Por qué el suero fisiológico debería ser un imprescindible en tu rutina de belleza

Desde hace unos años la salud ocular se ha convertido en una gran preocupación del bienestar general. Tras el confinamiento y el aumento del uso de pantallas que supuso, quedó en evidencia que los ojos sufrían ciertas consecuencias más allá de las habituales deficiencias visuales. ¿Un ejemplo? La popularización de dilemas como la sequedad.

Lo que antes era una molestia propia de rangos de edad más elevados, se ha extendido entre todos los públicos. La tendencia la corroboraron los datos de ventas de la parafarmacia PromoFarma cuando, el pasado mes de enero, desvelaron que su referencia más vendida, de las más de 150.000 disponibles, fueron unas gotas humectantes para los ojos con ácido hialurónico.

A pesar de que ese tipo de producto son el principal remedio para la mayoría de casos de leves molestias, la realidad es que el ojo seco es una enfermedad que “puede disminuir la calidad de vida teniendo un impacto negativo en la función visual”, apunta la Dra. Paula Verdaguer Agustí, Oftalmóloga, especialista en Córnea, Cirugía Refractiva y Catarata en Institut de la Màcula y miembro de Doctoralia

Sin embargo, antes de llegar a ese diagnóstico médico, existen ciertos elementos cotidianos que afectan a tu bienestar ocular como pueden ser los ambientes áridos, las condiciones climatológicas extremas (pueden provocar que las lágrimas se evaporen), la excesiva exposición solar, las partículas contaminantes (son potencialmente irritativas), el uso de maquillaje agresivo o, por supuesto, no realizar una limpieza específica pormenorizada.

Y tampoco hace falta que tus ojos estén catalogados como sensibles para verse afectados.... Teniendo en cuenta que son la principal ventana al mundo y la fundamental fuente de recepción de información (el Dr. David Peña, oftalmólogo de Clínica Baviera Vitoria, sostiene que “un 80% de los datos que recibe el cerebro son visuales”), deberías prestarles todas las atenciones necesarias.

Cuidados generales para la salud y la belleza de la mirada

Lo primero que debes tener en cuenta es que tu estado general influye en la vista. La Dra. Verdaguer Agustí, recuerda que más allá de evitar tóxicos como el alcohol o el tabaco, realizar ejercicio físico, apostar por una correcta alimentación y protegerte de la exposición solar con gafas de sol durante todo el año, “es fundamental realizar revisiones periódicas con el oftalmólogo para poder detectar problemas oculares en estados incipientes”. Otros detalles son no sucumbir a la tentación de frotarse la zona (ni siquiera en brotes de alergia), si eres usuaria de lentes de contacto ser muy cuidadosa con ellas y, por supuesto, “tener una buena higiene ocular”.

Aunque las formulaciones cosméticas son cada vez más seguras y menos agresivas, “si no nos desmaquillamos bien los ojos podemos padecer problemas visuales como irritación, conjuntivitis, lagrimeo e incluso orzuelos”, apunta el Dr. Peña. También enumera la importancia de seleccionar siempre referencias suaves, de calidad y que hayan superado sus correspondientes controles, además de comprobar sus fechas de caducidad y PAOs (el tiempo que puede permanecer abiertas sin que sus cualidades y seguridad se vean mermadas) o mantener impolutas (y, por supuesto, jamás compartir) las herramientas con las que te aplicas y retiras el maquillaje, sin olvidar las toallas con las que te secas el rostro.

Desmaquillado ocular profesional

Los expertos insisten en que no debes prisa para ejecutar este proceso, ya que es preciso dedicar a tus ojos unos minutos con las manos impolutas, sin necesidad de frotarlos con fuerza y prestando especial atención a las partículas que “se encuentran en las pestañas y en la línea de inserción de las mismas, donde nos realizamos la línea de agua”, apunta la doctora. De hecho, la recomendación de Clínica Baviera es, en la medida de lo posible, no trazar el 'eyeliner' interior porque aumenta las probabilidades de que se queden restos en la conjuntiva.

Un buen protocolo según el Dr. Peña sería:

1. Empapa un algodón con agua micelar o con un desmaquillante suave y comienza a retirar los residuos con delicadeza, desde dentro hacia afuera, comprobando que las partículas se movilizan correctamente.
2. ¿Utilizas fórmulas de color persistentes o de categoría 'waterproof'? Entonces, el consejo es dejar dicho algodón sobre el ojo presionando suavemente durante un minuto, antes de retirarlo deslizándolo hacia fuera con el fin de arrastrar los residuos con cuidado.
3. Una vez esté impoluta la mirada, es el momento de seguir con el resto de protocolo sobre el rostro.

No subestimes el poder del suero fisiológico

Con la certeza de que cuando no nos desmaquillamos bien los restos de químicos pueden moverse hacia la superficie, creando inflamación y desequilibrios en el bienestar ocular, hace años un oftalmólogo me recomendó aliarme con algo tan popular y económico como es el suero fisiológico. Su consejo era incluirlo como el último paso en la rutina de desmaquillado específico.

El Dr. Peña define el suero fisiológico como “una solución salina que sirve, entre otras cosas, para limpiar el ojo, por lo que utilizarlo después de desmaquillarse puede ser bueno para eliminar las pequeñas partículas y restos de que se puedan quedar dentro” (incluso del propio 'cleanser'). Dentro del sinfín de opciones que encuentras en la farmacia, es mejor que elijas un formato monodosis porque es más cómodo y fácil de transportar (ideal para llevar siempre en el neceser) y preserva mejor la esterilidad.

Si te preguntas cuál es el método idóneo para convertirlo en el broche final de tu limpieza, la clave es inclinar ligeramente la cabeza y aplicarlo directamente en la parte superior del globo ocular con el fin de que trabaje en profundidad, antes de retirar cuidadosamente con una gasa el exceso de suero que quede. Por último, recuerda que aunque el suero fisiológico cumple la misión de limpiar, no hidrata, mas bien al contrario... De hecho, un uso excesivo también puede fomentar la temible sequedad. La solución sería rematar el proceso con lágrimas artificiales sin conservantes que “tienen como fin hidratar y mantener la humedad, no producen efectos secundarios y alivian las molestias causadas por esa sequedad”. Y ya puedes poner ojitos en todo su esplendor.