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Ramón Campos, el hombre tras las series que más te gustan: "Hago bombillas y de vez en cuando me sale un 'Fariña"
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ENTREVISTA

Ramón Campos, el hombre tras las series que más te gustan: "Hago bombillas y de vez en cuando me sale un 'Fariña"

Este gallego de 49 es responsable de éxitos como 'Fariña', 'Velvet' o 'Las chicas del cable'. Hablamos con él de cómo han cambiado el panorama las plataformas y de sus inicios en esta entrevista

Foto: Campos, un 'pope' del audiovisual español. (Bambú Producciones/Félix Valiente)
Campos, un 'pope' del audiovisual español. (Bambú Producciones/Félix Valiente)

Aunque al espectador medio pueda no sonarle su nombre, Ramón Campos es historia de la televisión. A punto de cumplir 50 años, este productor, guionista y director fundó Bambú junto a Teresa Fernández-Valdés en 2007. Y gracias a ello, es una de las personas detrás de éxitos como ‘Velvet’, ‘Gran Reserva’, ‘Fariña’ o ‘Las chicas del cable’.

Este año, este pope del audiovisual ha triunfado en Netflix gracias a otra de sus creaciones, ‘La viuda negra’, que lideró la lista de visionados en la plataforma.

Gallego sin pelos en la lengua y buen analista de la situación actual del audiovisual, Campos se mudó a Madrid en un mundo sin plataformas donde se producía mucho menos contenido.

Poco hacía sospechar que se convertiría en alguien imprescindible para entender la evolución de las series en los últimos años, eliminando los prejuicios sobre lo comercial y evitando, por ejemplo, ese desdén de la industria del cine hacia su hermana pequeña que llegó hasta los años 2010.

placeholder FOTO: Félix Valiente/ Cortesía de Bambu Producciones
FOTO: Félix Valiente/ Cortesía de Bambu Producciones

Hablamos con este pope del audiovisual español de la forma de consumir ficción (y de la propia palabra consumidor), de sus inicios, de lo caprichoso del éxito de producciones como ‘Fariña’ y de por qué es mejor no politizar muchos contenidos.

PREGUNTA. Acabas de triunfar con ‘La viuda negra’ ¿qué les dices a aquellos que te llaman rey del true crime, entre otras cosas?

RESPUESTA. Hay un rey indiscutible en este país, así que yo voy detrás de él: Carles Porta. Voy detrás de él y detrás de unos cuantos. Yo lo que intento hacer es ser líder de los de los que lo hicieron bien o intentar hacerlo tan bien como ellos.

Netflix nos comparte resultados en forma confidencial y es verdad que hemos superado las expectativas que teníamos nosotros y que tenían ellos, así que estamos más que felices. Era una película que no era fácil porque no es un caso con muchos giros. El hecho de que haya entrado tan bien en países como Estados Unidos ha sido una sorpresa maravillosa.

placeholder Candela Peña en 'El caso Asunta'. (Netflix)
Candela Peña en 'El caso Asunta'. (Netflix)

P. Y ahora estáis con la producción de ‘Rondallas’, la nueva película de Daniel Sánchez Arévalo…

R. La estrenaremos en enero, pero la película empezará su carrera en festivales bastante antes. La recepción que estamos teniendo de la gente que la va viendo está siendo muy positiva. Y trabajar con Daniel muy bien, ya que somos muy amigos desde hace años. Cuando le conté esta historia, cuando encontré un vídeo en YouTube de gente tocando una rondalla le dije: ‘si aquí encuentras una historia, la levantamos’.

Lo contamos todo en un pueblecito donde murieron varios marineros. Además, mi padre era marino mercante. Volver a Galicia con ‘Rondallas’ es volver también a un equipo gallego y llevar a Dani allí la verdad que fue muy chulo.

placeholder FOTO: Félix Valiente/ Cortesía de Bambu Producciones
FOTO: Félix Valiente/ Cortesía de Bambu Producciones

P. Hace poco te entregaron un premio en Lanzarote. Cuando miras atrás y te ves detrás de éxitos como ‘Las chicas del cable’, ‘Fariña’ o ‘Velvet’, ¿qué te viene a la cabeza?

