Prebases, cómo aplicar el paso 'beauty' imprescindible para un maquillaje 10

Te levantas, te arreglas, te maquillas, sales de casa y a las cuatro horas tu maquillaje está desapareciendo. ¿Te suena? ¿Quieres saber el motivo? La razón es que no usas prebase antes de aplicarte tu fondo de maquillaje habitual.

Este cosmético -hasta hace unos años reservado solo a los auténticos profesionales del maquillaje- se ha convertido en un paso imprescindible de nuestra rutina de belleza. Ahora está al alcance de nuestras manos en cualquier tienda y prácticamente todas las firmas han lanzado su propio primer (otra forma de llamarlo). Si el algodón no engañaba a la hora de encontrar el mejor limpiador del hogar, aquí la resistencia del maquillaje -siempre intacto- con el paso de las horas es la prueba definitiva de que has encontrado a tu mejor aliado 'beauty'.

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En un maquillaje buscamos que nos haga tener buena cara, que disimule los primeros signos de la edad, manchas, ojeras, que deje la piel unificada y que, a poder ser, no se cuartee. Como en el mundo del maquillaje no existe un genio de la lámpara que cumpla todos nuestros deseos, las mentes 'beauty' se pusieron a trabajar para crear el primer. Pues bien, la función de una prebase es preparar la piel, suavizarla, disimular los pequeños defectos y permitir que el maquillaje se adhiera mejor a tu piel y durante más tiempo, potenciando además su color. Una misión que parece increíble pero que funciona.

Mientras hace unos años el uso de las prebases se reservaba para ocasiones especiales en las que necesitábamos que nuestro maquillaje se mantuviera perfecto durante varias horas, ahora podemos aplicarlo a diario sin miedo a que nuestros poros se taponen y nuestra piel no respire, gracias a fórmulas cada vez más ligeras. La investigación en este campo ha logrado crear primers capaces de aportar más luminosidad al rostro, afinar la apariencia de la tez, corregir imperfecciones o incluso adaptarse a nuestro tono. Algunos de estos avances pueden conseguirse gracias a elementos ópticos como polímeros de silicona que perfeccionan el aspecto de los poros y las líneas de expresión o nácares que reflejan la luz.

1. Spray B6 de Urban Decay (31,90€). Porque además de las prebases de maquillaje en formato crema o mouse, el spray es otro método revolucionario, además este es vegano y tiene vitaminas y antioxidantes.

2. Veil Mineral Primer de Hourglass (desde 19,95€) es una auténtica delicia. Se aplica como una mousse que deja un acabado aterciopelado sobre la piel sin resecar.

3. Pro Filt'r Instant Retouch Primer de Fenty Beauty (31,55€) De los creadores de la base de maquillaje de mayor cobertura y duración queda este primer que asegura que no se mueva ni una de las capas que apliques encima.

4. Base Tape Hydrating Primer (33,95€). Para una piel aún más jugosa y luminosa, si lo que quieres es un maquillaje jugoso, esta es tu opción. Su aroma a coco es un plus.

Su uso no tiene ningún misterio y son muy fáciles de incluir en nuestra rutina diaria. Eso sí, conviene recordar que nunca sustituyen a nuestro tratamiento hidratante. El momento óptimo de su aplicación es tras el sérum y la crema hidratante, una vez la piel haya absorbido todos los productos. Con aplicar una pequeña cantidad de primer en las manos, trabajarla un poco y extenderla en zonas clave del rostro como frente, pómulos, nariz y barbilla, aquellas en las que se suelen acumular los brillos y en las que el maquillaje desaparece antes. Deja que la piel absorba la prebase y aplica tu maquillaje habitual.

1. The POREfessional (desde 37,95€). Tiene el mejor formato y la 'magia potagia' de cubrir los poros y dejar la piel con un aspecto Photoshop que hará que no quieras ponerte ningún cosmético encima.

2. Face & Body Primer de Dior Backstage (36,95€). Deja la piel iluminada con un leve velo perlado sobre el que aplicar el maquillaje para conseguir una piel hidratada. Además, se puede aplicar en todo el cuerpo.

3. Mister Share The Bronze de Givenchy (38,55€). Y la cosmética masculina llegó a nuestras manos. Esta prebase fluida contiene en su interior pequeñas partículas de color que estallan al contacto con la piel adaptándose al tono y dejando un acabado uniforme que puede dejarse solo o acompañarse con una base.

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Cada prebase logra un acabado diferente sobre la piel, por ello, formatos que dejen un acabado mate te ayudarán a controlar brillos, otras más hidratantes mantendrán la sudoración del verano a raya, así como a la uniformidad del maquillaje. En invierno, sella la humectación de la piel para mantenerla más hidratada.

Una prebase para cada parte del rostro

Después de conseguir crear una prebase para el rostro, el maquillaje comenzó a demandar cuidados más específicos. Si en el área del contorno de los ojos no aplicamos el mismo tratamiento que en el resto de la cara, una zona tan cargada de pigmento y producto como el párpado necesitaba su propia prebase de sombras y así nació uno de los grandes hits del maquillaje. Las pestañas o los labios también tienen sus propios primers para lograr que el color dure más sin moverse y proteger la piel del contacto directo con los cosméticos.