "ya no se hacen los espejos como antiguamente" (al mirarse, ya mayor, en uno), "si yo viviera mi vida otra vez, cometería los mismos errores... solo que más deprisa" o "mi padre me advirtió sobre los hombres y el alcohol, pero nunca dijo nada sobre las mujeres y la cocaína" son otras de las inolvidables frases que pronunció.