R. Lo pensé con el premio y la sensación que tuve es la de ‘qué rápido ha pasado el tiempo y cuántas cosas han ocurrido’. Me he hecho viejo de repente y siento que fue ayer cuando llegué a Madrid a hacer la serie ‘Desaparecida’. Qué rápido ha pasado todo y cómo ha cambiado el audiovisual. Ha sido una locura.

P. Además, antes de crear Bambú pasaste por casi todas las cadenas en abierto…

R. Sí, venía de las autonómicas y allí ya era un sueño trabajar con Antena 3, Telecinco o Televisión Española. Y de repente llega Netflix, comienza Movistar y llega Amazon a España. Cuando veo a los chavales jóvenes me sorprendo porque ellos conocen este mundo en el que vivimos y nada más. Muchas veces es difícil explicarles que el proceso era mucho más lento antes que ahora. Porque ahora escriben para Netflix casi desde que salen de la escuela.

placeholder 'Desaparecida', uno de los primeros guiones de Ramón Campos en 2007. (Prime Video)
'Desaparecida', uno de los primeros guiones de Ramón Campos en 2007. (Prime Video)

P. Las plataformas también han elevado el presupuesto de las series. ¿Cuáles son los que manejábais entonces,cuando tú empezaste?

R. Por entonces, yo disponía de 60.000 € por capítulo. Ahí ya trabajaba con buena parte del equipo que tenemos ahora en Bambú. Los saltos fueron muy poquito a poco. Yo no sé cuánto costó ‘Desaparecida’, pero serían 300 mil y pico o 400.000 €. Luego ya eran 500.000, luego 600.000. Ahora ya tenemos presupuestos de millón y medio. Mirando hacia atrás, es muy bestia el proceso que vivimos, pero fue muy natural.

P. Hablando del ahora, ¿no crees que hay una sobreabundancia de contenidos? Parece que no nos da tiempo a consumir, si es que se puede usar esa palabra, todo lo que se estrena…

R. Ahora hay muchas plataformas que necesitan abonados y cuando haces un producto no se mide tanto la gente que lo está viendo. Por eso siempre necesitan contenido nuevo, porque vivimos en esta vorágine en la que, para tener abonados nuevos y que no se marchen, tienes que ofrecerles todos los días algo nuevo.

placeholder Ramón junto a Gema R. Neira y Josep Cister, productores ejecutivos de Bambú Producciones. (Félix Valiente)
Ramón junto a Gema R. Neira y Josep Cister, productores ejecutivos de Bambú Producciones. (Félix Valiente)

P. ¿Y cuál es el porcentaje de éxito o de fracaso de esas series?

R. Yo siempre digo que es un 70% fracaso, 30% de éxito. Tienes que lanzar muchos platos al aire para darle a alguno. Por tanto, vas a tener muy poquitos éxitos para poder mantener a la gente como suscriptora. Hay muchas series. Muchísimas. La gente no es capaz de consumir todo lo que producimos, es cierto.

Pero que haya tanto contenido pienso es necesario en este mercado que vivimos. El que produce menos tiene menos oportunidades de tener suscriptores.

P. ¿Y te gusta la palabra consumidor aplicada al espectador?

R. Yo no sufro nada esa palabra. Soy de los que piensan que somos una industria y tenemos que actuar como una industria. El problema es que en España, durante muchos años, hemos vivido con esta dualidad de industria cultural. Se ha considerado que todo lo que se hace para el audiovisual es cultura y no lo es.

Yo le digo a mi equipo que el mundo se mueve o se ilumina con bombillas. Y no puedes pretender que cada una de las que se hace sea una obra de arte. Se necesitan bombillas para iluminar las calles, para iluminar las casas, para iluminar los bares, para que el mundo se mueva.

placeholder 'Fariña', uno de los grandes éxitos de Bambú. (Atresmedia)
'Fariña', uno de los grandes éxitos de Bambú. (Atresmedia)

P. Y de vez en cuando hay alguna que se convierte en arte...

R. Claro, de vez en cuando dices ‘esta bombilla merecería estar en un museo’. Pero incluso ese museo necesita bombillas normales que iluminen. Yo hago bombillas y, de vez en cuando, me sale una bombilla un poquito más resultona, un ‘Fariña’.

