Tengo un michelín: ¿necesito una lipo o sirve una técnica menos invasiva?
La duda de si pasar o no por quirófano para librarse de la grasa localizada es habitual. Los expertos te dan las claves de cuándo (de verdad) es necesario
“Elimina la grasa localizada en x sesiones, de forma no agresiva y para siempre”. Este reclamo constante de banners y cuñas publicitarias responde a la oferta interminable de tratamientos estéticos enfocados a fulminar los michelines, esos que no responden ni a la dieta ni al deporte. A la vez está la tradicional liposucción, que lleva esculpiendo siluetas previo paso por bisturí desde los años 70 mediante la extracción de dicha grasa mediante succión y con equipo quirúrgico. La confusión llega cuando una ya no sabe si decidirse por la cirugía y acabar de una sola vez o elegir la opción progresiva, a saber: diferentes sesiones de técnicas menos invasivas como la criolipólisis, la radiofrecuencia o las infiltraciones. En las mujeres, el porcentaje de grasa corporal saludable debería estar entre el 14 y el 31%, y en los hombres entre el 6 y el 24%. “A nosotras se nos acumula en caderas, muslos, abdomen, rodillas y brazos, y a ellos en las centrales: abdomen, flancos y pecho”, refiere la doctora Conchita Pinilla, experta en cirugía plástica.
Depende del michelín
De su tamaño, básicamente. Si hablamos de un pequeño abultamiento, la apuesta de la doctora Pinilla es por una criolipólisis avanzada, como Coolsculpting. El procedimiento es el siguiente: la grasa se congela a -11º y se elimina a través del propio organismo, sin incisiones y de forma no agresiva. “También es útil cuando hay que hacer un estiramiento posterior, o cuando hay miedo al quirófano o a la cicatriz”, añade Pinilla. En este caso, las sesiones son pocas, entre 1 y 3 según el caso, y el precio de una zona pequeña parte de 500 euros la sesión. El doctor Iván Mañero, también cirujano plástico, apuesta por Morpheus 8. Esta tecnología de radiofrecuencia fraccionada se aplica con un cabezal compuesto por microagujas que pueden alcanzar diferentes niveles de temperatura, y su precio también parte de 500 euros.
En cualquier caso, según el especialista, a día de hoy no hay ninguna técnica que supere a la lipoescultura. “Las razones es que en un acto quirúrgico corto se puede aspirar gran cantidad de grasa, algo imposible con otras técnicas; si una máquina consiguiera eliminar de forma no invasiva la misma cantidad en una sola sesión, esa grasa no se extraería del cuerpo con una cánula, no se podría eliminar por la orina y, por tanto, pasaría a la sangre produciendo trastornos metabólicos como hígado graso, y podría afectar a los riñones”. De ahí la importancia de que las técnicas no quirúrgicas sean útiles para cantidades de grasa pequeñas, en cuyo caso hablamos de efectividad y seguridad. “Si tú tienes un coche con un depósito bien lleno de gasolina, o mueves el coche (es decir, la consumes) o aspiras la gasolina para dejarla en un bidón. Pero es muy difícil que sin mover el coche haya algo que haga evaporar el combustible”, dice Mañero a modo de ejemplo.
Lipo, por la puerta grande
Otro caso es el michelín potente y con dimensiones. Cuando la adiposidad es grande, y también cuando se busca un resultado rápido y en un solo procedimiento, la solución es la liposucción de toda la vida. “También es lo mejor en el abdomen de una mujer que haya dado a luz recientemente o si necesita estiramiento tras una abdominoplastia o reducción de estómago. Bajo mi punto de vista, la versión tradicional o tumescente sigue siendo la opción para quitar grasa localizada de forma definitiva en muslos, piernas y volúmenes grandes. La lipo con láser obtiene un buen resultado en el abdomen, la espalda, la cara interna de los brazos y en cualquier localización con grasa fibrosa y piel sobrante”, aclara la doctora Pinilla.
Porque el problema en estos casos es qué hacer con esa piel, cómo tensarla una vez que la grasa se ha ido. El doctor Mañero añade que si el paciente tiene buena calidad de piel y es joven, “probablemente podamos llevar a cabo técnicas más exquisitas como la alta definición u otras donde se pueda conseguir después que la piel se adapte, mientras que en personas con sobrepeso o con la piel más flácida es difícil conseguir resultados espectaculares de reafirmación”. Entonces conviene recurrir a procedimientos que aumenten la contracción cutánea, calentando el colágeno con diferentes energías de luz: láser, ultrasónica o con radiofrecuencia.
¿Miedo a la liposucción?
Solo cuando no se lleva a cabo con manos experimentadas: en esto coinciden los especialistas. En España, la legislación sobre sanidad es laxa y permite que cualquier persona con el título de medicina pueda realizar cualquier tipo de cirugía, sin disponer de la especialidad. “Por ejemplo, solo con tener el título de médico y cirujano puedes hacer un trasplante cardiaco. Pero es evidente que si quiero seguridad tendré que buscar un especialista que cuente con todos los títulos, formación y experiencia”, aconseja Mañero, que también resalta que los procedimientos de liposucción son altamente seguros, se realizan cientos de miles al año en el mundo. Por eso es aconsejable que los pacientes se informen muy bien, no solo en redes sociales, sino en colegios médicos y en asociaciones de cirujanos plásticos como la SECPRE (Sociedad Española de Cirugía Plástica) o la AECEP (Asociación Española de Cirugía Estética Plástica). Esta técnica parte de 600 euros en zonas pequeñas.
Y sí, es para siempre
Cuando se hace una lipoescultura se aspira no solo el contenido de los adipocitos, sino a ellos por completo, así que los que quedan en esa zona son menos. “Si en el futuro engordamos, lo haremos de zonas donde existía menor grasa localizada antes de la intervención y ahora hay mayor porcentaje de grasa de reserva, y, por tanto, no recuperaremos la forma anterior”, explica Conchita Pinilla. Una aclaración: también puedes engordar donde te quitan porque los que quedan pueden seguir haciéndolo, pero como hay menos, engordarán menos que en el resto de zonas no tratadas. Y lo mismo sucede, según la experta, con la criolipólisis: la grasa eliminada no vuelve a aparecer. Respecto a los procedimientos de apoyo del tipo mesoterapia, carboxiterapia o Vela Shape, dice la cirujana que ayudan a reducir el michelín, pero no son definitivos. “Al final, la elección va a depender mucho del paciente: de sus expectativas, de la cantidad de grasa y de su localización”, termina Mañero.
“Elimina la grasa localizada en x sesiones, de forma no agresiva y para siempre”. Este reclamo constante de banners y cuñas publicitarias responde a la oferta interminable de tratamientos estéticos enfocados a fulminar los michelines, esos que no responden ni a la dieta ni al deporte. A la vez está la tradicional liposucción, que lleva esculpiendo siluetas previo paso por bisturí desde los años 70 mediante la extracción de dicha grasa mediante succión y con equipo quirúrgico. La confusión llega cuando una ya no sabe si decidirse por la cirugía y acabar de una sola vez o elegir la opción progresiva, a saber: diferentes sesiones de técnicas menos invasivas como la criolipólisis, la radiofrecuencia o las infiltraciones. En las mujeres, el porcentaje de grasa corporal saludable debería estar entre el 14 y el 31%, y en los hombres entre el 6 y el 24%. “A nosotras se nos acumula en caderas, muslos, abdomen, rodillas y brazos, y a ellos en las centrales: abdomen, flancos y pecho”, refiere la doctora Conchita Pinilla, experta en cirugía plástica.