Fernando Tejero: “Me indigna que se dé la oportunidad de ser actor a gente cero preparada solo por tener muchos followers”
El famoso actor nos regala un precioso recorrido por su propia historia. En su bagaje de 57 años atesora vocación, trabajo y muchas horas de terapia, nunca suficientes para tolerar el intrusismo en su profesión
La palabra 'respeto' gana por goleada durante nuestra entrevista —y nunca mejor dicho, que nuestro protagonista tiene el Goya al Actor revelación de 2003 por 'Días de fútbol'—. Fernando Tejero es locuaz, amable, divertido y profundamente respetuoso. Pero no es el único tanto que sube al marcador de este actor concienzudo y agradecido. Hablar con él trasciende el mecánico ejercicio de hacer preguntas y esperar las respuestas. Como él mismo confiesa, lo que mejor se le da “es ser buen amigo”. Durante nuestra larga conversación, sentimos que quien responde al otro lado es eso: amigo, cercano y muy “a favor”.
El pasado mes de julio presentó a la prensa su nueva película, 'Historias', segundo filme de Paco Sepúlveda. “'Historias' es una película bonita y emotiva de cojones", nos dice. Es un recorrido por la vida, por todo lo que nos une a los seres humanos. A mi personaje le hice un traspaso, que es regalarle algo que te haya pasado a ti en la vida y que sirva para darle profundidad. A mí me habría encantado ser padre, y trabajé a ese taxista desde el lugar de un tipo que habría querido ser padre y no pudo, y que debe atender a bordo a una parturienta. A este personaje le he dado mi corazón”.
Fernando no lo ha tenido fácil (“La suerte es para los que juegan a la lotería, yo me lo he currado”), pero a nosotros nos lo da hecho. Todo eso que se agradece de un entrevistado, honestidad, generosidad, sentido del humor… lo atesoramos bajo estas líneas. El que fuera portero de la comunidad de vecinos más excéntrica —las ya míticas cinco temporadas de 'Aquí no hay quien viva' (2003-2006)— y portero suplente —aunque de fútbol— en el largometraje 'El penalti más largo del mundo' (2005), continúa parando balones para defender su portería existencial del intrusismo, el daño gratuito y la falta de respeto. ¿Lo último? Rodar con Amenábar, “un sueño cumplido”.
“'Historias' es una película bonita y emotiva de cojones. Es un recorrido por la vida, por todo lo que nos une a los seres humanos. A este personaje le he dado mi corazón”, Fernando Tejero
¿Vocación, casualidad o necesidad? ¿Por qué eres actor?
Vocación absoluta. Quiero ser actor desde muy jovencito. Con poco más de 10 años mi abuelo me llevaba al teatro y me fascinaba lo que veía. Con 13 devoraba obras y a partir de Lorca decidí que yo era eso. Iba al teatro, al gallinero, y soñaba con hacer algún día lo que la gente que estaba sobre el escenario. Aquello era magia.
Antes de que nos pille en un renuncio la IA y el ChatGPT… ¿Alguna referencia a la que hayas 'copiado y pegado' más que a otra?
Mi referencia vital es un amigo de la infancia que se llama Andreu. Hoy es profesor en Benalmádena, ha escrito una novela y libros de poesía. Gracias a él yo me atreví. Le vi luchar por su sueño y tenerle como referente me sirvió, como mínimo, para no abandonar el mío: estudiar Arte Dramático. Como dice Joaquín Sabina: “No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca sucedió”. Hubiera sido un drama no haberlo intentado.
¿Eres de los que se ha currado llegar hasta aquí con sangre, sudor y lágrimas, o has tenido la suerte justa y necesaria?
Me lo he currado. La suerte es para quien compra la lotería. En esta profesión uno puede tener un golpe de suerte, pero si te quieres mantener ahí solo queda estudiar y prepararse. Ahora hay un intrusismo brutal. Hay mucha gente muy preparada, y me indigna que se dé la oportunidad de ser actor a gente cero preparada solo por tener muchos followers. O porque sea muy guapo. Me enerva, es una falta de respeto hacia esta profesión. Yo llevo preparándome toda la vida. Te puede gustar más o menos lo que hago, pero yo sé de lo que hablo, sé de teatro, sé de cine, estoy preparado. No se da oportunidad a amigos míos que valen muchísimo y, sin embargo, lo tiene muy fácil gente que no se lo merece.
Para vivir y ser razonable (y puntualmente) feliz. ¿Qué necesitas?
Acostarme todos los días con la conciencia muy tranquila. Dormir del tirón sabiendo que tengo todas las cuentas ajustadas, y no me refiero literalmente a cuentas de dinero. Para ser feliz es necesario el autoconocimiento, que me ha costado muchos años y muchas horas de terapia. No hay nada que te haga sentir más libre que el autoconocimiento. No hay nada más maravilloso que aceptar que uno tiene miedo, que hay que pasar por el dolor para colocarlo en su sitio… Si aceptas que ese dolor forma parte de la vida, te sentirás más libre.
Esa vez en la que dijiste “quién me manda a mí meterme en esto…”
Muchas veces. Casi siempre ha tenido que ver con cosas que he hecho, que no quería hacer, y por compromiso he dicho que sí. Luego me he arrepentido lo más grande.
¿Por ejemplo?