Es esa confusión de que todo lo audiovisual es cultura es la que nos lleva a un planteamiento erróneo; no todo hay que cuidarlo como algo maravilloso que tiene que trascender. Soy de los que piensa que hacemos series que atraen al público y, cuando tenemos mucha suerte, nos sale alguna maravillosa.

P. También es verdad que ahora es más difícil que una serie o una película trasciendan…

R. Fíjate, dentro de lo difícil que era la televisión en abierto, creo era mucho más sencillo trascender con ‘Gran Hotel’ o con ‘Velvet’, por ejemplo. Al final los espectadores tenían muy poca oferta y tenían que poner la tele un día a la semana para verla.

Por eso creo que encadenamos muchos éxitos, porque nos dimos cuenta que había unas claves que teníamos que cumplir y así enlazamos ‘Gran Reserva’, ‘Hispania’, ‘Gran Hotel’ y varios éxitos. Antes tenías olas audiovisuales y eso ya no existe. Tú sabías, por ejemplo, que iban a llegar muchas series de médicos porque lo veías en Estados Unidos.

placeholder Yon González y Amaia Salamanca en 'Gran Hotel'. (Atresmedia)
Yon González y Amaia Salamanca en 'Gran Hotel'. (Atresmedia)

P. Supongo que esa información de lo que iba a venir de fuera y ayudaba que los estrenos no fuesen inmediatos

R. Yo sabía más o menos que iba a estrenar Telecinco, que iba a estrenar Antena 3…,y entre eso y el análisis de las audiencias, podías crear tal serie para tal cadena. Ahora es muy difícil porque yo no sé qué datos tiene Netflix, no sé qué datos tiene Amazon.

Cuando creas algo a ciegas es mucho más complicado acertar. Al final lo que se provoca es que haya que crear mucho más, porque como creas a ciegas, pues apuntas a muchas cosas. Hay muchos disparos al aire.

P. Hay muchas personas que ven el sistema de las plataformas y la gente que contratan a sueldo, como el ‘star system’ del viejo Hollywood, donde se combinaba el arte y el negocio…

R. Yo creé en Bambú pensando que necesitaba comprar éxitos para luego hacer cosas más de autor. Gracias a hacer ‘Hispania’ ‘Gran Hotel’ o ‘Las chicas del cable’ se pudo hacer el documental de ‘El caso Asunta’, por ejemplo. Mi máxima era: ‘Tengo que dar un éxito para que ellos me den espacio para poder experimentar’.

Por eso mucha gente se sorprende de que yo haga ‘Malasaña 32’ o ‘El verano que vivimos’, pero luego hago una película de autor. Necesito darle éxito a mis socios franceses, a las cadenas que participan en las películas de Bambú. Y luego hago ‘Rondallas’ y preparo series o películas de autor. Creo que esa dualidad es muy buena.

placeholder 'Las chicas del cable', otro éxito con sello Bambú.
'Las chicas del cable', otro éxito con sello Bambú.

P. También habéis sido pioneros despolitizando muchas series de época. ‘Las chicas del cable’ o ‘Velvet’ podían estar ambientadas en una Segunda República o en un franquismo que nunca existieron…

R. Una reflexión que hacíamos era que hay un 50% de la audiencia que es de derechas y un 50% que es de izquierdas. No nos posicionábamos. Eso no quiere decir que luego no hiciéramos proyectos en los que hubiera más posicionamiento político.

Pero si nos posicionamos claramente, hay un 50% de la audiencia que se va a ir. En ‘Gran Hotel’, por ejemplo, había muy poquito contexto.

P. Os criticaron mucho por eso, ¿no es así?

R. Se decía que en ‘Velvet’ parece que no estábamos en la dictadura. Pero la primera imagen que se ve es la de José Sacristán con la niña caminando en plena posguerra por una Gran Vía que no estaba destrozada. Pero lo cierto es que yo no escondía que lo que venía después era un cuento de hadas. No busco espectadores que quieran realismo.

