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El viejo glamour resucita y la tardanza de Rihanna irrita en la gala Met en honor a Karl Lagerfeld
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LA NOCHE MÁS ESPECIAL DE LA MODA

El viejo glamour resucita y la tardanza de Rihanna irrita en la gala Met en honor a Karl Lagerfeld

Analizamos la gran noche de la moda en el Museo Metropolitano desde dentro: ¿qué pasó con las Kardashian? ¿Qué habría indignado a Lagerfeld?

Foto: Detalle del bolso del diseñador Olivier Rousteing en la Met Gala. (EFE/EPA/Justin Lane)
Detalle del bolso del diseñador Olivier Rousteing en la Met Gala. (EFE/EPA/Justin Lane)

Siento que Karl está aquí con nosotros. Él no creía en la muerte, simplemente creía que era mudarse al cuarto de al lado”, recordó Carla Bruni, una de las musas de Lagerfeld, al llegar a la alfombra roja del año. En esta edición, el museo Metropolitano de Nueva York y el Instituto del Traje decidieron dedicar una exposición monográfica al llamado káiser de la moda, buscando así una vuelta a las esencias del glamour añejo, de la moda como forma de arte sin compasión con aquellos que no entren en el canon. Y en parte, parecía que Karl Legerfeld había salido para dar un codazo a las últimas tendencias más inclusivas y políticas e imponer la moda reverencial y etérea, pero algunas salidas de tono hicieron también imaginarse al gran diseñador montando en cólera en plena alfombra roja.

En primer lugar, no cabe duda de que Karl Lagerfeld hubiese metido cuatro gritos a Rihanna por llegar tan tarde que la retransmisión en directo de la alfombra roja a través de la web de ‘Vogue’ decidió no esperarla. Y así apareció casi una hora después como sepultada por un alud de camelias firmado por Valentino.

placeholder Rihanna, a su llegada una hora tarde a la Met Gala. (Getty)
Rihanna, a su llegada una hora tarde a la Met Gala. (Getty)

Si en otras ediciones fue la reina de los memes por ir vestida de papisa o por aquella larga cola que parecía albergar una tortilla de patata, la maquinaria de las redes arrancó esta vez sin necesidad siquiera de verla y especulando sobre las causas del retraso. ¿Una nueva tendencia?

Tampoco creemos que Lagerfeld estuviera especialmente contento con los homenajes a su gatita Choupette, la heredera de parte de su fortuna, que fue evocada con vocación viral demasiado desesperada por Jared Leto (en modo disfraz gigante más digno de un parque temático), de manera más elegante por Doja Cat (vestida de Oscar de la Renta) y de manera muy exhibicionista por Lil’Nas X.

placeholder Jared Leto posa a su llegada a la Met Gala 2023 en Nueva York. (EFE/EPA/Justin Lane)
Jared Leto posa a su llegada a la Met Gala 2023 en Nueva York. (EFE/EPA/Justin Lane)

Probablemente tampoco le hubiese sentado especialmente bien que Anna Wintour, la gran anfitriona del evento y directora de 'Vogue Estados Unidos', eligiera para la ocasión un Chanel de la era post-Lagerfeld firmado por Virginie Viard.

Sin embargo, Karl Lagerfeld, que además de Chanel también fue director creativo de FENDI, Chloe y crearía su propia marca Lagerfeld Gallery, podría estar contento de que en general la alfombra roja tuviera más que ver con la moda que con el espectáculo y que, además, muchos de los presentes hicieran la tarea de homenajearlo con conocimiento de casa. El desfile de camelias, plumas y cadenas de cuero (elementos que reinventó para Chanel) o la sastrería masculina, los cuellos de camisa y las corbatas que inmortalizaría con su propia firma fueron los verdaderos protagonistas y sus musas le rindieron tributo con emoción y trabajo de archivo.

