Adelgaza con la dieta Smart: te contamos en qué consiste y sus beneficios
Descubre la forma más 'inteligente' de perder peso, de forma eficaz y comiendo de todo
Hay muchos factores que pueden influir a la hora de ayudarnos a perder peso, sin embargo se ha demostrado que parte de la clave para conseguirlo, en crear un déficit calórico. Para ello podemos hacer varias cosas: reducir el número de calorías que consumimos, aumentar el de las que quemamos o apostar por evitar el estrés que provoca un picoteo indeseado.
En estas tres se basa la dieta Smart, que aboga por conseguir un equilibrio entre todas ellas. Su autora, la nutricionista Reina García, recomienda compaginarlas para poder conseguir nuestros objetivos.
El ejercicio físico es indispensable, así como la relajación, no solo reduciendo el estrés, también encontrando un equilibrio entre nuestra vida laboral, social y el descanso. Adoptar unos hábitos de vida saludables nos ayudará a mejorar nuestra salud física y emocional, así como a perder peso. En esto la alimentación juega un papel fundamental.
Dieta Smart: beneficios
Según su autora, con esta dieta no solo conseguiremos perder peso y no volver a recuperarlo cambiando nuestros hábitos, también ganaremos salud. Se trata de una dieta antiinflamatoria y antioxidante, que previene el envejecimiento prematuro, controla el colesterol y reduce el riesgo de sufrir enfermedades crónicas.
Los alimentos en los que se basa, combaten la retención de líquidos, eliminan la celulitis y favorecen un correcto funcionamiento del intestino, haciendo que nos sintamos menos hinchadas.
Este sistema promueve un cambio de hábitos, eliminar aquellos que no nos favorecen y sustituirlos por otros más saludables, de ahí la importancia que le da a la relajación como forma de reducir los niveles de estrés y ansiedad que pueden dificultar nuestra pérdida de peso. En la alimentación también sigue esta misma técnica.
Una dieta en fases
Establece varias etapas en las que se comienza con una dieta un tanto restrictiva, una fase hiperprotéica con la que se consigue una gran pérdida de peso en poco tiempo. Conforme se avanza en las fases, se van incorporando alimentos que se habían eliminado, hasta alcanzar la fase final que podría adoptarse como una nueva forma de alimentación permanente.
Durante la primera fase, que puede durar hasta tres semanas y se llegan a perder unos dos kilos por semana, quedan prohibidas las frutas, legumbres, pan, pasta, carnes rojas o pescados azules, pero se permiten tomar vegetales y proteínas saludables, como las del pescado, el yogur y los huevos. En la segunda fase se incorporan alimentos como los cereales y las legumbres.
A lo largo de la tercera fase recupera el resto de alimentos que había eliminado, incluso se permite tomar de forma puntual carnes grasas, embutidos, dulces, chocolate negro o una copa de vino. Eso sí, durante todo el tiempo hay que mantener una vida activa y hacer ejercicio físico.
Como ves, esta es una dieta bastante restrictiva, por lo menos en sus primeras etapas, por lo que se corre el riesgo de sufrir algún tipo de carencias nutricionales si no se cuenta con la ayuda de un profesional de la salud que nos aconseje.
Tanto si quieres probar esta dieta como si te decides por cualquier otra, no olvides que es clave contar con el apoyo de profesionales que se encarguen de que todo el proceso sea seguro para ti.
Hay muchos factores que pueden influir a la hora de ayudarnos a perder peso, sin embargo se ha demostrado que parte de la clave para conseguirlo, en crear un déficit calórico. Para ello podemos hacer varias cosas: reducir el número de calorías que consumimos, aumentar el de las que quemamos o apostar por evitar el estrés que provoca un picoteo indeseado.