Blush draping: el renovado contouring
Se trata de una vieja conocida técnica de maquillaje que vuelve (una vez más) con fuerza para favorecer y rejuvenecer cualquier rostro… ¿A qué esperas para descubrirla?
Hace unos años, el contouring (una técnica muy utilizada en espectáculos teatrales para resaltar y estilizar las facciones a través de la combinación de tonos oscuros con zonas iluminadas) resurgió por todo lo alto en una versión renovada y con la mejor embajadora que podía imaginar: Kim Kardashian. Lo que para muchas se convirtió en un suplicio ante las brochas (que levante la mano quien haya llegado a controlar realmente el proceso) se coronó como una auténtica revolución que ha ido evolucionando según las tendencias.
Ahora la técnica muta bajo el seudónimo de blush draping con la misión de “devolver al rostro sus volúmenes naturales (que en ocasiones se pierden con la aplicación de la base de maquillaje) y con un efecto más fresco, ligero y juvenil”, sostiene Kike Crespo, national make up artist de Armani Beauty.
Pero ¿qué es el blush draping?
“Tiene que ver con una técnica distinta a la que ya conocemos para hacer contouring, y es la de utilizar el colorete en lugar del iluminador. De esta forma empleas el color como una forma de esculpir el rostro y añadir dimensión”, sostiene Gisela Bosque, national makeup artist para Sephora España. Por muy novedoso que te parezca, no te dejes engañar porque la experta afirma que lleva años protagonizando looks de alfombra roja bajo el título de 'color glow'. Su creador fue un famoso maquillador de los años 70, llamado Way Bandy, responsable de muchos de los looks de Cher.
Entre sus ventajas está que es más natural que el contouring clásico y se trata de una “una técnica muy recurrente cuando vemos maquillajes muy frescos y veraniegos”, apunta Kike Crespo. El experto insiste en que la precursora fue la actriz y modelo Farrah Fawcett en los años 80, seguida por diferentes artistas como Jerry Hall o la misma Cher. Entre las celebrities más jóvenes destacan las hermanas Hadid, Rihanna, Lily Cole o la nombrada Kardashian.
¿Cómo elegir el colorete?
Debemos tener en cuenta que partimos de una versión renovada del blush draping. Así, el maquillador reconoce que mientras en los años 80 la moda era aplicar colores bastante intensos y no demasiado luminosos, hoy en día debemos elegir entre los pigmentos rosas, melocotones, corales, naranjas… Pero siempre que tengan un matiz luminoso irisado, con la misión de realzar el tono natural de la piel. ¿Un truco de experto para seleccionar el tuyo? Si tienes un cutis con un subtono rosado, busca en las gamas de rosas y corales, mientras que si es más dorado, apuesta por los anaranjados y melocotones. Y, muy importante, “procura que el tono elegido sea más oscuro que el de tu piel”, afirman desde Armani Beauty.
Si tu duda está entre un colorete fluido u otro en crema, puedes aplicar ambos. El primero ofrece un acabado natural, se puede extender de un modo más intuitivo con los propios dedos (o con una brocha densa) y deja un acabo jugoso. Entre las virtudes de realizar este maquillaje con un blush en polvo es que resulta más fácil de controlar, sobre todo si se difumina bien para "no llegar a la intensidad con la que se utilizaba en los 80”, recomienda Gisela Bosque. En estos casos, ella aconseja utilizar brochas con una forma cónica o angular, muy suaves, con el objetivo de trabajarlo mejor.
Trucos de profesional
Si en su momento probaste suerte con el contouring, seguramente ya seas consciente de que cada rostro tiene sus particularidades y lo que le favorece a la protagonista de ese tutorial con tantas visualizaciones, no es para ti. Pues algo similar sucede con el blush draping, donde lo primero que debes tener presente, como todas las técnicas de luces y sombras, es tu tipo de rostro y “cuál es el objetivo que quieres conseguir”, apuntan desde Armani Beauty.
Sin embargo, para iniciarte en la tendencia, Gisela Bosque tiene una guía rápida para optimizar tu colorete con un resultado favorecedor: empieza aplicándolo muy ligeramente en las manzanas de las mejillas y aumenta la intensidad a medida que subes por los pómulos, con el fin de “crear la ilusión de un contorno ultradefinido”. Después, extiende un poco más en las sienes y en el punto más alto de los pómulos (justo debajo de las esquinas exteriores de los ojos). “Aplicarlo en esta zona hace que el colorete parezca más natural, pues sin él podría parecer una franja muy marcada en las mejillas”. Importante: siempre repasa los bordes con una esponja de maquillaje limpia (tipo Beauty Blender) con el fin de disimular las líneas que marcan donde empieza y termina el color.
Más trucos de los profesionales de los pinceles…
Si te quieres lanzar a lo grande con tu colorete favorito, la maquilladora de Sephora tiene algunos tips muy interesantes:
- Objetivo: Crear un efecto lifting. Para ello es importante difuminar el colorete hacia arriba y hacia fuera, a lo largo de los pómulos pero seguir por el hueso de las cejas hasta las sienes. Para añadir dimensión, añade un toque de iluminador por encima. Importante: en este caso mejor emplea un rosa neutro.
- Objetivo: Crear la ilusión de un rostro más ovalado. Entonces hay que incidir con algo más de producto en las manzanas de las mejillas y utilizar el iluminador solo en el hueso de la ceja.
- Objetivo: Apostar por el colorete ‘ombré’. “Debes utilizar dos tonos que te recuerden al atardecer (por ejemplo, un rosa y un naranja), aplicar uno por encima del otro y difuminar bien antes de sellar con unos polvos traslúcidos”. ¿Tu idea es simular, de nuevo, un efecto lifting (pómulos elevados)? “Entonces el pigmento más claro debe ir encima del otro”, apunta la experta.
Algunos aliados a todo color…
Colorful Blush de Sephora Collection
En polvo, fácilmente modulable, con una armonía de cuatro pigmentos diferentes (aportan luminosidad) y con un efecto mate fresco. Así es
A-Blush de Armani Beauty
Soft Pinch Liquid Blush de Rare Beauty
Un colorete líquido, ligero, de larga duración y que se extiende con una facilidad increíble.
Divine Blush + Glow Trio de Pat McGrath Labs
¿La inspiración para estos tres de pigmentos? La aclamada serie ‘Los Bridgerton’.
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Hace unos años, el contouring (una técnica muy utilizada en espectáculos teatrales para resaltar y estilizar las facciones a través de la combinación de tonos oscuros con zonas iluminadas) resurgió por todo lo alto en una versión renovada y con la mejor embajadora que podía imaginar: Kim Kardashian. Lo que para muchas se convirtió en un suplicio ante las brochas (que levante la mano quien haya llegado a controlar realmente el proceso) se coronó como una auténtica revolución que ha ido evolucionando según las tendencias.