placeholder Penelope Cruz, en la Met Gala. (EFE/EPA/Justin Lane)
Penelope Cruz, en la Met Gala. (EFE/EPA/Justin Lane)

Penélope Cruz resucitó un vestido de novia de alta costura para Chanel datado en 1988 y no pudo representar mejor la capacidad de Lagerfeld para elevar un tejido a la categoría de lo magistral. Una embajadora total de la marca. Nicole Kidman volvió a lucir el vestido que llevó hace casi 20 años para el anuncio del perfume Chanel Número 5. Giselle Bündchen se vistió con las plumas que ya se había enfundado para una sesión de fotos con él. Naomi Campbell deslumbró con la mezcla de camelias metálicas con falda estilo cariátide diseñado en 2010 para Chanel. O Kate Moss, con su hija, ambas de FENDI. Las que sabían de lo que se estaba hablando lo demostraron. Y su belleza, heredera (o fundadora) del 90-60-90, reclamó su cetro.

placeholder Kate Moss y su hija Lila Grace Moss. (EFE/EPA/Justin Lane)
Kate Moss y su hija Lila Grace Moss. (EFE/EPA/Justin Lane)

Pero los homenajes a través de otros diseñadores funcionaron, en general, también de maravilla: Jessica Chastain, con su Gucci negro con guiño al protagonista con sus gafas de sol y su pelo blanco; Jennifer López, con un cruzado revelador de Ralph Lauren; Bad Bunny filtrando lo no binario en un modelo plagado de camelias blancas de Jacquemus; o Kendall Jenner, que debutó en las pasarelas de la mano del diseñador alemán pero hoy lo canalizó con un Marc Jacobs totalmente 'lagerfeldeado' de maxicuello rígido brillante.

Jenner apareció con sus hermanas Kim Kardhasian, a tope de perlas con diseño de Schiaparelli, y Kylie Jenner, en rojo de Haider Ackerman para Jean-Paul Gaultier, después de que se especulara durante semanas que Anna Wintour había vetado su presencia en esta edición. Los rumores resultaron ser falsos o, como mucho, la organización se retractó. Pero la tensión que la gala Met lleva años intentando resolver entre elegancia y popularidad volvió a tenerlas como epicentro.

placeholder Kendall Jenner, en la Met Gala 2023. (EFE/EPA/Justin Lane)
Kendall Jenner, en la Met Gala 2023. (EFE/EPA/Justin Lane)

La elegancia, desde luego, resucitó en esta edición. Pero lo no popular también agachó la cabeza. Tanto la categoría de las Jenner-Kardashian, como hilo conductor, como la tendencia reciente de utilizar esta alfombra roja como altavoz para anuncios personales (en este caso los embarazos de Serena Williams y Karlie Kloss) devaluaron en cierta manera lo que, por un momento, pareció un viaje a ese glamour añejo que se quiere destronar, pero que anoche muchos se dieron cuenta que anhelaban.

¿Será el último estertor o la vuelta de la belleza supremacista? Muchas preguntas quedan abiertas una vez más al cierre de esta gala, aunque una parece tener una respuesta clara: Rihanna no estará invitada el año que viene.

Siento que Karl está aquí con nosotros. Él no creía en la muerte, simplemente creía que era mudarse al cuarto de al lado”, recordó Carla Bruni, una de las musas de Lagerfeld, al llegar a la alfombra roja del año. En esta edición, el museo Metropolitano de Nueva York y el Instituto del Traje decidieron dedicar una exposición monográfica al llamado káiser de la moda, buscando así una vuelta a las esencias del glamour añejo, de la moda como forma de arte sin compasión con aquellos que no entren en el canon. Y en parte, parecía que Karl Legerfeld había salido para dar un codazo a las últimas tendencias más inclusivas y políticas e imponer la moda reverencial y etérea, pero algunas salidas de tono hicieron también imaginarse al gran diseñador montando en cólera en plena alfombra roja.

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