Por qué la industria se ha enamorado de la moda infantil
El childrenswear se ha convertido en la nueva aventura de la industria de la moda
La moda infantil es ahora el caramelo preferido de la moda, pues ha encontrado en los diseños para los más pequeños una oportunidad para que los adultos se gasten dinero sintiéndose menos culpables. En momentos de crisis, invertir en ropa ajena a lo básico resulta complicado y despierta y alborota la conciencia de algunos, por lo que no es de extrañar que la moda pet-a-porter y el childrenswear asciendan posiciones en estas etapas. “La moda infantil tiene mucho más recorrido del que podemos pensar”, comenta Yolanda Pérez, directora creativa de YolanCris, que ya se ha adentrado en el ready-to-wear y que deja la puerta abierta a seguir escuchando las necesidades del mercado. “¿Moda infantil? ¿Por qué no? De hecho, si observamos el cliente asiático y de Middle East, vemos cómo le dan una gran importancia al cómo van a vestir a sus peques, jugando también en este aspecto, no solo con la calidad y comodidad, sino también con la percepción de lucir ropa de un cierto estatus y valorar el diseño”, sentencia.
Durante su segundo embarazo, Chiara Ferragni se ha asegurado de que su negocio sirva de reflejo de su momento vital al lanzar una colección de moda para bebés con la que atavió a su recién nacida, que desde su nacimiento luce los diseños de Chiara Ferragni Collection. Hablamos de monos con el estampado mítico de la firma o de modelos rosas ribeteados cuyos precios oscilan entre los 92 y los 295 euros. Ante el aluvión de modelos que van a ser madres, no nos extrañará ver a lo largo de los siguientes meses a todos los bebés de las supermodelos lucir creaciones de la influencer italiana.
Nicky Hilton también se ha sumado al amor por el childrenswear al lanzar una colección cápsula para la primavera-verano 2021 junto a la marca de moda infantil Dotty Dungarees. Las propuestas de Hilton son aptas para niñas de entre seis meses y siete años, y sus diseños ya los lucen, como no podía ser de otra forma, sus hijas. “Me encantan las creaciones de Dotty Dungarees para mis hijas, y ellas también las adoran, por lo que como madre es todo un regalo. Esta colección de ensueño cuenta con todo lo que amo del estilo primaveral: flores, colores pastel, toques femeninos… Es cómoda y perfecta para jugar, por lo que mis hijas pueden pasárselo en grande con estos looks. La colección es perfecta para ir al colegio, para fiestas de cumpleaños, para jugar, para ir de vacaciones o para cualquier evento que tu familia tenga planeado para esta primavera”, asegura Nicky.
Precisamente en un momento en el que nos vestimos como niñas, Thom Browne invierte la fórmula y viste a los niños como adultos con sus nuevas propuestas childrenswear. Su aventura dentro de la moda infantil la dio a conocer dentro del calendario de la moda masculina de París, donde presentó un divertido vídeo dirigido por Cass Bird con el que mostrar sus propuestas.
Por su parte, Jonathan Anderson sigue su andadura junto a Uniqlo. Fan de la corriente mini-me que azota a la industria, quiere huir de las etiquetas de 'niño' y 'niña'. “Los pequeños son esponjas que absorben muchísima información mucho más rápido de lo que nos damos cuenta. Es importante que tengamos en cuenta los términos neutros al hablar, porque tendrá un inmenso efecto en el futuro de los niños”, explicaba el diseñador a ‘The Sydney Morning Herald’.
La moda infantil es ahora el caramelo preferido de la moda, pues ha encontrado en los diseños para los más pequeños una oportunidad para que los adultos se gasten dinero sintiéndose menos culpables. En momentos de crisis, invertir en ropa ajena a lo básico resulta complicado y despierta y alborota la conciencia de algunos, por lo que no es de extrañar que la moda pet-a-porter y el childrenswear asciendan posiciones en estas etapas. “La moda infantil tiene mucho más recorrido del que podemos pensar”, comenta Yolanda Pérez, directora creativa de YolanCris, que ya se ha adentrado en el ready-to-wear y que deja la puerta abierta a seguir escuchando las necesidades del mercado. “¿Moda infantil? ¿Por qué no? De hecho, si observamos el cliente asiático y de Middle East, vemos cómo le dan una gran importancia al cómo van a vestir a sus peques, jugando también en este aspecto, no solo con la calidad y comodidad, sino también con la percepción de lucir ropa de un cierto estatus y valorar el diseño”, sentencia.