Descubre las posturas de yoga que pueden ayudarte a dormir mejor
La práctica de esta disciplina tiene grandes beneficios para tu cuerpo, tu mente y para descansar mejor
Un sueño de calidad y dormir las horas suficientes son aspectos esenciales para nuestro cuerpo. No solo ayudan a mejorar la memoria, haciendo que asimilemos la información recogida durante el día, también tiene grandes beneficios para nosotras a nivel físico.
Favorece el buen funcionamiento del sistema inmune, ayuda a controlar el peso y protege el corazón, ya que cuando dormimos el cuerpo se relaja disminuyendo la tensión arterial y empleando menos esfuerzo en el bombeo de la sangre.
Por eso, te encantará saber que hay algunos trucos que podemos poner en práctica para descansar mejor y que nuestro sueño sea más reparador, como seguir un horario fijo a la hora de acostarte y levantarte, cenar pronto, no abusar de bebidas estimulantes o hacer un poco de ejercicio físico.
Además, el yoga es muy beneficioso para lograr esta meta. Mejora la respiración, favorece el sistema inmunológico, fortalece los huesos y libera la mente, también puede ayudarnos a dormir mejor y con mayor calidad si escogemos las asanas adecuadas.
La práctica de yoga activa nuestro sistema parasimpático, que se ocupa de disminuir el estado de estrés de nuestro organismo, lo que nos ayuda a relajarnos y conciliar mejor el sueño. Los ejercicios de respiración, así como las posturas invertidas o con flexión hacia delante pueden ayudarte a conseguirlo.
Posturas para dormir mejor
Una de las más sencillas es la Balasana o postura del niño, es una postura que ayuda a combatir el estrés y la fatiga. Para hacerla solo tienes que situarte en el mat o esterilla y sentarte sobre los talones.
Flexiona el tronco hacia delante con los brazos extendidos hasta que la frente toque el suelo sin levantar los glúteos. Si no llegas a tocar no pasa nada, lo que busca es que estés relajada. Haz dos respiraciones intentando mantener el ritmo, 5 segundos para inhalar y 5 segundos para exhalar.
Sentada de nuevo sobre los talones puedes intentar la Ustrasana, o postura del camello. Eleva la cadera hasta que quede en línea con las rodillas, levanta el pecho hacia arriba y hacia el techo y, cuando hayas alcanzado la máxima apertura, mueve las manos hacia atrás para tocar los talones.
Asegúrate de que tu cadera está alineada y lleva la cabeza hacia atrás para abrir la garganta, pero solo si te resulta cómodo. Mantén la postura dos respiraciones siguiendo el mismo ritmo que en la anterior.
Para mejorar la circulación sanguínea podemos apostar por la Viparita Karani o postura invertida sencilla, porque eleva las piernas por encima de la cabeza. Solo tenemos que tumbarnos en el suelo y elevar las piernas rectas hasta formar un ángulo de 90 grados.
Si te cuesta mantener la postura o te resulta complicado, puedes hacerlo con la ayuda de una pared, apoyando las piernas en ella.
Una postura un poco más complicada es la del arado o Halasana. Para hacerla correctamente debemos estar tumbadas boca arriba en el suelo y elevar las piernas hasta que pasen por encima de nuestra cabeza y se apoyen en el suelo. La cadera debe quedar justo sobre nuestros hombros.
Puedes terminar tu práctica con una de las posturas más importantes en yoga, Savasana o postura del cadáver. Solo tienes que tumbarte con los brazos y las piernas ligeramente separados y relajar todo el cuerpo. Una forma perfecta de terminar el entrenamiento y preparar tu cuerpo para el momento de dormir.
Un sueño de calidad y dormir las horas suficientes son aspectos esenciales para nuestro cuerpo. No solo ayudan a mejorar la memoria, haciendo que asimilemos la información recogida durante el día, también tiene grandes beneficios para nosotras a nivel físico.