Con ‘Las chicas del cable’ igual. Luego sí se acabó politizando un poco más. Yo siempre digo ‘Comprometámonos cuando sea importante’. Cuando en su día hicimos ‘800 metros’ para Netflix teníamos que posicionarnos de alguna manera. Pero si hacemos ficción, hacemos ficción para entretener.

P. ¿La militancia por decreto te parece un error?

R. Creo que es un error porque al final te sitúas en un lugar complicado. Ten en cuenta que yo ahora mismo tengo en Bambú a más de 500 personas y tengo una responsabilidad como empresario. Otra cosa distinta es que yo tenga mis ideales, pero al final tengo una empresa que es diferente a mí y en la que trabajarán gente de derechas, gente de izquierdas...

Eso sí, yo no voy a hacer un discurso de ultraderecha porque estoy completamente en contra y soy más de izquierdas. Pero hay un camino en el medio con el que se puede trabajar.

P. También se os ha acusado mucho de ser anacrónicos en las series históricas…

R. Con ‘Hispania’, por ejemplo, nos cayeron hostias como panes. Todas las semanas había editoriales criticándola en los periódicos. En los tráileres ya se veía que no pretendíamos hacer nada histórico, sino algo más tipo tebeo. Pero fíjate que aquel momento nos afectó tanto esa crítica que cambiamos la serie entera de cara a la segunda temporada.

Para mí, el gran fracaso de ‘Hispania’ fui yo con mi decisión de cambiar en la segunda temporada a causa de esas críticas. La primera era una serie luminosa que podían ver los niños.

placeholder Fotograma de 'Hispania'. (Atresmedia)
Fotograma de 'Hispania'. (Atresmedia)

P. ¿Qué lección aprendiste?

R. Dije: ‘Chicos, cuando algo nos funcione, que nos disparen desde todos lados. Da igual’. Y eso nos ayudó porque cuando llegó ‘Las chicas del cable’, las críticas también fueron feroces. Alguna decía que aquello era ‘Velvet 2.0’. Su éxito demostró que teníamos la razón en ese caso.

Otras veces sí la hemos cagado, pero en ese caso teníamos la razón. Hay que lograr que la crítica de tanto de la industria como de la prensa o de la gente, no te afecte lo más mínimo.

P. Crees, por tanto, en el audiovisual que está hecho simplemente para entretener…

R. Cuando el que está viendo tu serie llega a casa cansado con sus problemas, la hipoteca, los niños, el marido, la mujer o el jefe…necesita una hora para desconectar. Es lícito no hacerlo con algo sesudo o con un posicionamiento político.

A ver, si nos lo paga el Ministerio de Cultura o una asociación de historiadores digo ‘vale, pues hagámoslo como ellos dicen’. Pero si no, no.

placeholder El reparto de 'Gran Reserva'. (TVE)
El reparto de 'Gran Reserva'. (TVE)

P. Antes hablabas de la diferencia existente con la gente que empieza ahora en un trabajo similar a los que tú has desempeñado. ¿Qué ves en ellos?

R. Los jóvenes vienen muy fuertes y con mucha cultura audiovisual. Nosotros empezamos dando palos de ciego. Tú piensa que en aquella época, cuando yo empezaba, teníamos las series que llegaban a España, que eran poquitas. Había unos DVD que te enviaban con dos capítulos piloto de varias series del mundo.

Una vez al mes tenías un DVD en el que podías ver un piloto de una serie de Sudáfrica, por ejemplo. La siguiente una de Argentina, una de Ecuador. Y ahora, cuando hablo con mis guionistas jóvenes ya lo han visto todo: el cine, las series, los clásicos…

P. Garci dice que hoy en día puedes ver lo más representativo de la historia del cine en dos meses…

R. Exacto. Yo recuerdo ponerme a grabar el ‘Cineclub’ de La 2. Porque además nunca era capaz de programarlo y me levantaba a escondidas para darle a REC. Hoy en día cualquier chaval, por medios legales, puede encontrar cualquier película.

