Ashley Graham revela que casi muere dando a luz a sus gemelos

Dar a luz es una de las cosas más difíciles, intensas y dolorosas a las que se puede enfrentar una mujer en su vida. La mayoría de las veces nos centramos en lo bonito de esa nueva vida, pero lo cierto es que no todos los partos están exentos de dificultades. Ashley Graham es la prueba de ello, pues tras más de casi 4 meses de haber dado la bienvenida a sus gemelos, la supermodelo que ha hecho historia en la industria de la moda ha revelado que estuvo a punto de morir en el proceso.

La prescriptora de estilo de 34 años ha publicado un ensayo de lo más personal en la revista 'Glamour' donde habla abiertamente y con mucha naturalidad de cómo transcurrió su parto en casa. Una vez habían nacido los pequeños, comenzó a perder mucha sangre y se desmayó. Afortunadamente, todo quedó en un susto y si bien tuvo que guardar reposo en cama durante una semana, ahora se encuentra totalmente recuperada.

El pasado 10 de febrero publicó una imagen de ella con los dos recién nacidos y la acompañó de un mensaje que ahora cobra total sentido. "Mis chicos han sido los mejores profesores y los recordatorios más grandes de que puedo hacer cosas difíciles. Esto no ha sido fácil, pero vale demasiado la pena. Todavía no puedo creer que tenga tres hijos. No puedo esperar a compartir con ustedes pronto cómo ha sido mi parto y posparto", reza el pie de foto de la imagen que casi alcanza los 2 millones de 'me gusta'.

Cuando ya se han cumplido poco menos de 4 meses de ese post, Ashley finalmente compartió con el mundo lo que ocurrió cuando sus hijos nacieron. Así, lo que pensábamos que había sido un agotador y doloroso parto de gemelos terminó siendo mucho más que (solo) eso. El relato de Graham arranca diciendo que dio a luz a sus hijos con dos horas de diferencia y que justo después de que naciera el segundo perdió la conciencia. "Solo recuerdo haber sentido un toque en la mejilla, pero después me enteré de que en realidad era alguien dándome bofetadas para que me despertara", comienza diciendo.

"Cuando finalmente me desperté miré a mi alrededor y los vi a todos. Ellos solo me decían: 'Estás bien. Estás bien. Estás bien'. No me querían decir en ese momento que había perdido litros de sangre. No me querían decir que una de mis matronas me tuvo que dar la vuelta e hizo presión con su dedo justo sobre el hueso de mi pelvis para intentar detener la hemorragia. Tampoco me querían decir que la vena de mi brazo colapsaba y no podían ponerme la aguja para inyectarme, por lo que tuvieron que hacerlo en mi mano", explica.

Una vez pasada la peor parte, se tuvo que recuperar en cama porque no se podía mover y confiesa que no salió de su casa en casi dos meses. "Mis matronas me monitorizaban cada día, creo que porque pensaban que estaría fuera de mis casillas por la gravedad de los hechos. Yo solo les decía: 'Me salvasteis, Dios me salvó. Esto es un verdadero milagro", asegura con una actitud sumamente positiva.

Hacia el final del ensayo que publicó en el citado medio, la modelo habla de otra dura experiencia a la que se tuvo que enfrentar, la pérdida del que hubiese sido su segundo hijo a finales de febrero del año pasado. Encontró consuelo en su hijo para superar este amargo trago en la vida de cualquier padre y empatizó con los cientos de mujeres que pasan por lo mismo cada año y hasta en múltiples ocasiones seguidas. "Aun con todo eso, el mundo espera que naveguemos nuestro dolor con elegancia", reprocha.

Ashley es madre de tres niños junto a su marido, Justin Ervin, y juntos se están adaptando a la nueva vida de familia numerosa en su nueva casa en Nueva Jersey. Antes vivían en un lujoso apartamento en Nueva York, pero como ahora son 5 han optado por mudarse a una espaciosa casa en los suburbios con un amplio jardín y piscina. Con respecto al trabajo, la modelo se está tomando con calma el regreso a la rutina y aunque ya ha comenzado a posar para algunas marcas, no se quiere apresurar.