Así es Sheila Marie Uriarte-Tan, la mujer que custodiará la fortuna de 5.400 millones tras el Papa Francisco

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La Santa Sede ha dado un giro histórico en su gestión financiera con el nombramiento de Sheila Marie Uriarte-Tan como presidenta del Consejo de Supervisión del Instituto para las Obras de Religión (IOR), fundado en 1942 por Pío XII y conocido popularmente como el "banco vaticano".

Por primera vez en la historia, una mujer asumirá la dirección de una de las instituciones financieras más influyentes del mundo. Esta designación se inserta en las reformas impulsadas por el difunto Papa Francisco, quien dedicó su pontificado a renovar las estructuras financieras del Vaticano.

Con más de tres décadas de experiencia en banca fiduciaria, gestión de activos y asesoría legal, Sheila Marie Uriarte-Tan ha demostrado una trayectoria impecable en instituciones prestigiosas del sudeste asiático, como el Banco de las Islas Filipinas y el conglomerado Ayala. Su enfoque en la ética corporativa y la transparencia, junto con su profundo conocimiento del sector financiero internacional, han sido factores clave para su elección como guardiana del tesoro papal.

A lo largo de su carrera, Uriarte-Tan ha destacado por su capacidad para gestionar riesgos financieros y ofrecer soluciones que respetan los principios morales, algo que encaja perfectamente con la visión que el difunto santo padre tenía para gestionar los fondos vaticanos tras su pontificado.

La designación de la encargada de supervisar el IOR parte de un proceso de profesionalización iniciado en 2014, bajo la presidencia de Jean-Baptiste de Franssu, que ha buscado transformar al IOR en una entidad financiera más transparente y alineada con los valores cristianos. Durante este período, el banco vaticano ha adoptado medidas significativas, como auditorías externas regulares, su integración al sistema SEPA y la adopción de una política de inversiones que prioriza la ética y la sostenibilidad.

Hoy en día, el 99,6% de los fondos gestionados por el IOR, que superan los 5.400 millones de euros, se invierten en bonos soberanos, que se destinarán a proyectos humanitarios, principalmente obras de caridad y evangelización.

Con su llegada, Sheila Marie Uriarte-Tan marca un hito en la historia del Vaticano, consolidando un cambio profundo en la gestión de sus activos y en la apertura hacia una mayor responsabilidad y apertura. Este nombramiento, además, es un testimonio del compromiso silencioso que tuvo Jorge Mario Bergoglio de dejar un Estado Pontificio renovado, más moderno e inclusivo.