Cuando hice el programa MasterChef.
You are 'good in…'. Mójate y dinos eso en lo que eres realmente bueno. Otorguemos a nuestra vanidad el lugar que merece.
Como amigo. Soy un tío leal, lo más sensato posible, lo más honesto posible. Quien me tiene como amigo, cumple conmigo el refrán “quien tiene un amigo tiene un tesoro”.
No puedes soportar, es superior a tus fuerzas…
Detesto la mentira. A mí me han hecho mucho daño con mentiras y es algo que no puedo soportar.
¿Eres de los que alimentan las listas de espera de los terapeutas, o tú te lo guisas y tú te lo comes?
Cada semana voy a la psicóloga, y mientras pueda lo voy a seguir haciendo. Esa rutina ordena mi cabeza, me hace verbalizar cosas que de otra forma no diría. Me ayuda muchísimo.
Un recuerdo que aún te pone la piel de gallina.
Cuando me subí por primera vez a un escenario y la primera persona que me felicitó era mi adorada y admirada Ana Belén, que además me regaló una rosa. Fue en 1995, hicimos un montaje en la escuela de Cristina Rota sobre la obra de Lorca y ella vino como invitada. Yo era superfán.
¿Qué le está pasando al mundo? ¿Y a tu profesión?
Mi profesión no está en un buen momento. Trabaja el ocho por ciento de los actores. Al cine, lamentablemente, cada vez va menos gente. Y luego hay muy poco respeto por la profesión. Cuando yo empecé a estudiar, quienes profundizaban en la interpretación sabían de autores de teatro, habían leído sobre esto… Ahora, de la noche a la mañana, pones una foto en el Instagram en la que sales guapísimo y te dan la oportunidad de actuar.
Respecto al mundo… vamos en retroceso, sobre todo en la capacidad de amar. Nos estamos deshumanizando. Veo desde el confinamiento a la gente mucho más violenta.
Se supone que la pandemia iba a sacar lo mejor de nosotros, ¿no?
Sí, sí, ya se ha visto que sí. (Risas). El que era malo se ha vuelto peor. El encierro sirvió para, sin pretenderlo, tener que reflexionar, mirar hacia dentro. Y eso a veces hace mucho daño si no le pones terapia por medio. Esas heridas no curadas pueden sacar lo peor de ti.
Ilusión, pasión, curiosidad, generosidad… ¿Cualquier parecido con tu realidad es pura coincidencia o son tu Biblia?
Son mi Biblia. Intento ser lo más generoso posible. Para dedicarse a esto hay que ponerle mucha pasión; si no, no puedes ser un buen actor. La vida, sin ilusión, ha terminado. Y curiosidad, por supuesto; hay que ser curioso para enriquecerse. Todo es un aprendizaje.
Jamás te atreverías a…
Yo antes iba al Parque de Atracciones y me montaba en todo, me tiraba de lo más alto, pero ahora me da un miedo que me cago. No me atrevería, por ejemplo, a hacer puenting.
Lo primero que piensas al levantarte por la mañana.
Qué suerte tengo, puedo seguir aquí.
Esa anécdota que aún no ha salido en TikTok, pero con la que nos sacas una sonrisa seguro…
En la película 'Historias' hago de taxista, y una vez me pasó algo muy gracioso en un taxi. Llevaba a mi perro, Buddy, al veterinario (hace muchos años que murió). De repente se me escapó un 'cuesco'. No fue sonoro con lo cual yo pensé, ¡menos mal! Pero era apestoso. El taxista empezó a quejarse de lo mal que olía. Le dije “sí, es que llevo al perro al veterinario porque tiene muchos gases, está mal del estómago y voy a ver si le cambian el pienso”. A lo que el conductor respondió: “yo creo que es mejor que te lo cambien a ti”. Me entró la risa y claro, me delaté.
Perdón, por favor, gracias. ¿Eres de los que practican esta fórmula en desuso?
Para mí es muy curativo pedir perdón. Pero hay que saber pedir perdón cuando uno ha cometido un error. No hay nada más hermoso.
Lo más complicado de tu profesión es…
Hay que estudiar mucho el personaje, es un trabajazo que lleva tiempo y muchas cosas más.
Lo que más te estresa es…
En este momento de mi vida, un lugar donde haya mucha gente reunida. Desde que soy conocido me da claustrofobia, me siento observado. Yo antes iba a los conciertos en una plaza de toros y me ponía en medio. Ahora, ni soñarlo, me entra una angustia que me muero.
¿Qué piensas de ti cuando te ves?
Hay días que pienso que soy cojonudo, y otros me digo: “es que te cambiaba por otro”.
La palabra 'respeto' gana por goleada durante nuestra entrevista —y nunca mejor dicho, que nuestro protagonista tiene el Goya al Actor revelación de 2003 por 'Días de fútbol'—. Fernando Tejero es locuaz, amable, divertido y profundamente respetuoso. Pero no es el único tanto que sube al marcador de este actor concienzudo y agradecido. Hablar con él trasciende el mecánico ejercicio de hacer preguntas y esperar las respuestas. Como él mismo confiesa, lo que mejor se le da “es ser buen amigo”. Durante nuestra larga conversación, sentimos que quien responde al otro lado es eso: amigo, cercano y muy “a favor”.
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