Alimentos recomendados y otros a evitar para seguir una dieta antiinflamatoria
Evita que tu cuerpo envejezca de forma prematura cambiando tu alimentación
Al comenzar una dieta lo hacemos pensando en cambiar los hábitos de alimentación que hasta ahora hemos tenido, porque sabemos que no son los adecuados. Ni para nuestra salud, ni para nuestra figura.
Por eso queremos encontrar la forma de cambiar y convertir las costumbres más saludables en nuestra rutina. Una alimentación equilibrada y ejercicio físico de forma habitual pueden ayudarnos a transformar nuestro interior y vivir mejor.
Por supuesto, consultar con un especialista, médico o profesional de la nutrición es indispensable para que todos estos cambios sean efectivos sin poner nuestra salud en riesgo.
Dieta antiinflamatoria
La inflamación es una respuesta natural de nuestro cuerpo frente a un daño, una señal de que algo no va bien y por eso se defiende reaccionando de esta manera. Hay dos tipos de inflamaciones, la que se ve, como cuando nos pica un mosquito, y la que no se ve.
Precisamente esta última puede ser la más peligrosa porque sin darnos cuenta causa el envejecimiento prematuro de nuestras células. Lo que puede dar lugar a dolores de cabeza, fatiga, cansancio, malestar general y, a la larga, derivar en otras patologías más graves.
Numerosos estudios han relacionado la inflamación con un aumento del riesgo de padecer algunas enfermedades cardiovasculares, artritis reumatoide, hipertensión e incluso cáncer.
Hay muchos factores que influyen en la inflamación, desde factores externos como la contaminación a malos hábitos como el alcohol o el tabaco. También una alimentación poco saludable puede influir en nuestra salud de esta manera.
Alimentos a evitar
Si queremos prevenir la inflamación, hay algunos alimentos que deberíamos eliminar de nuestra dieta o por lo menos reducir su consumo hasta que sea meramente anecdótico. Este es el caso de los procesados, cuantos más productos naturales comamos, mejor reaccionará nuestro cuerpo.
Las grasas trans también entran en esta lista de productos que debemos evitar, así como las harinas y azúcares refinados. Conviene asimismo reducir la ingesta de carnes rojas y también de lácteos y sus derivados.
Se considera que estos productos pueden producir una respuesta inflamatoria en el organismo por sus niveles de caseína y lactosa, que el cuerpo no es capaz de procesar.
Qué se puede comer
Para seguir de manera adecuada esta dieta hay que apostar por el consumo de frutas, verduras y legumbres, que nos aportarán proteínas vegetales de gran calidad. Si queremos proteínas animales, es mejor optar por el pescado, pero también podemos escoger la carne de ave.
También son importantes los frutos secos y el aceite de oliva, así como las semillas de lino o chía y los granos integrales. Hay que consumir cantidades adecuadas de fibra y potenciar el consumo de alimentos ricos en antioxidantes.
Un ejemplo de esto son las espinacas o el brócoli, ricos en clorofila; o las naranjas, zanahorias o calabaza, llenas de carotenoides. También es antioxidante el licopeno, que podemos encontrar en sandías y fresas.
Además se recomienda un consumo moderado de sal, que puede ser sustituida por hierbas aromáticas o especias como la cúrcuma o la nuez moscada, que tienen cualidades antiinflamatorias.
Al comenzar una dieta lo hacemos pensando en cambiar los hábitos de alimentación que hasta ahora hemos tenido, porque sabemos que no son los adecuados. Ni para nuestra salud, ni para nuestra figura.