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¿Por qué mi manicura dura tan poco? Cómo conseguir que el esmalte no se cuartee
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Trucos para evitar la rotura de las uñas

¿Por qué mi manicura dura tan poco? Cómo conseguir que el esmalte no se cuartee

Mantener la manicura en perfectas condiciones no está solo relacionado con usar buenos cosméticos, el antes y el después tienen mucho que decir

Foto: Errores que hacen que el esmalte se cuartee. (Imxtree)
Errores que hacen que el esmalte se cuartee. (Imxtree)

Pintarse las uñas en casa ya es un riesgo de por sí. Si a la presión por no salirse de los bordes y aplicar las capas necesarias para conseguir un acabado opaco le sumamos el tiempo de espera del secado, el estrés posmanicura puede ser tal que recurrir a las experimentadas manos de un experto manicurista suele ser la solución más saludable para nuestra mente. Sin embargo, esto no nos salva de que el esmalte se quiebre, lamine y caiga porque hay prácticas tan habituales como poner las uñas en remojo que pueden acelerar el proceso de caída del esmalte.

placeholder Además de elegir un buen esmalte y top coat, hay más gestos que contribuyen a la duración de la manicura. (Imaxtree)
Además de elegir un buen esmalte y top coat, hay más gestos que contribuyen a la duración de la manicura. (Imaxtree)

1. El agua no es amiga

Algo tan sencillo y habitual en una manicura como reblandecer las cutículas con agua para poder retirarlas mejor antes de proceder a pintar la uña contribuye a que la porosidad de esta absorba parte del agua y posteriormente haga que el esmalte se cuartee.

[LEER MÁS. Cutículas: todo lo que debes saber y las mentiras que siempre te han contado]

Y es que precisamente el agua es uno de los mayores enemigos de la manicura. La uña actúa como una esponja que se expande al absorber el agua y cuando se seca se contrae, pero al tener el esmalte encima, este se queda rígido y, crack, grieta al canto. Así que el paso previo habitual de poner a remojo los dedos para retirar las cutículas se puede hacer, pero varias horas antes, o directamente el día de antes. Por supuesto, si hidratamos de forma regular las cutículas, su retirada será mucho más sencilla.

Igual que tras hacerse una permanente o un tratamiento de keratina está prohibido lavarse el pelo en uno o dos días, cuando te pintas las uñas ocurre algo parecido. Si la uña no está lo suficientemente sellada, el agua también penetra cuando el esmalte está seco.

2.Hablemos del top coat

El top coat es, por tanto, un paso imprescindible para que la manicura no se chafe, y aquí las precisiones son varias. Si a menudo mezclas esmaltes de una marca con top coats de otra, puede que no se lleven entre ellos tan bien como para que el resultado sea compacto. Otro aspecto a tener en cuenta es la zona en la que aplicar esta capa, puesto que debe cubrir toda la lámina ungueal para asegurar el sellado, algo que no incluye las cutículas. Si eres una de esas personas que piensa 'da igual si me salgo, puedo retirar el exceso cuando se seque', meeec, error. Si retiras el exceso de esmalte cuando esté seco, crearás una grieta, y el agua y el aire penetrarán sin ningún problema.


3. ¿Está tu esmalte en fecha?

El estado del esmalte es, por supuesto, un condicionante de vital importancia. Las lacas de uñas densas suelen ser resultado de una mala conservación, un exceso de uso o directamente pueden estar caducadas, sin importar lo bien que las hayas cuidado. Cada vez que se abre un esmalte, el oxígeno se cuela dentro y poco a poco la fórmula se va haciendo cada vez más gruesa. El resultado es que, al aplicarlo sobre nuestra uña, la capa es muy poco fluida y se llena de burbujitas.

4. La cantidad de esmalte

Y es que las malditas burbujitas suelen ser las grandes culpables de que nuestra manicura dure poco tiempo. Al aplicar capas muy gruesas de esmalte, este no se deposita y adhiere bien. Una gran cantidad de esmalte es siempre contraproducente ya que tarda en secarse y aparecen cientos de burbujas que, una vez estallan, se convierten en grietas que estropean la manicura.


5. Cronometra

Así llegamos a otro gran fallo de primero de manicura, no dejar que cada capa se seque. Después de aplicar cada capa, debemos dejar que esta se asiente y seque durante al menos 10 minutos. A continuación, se puede aplicar la siguiente capa sin riesgo de mover la capa inferior y evitando que el producto se amontone.

6. Prepara la lámina

Pero ya antes de comenzar a pintar la uña podemos haber cometido fallos que pongan en riesgo la duración de nuestra manicura. La lámina ungueal debe estar completamente limpia. Nada de agua, ni de grasa, cutículas retiradas -el día de antes para que no haya restos de agua en la superficie-, etc. De esta forma aseguramos la correcta adherencia del esmalte, además de facilitar el proceso de limpiado. Muchos esteticistas pasan un algodón con acetona antes de la manicura para limpiar la lámina.

7. Revuelto, no agitado

Por último en nuestra lista, pero evidentemente no por ello lo menos importante, el esmalte. A su correcta conservación se le suma el momento preaplicación. Stop, se acabó eso de agitar el esmalte de uñas como si fuera la coctelera de Tom Cruise. Lo correcto para mezclar la fórmula sin alterarla es rodarlo entre las manos. Un movimiento similar al de crear un espagueti con ambas manos mezcla los ingredientes y calienta ligeramente el esmalte, mejorando su aplicación.

En resumidas cuentas, preparar, nada de mojar -imagina que tus uñas son un gremlin-, utilizar el esmalte adecuado previamente mezclado y aplicarlo con cuidado en la uña, cubriendo solo el espacio recomendado, y sellar con una capa de top coat pueden multiplicar la duración de tu manicura.

Pintarse las uñas en casa ya es un riesgo de por sí. Si a la presión por no salirse de los bordes y aplicar las capas necesarias para conseguir un acabado opaco le sumamos el tiempo de espera del secado, el estrés posmanicura puede ser tal que recurrir a las experimentadas manos de un experto manicurista suele ser la solución más saludable para nuestra mente. Sin embargo, esto no nos salva de que el esmalte se quiebre, lamine y caiga porque hay prácticas tan habituales como poner las uñas en remojo que pueden acelerar el proceso de caída del esmalte.

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