P. Pero, ¿no crees que se ha perdido cierta reverencia hacia el contenido?

R. Totalmente. Ahora mis hijas tienen todas las plataformas y no existe esa reverencia hacia un contenido para el que nosotros teníamos que esperar. Pasa también con la música. Recuerdo que en mi pueblo no había tienda de discos, te llegaba la revista ‘Disco Play’ y esperabas que llegase ese disco que anunciaban.

Recuerdo la primera vez que escuché a ‘Héroes del silencio’ en una cinta de cassette. En una cara estaba ‘Entre dos tierras’ y yo la rebobinaba para escucharla una y otra vez. Ahora eso ya no pasa.

placeholder Campos, en una imagen de archivo. (Gtres)
Campos, en una imagen de archivo. (Gtres)

P. ¿Qué piensas de los que defienden el contenido físico porque no todo puede encontrarse en las plataformas?

R. Es verdad que hay muchas películas que no están. Y justo la que vas a ir a buscar. A mí, además, me encanta ver el contenido adicional, los making of o los documentales, que no están en las plataformas. Escuchar el audiocomentario de los directores…

Recuerdo ver ‘En el estanque dorado’, la película con Katharine Hepburn y Henry Fonda, una y otra vez. Me sabía los diálogos enteros. Ahora nadie repite con la misma película. Solo los niños cuando les da por algo tipo ‘Frozen’ y la ven una vez tras otra. Pero tiene que ser fenómenos, no es una película random a la que de repente tú le tienes amor y te la pones una vez tras otra porque es la que tienes en casa.

P. Volviendo a echar la vista atrás, y teniendo en cuenta que este año cumples 50 años, ¿hay algo de lo que te sientas especialmente orgulloso?

R. Muchas cosas. Las series documentales, por ejemplo, porque de repente era como mi pequeña esquina del patio del colegio en la que me dejaban jugar. De ‘El caso Asunta’, porque significó volver otra vez de nuevo a Galicia, como ocurrió con ‘Fariña’.

Creo que cada serie tiene su momento. La gente suele hablar de mucho de ‘Fariña’, por cierto. Esa es una de las que creo que permanecerán en la memoria colectiva.

P. Con aquella serie parece que todo jugó a favor, ¿no?

R. No te creas. Era una serie en la que los protagonistas son masculinos y las mujeres aparecen tardísimo en la historia. Tampoco podíamos hacer capítulos de 70 minutos. Iban a ser de 55 minutos como mucho. Además, hay mezcla de gallego y castellano, no hay disparos, los narcotraficantes hablan mucho y no hay actores guapos. La idea era que no fuese para una cadena en abierto sino para plataformas. Movistar estaba detrás, además.

P. El proceso de cómo llegó a Antena 3 fue curioso también…

R. Claro, de repente, Sonia Martínez dijo que la quería y creo que esa sensación de ‘¿que hace esto en Antena 3?’ fue parte de lo que acabó creando el mito ‘Fariña’. Y además , tuvimos toda la suerte del mundo. Parecía que habíamos pagado nosotros la promoción porque en ese momento secuestraron el libro por orden judicial, detuvieron a Sito Miñanco. De repente Laureano Oubiña demandó la serie antes de verla. Hubo una noticia tras otra noticia tras otra y acabamos saliendo en todos lados.

P. También hicisteis mucho por normalizar el acento gallego en una serie

R. Claro, el gallego ya no era el paleto, el andaluz no era la criada. No había que poner a hablar a los personajes con acentos de extrarradio. Puede aparecer un juez con acento gallego y no pasa nada.

placeholder 'Fariña', serie clave en la evolución de Bambú. (Atresmedia)
'Fariña', serie clave en la evolución de Bambú. (Atresmedia)

P. ¿Qué consejo le das a aquellos que empiezan en esto?

R. Pues que hay que acortar las fases del duelo. Yo tuve batacazos que me costaba superar meses. Por ejemplo, en 2008 cancelaron ‘Guante blanco’ un 7 de noviembre, el día de mi cumpleaños. Yo decía ‘¡hostia! qué mala señal’. Además, soy supersticioso. Tardamos meses en crear una nueva serie que luego tumbamos, una que íbamos a presentar a Teresa (Antena 3), que se llamaba ‘Tres Hermanas', curiosamente con la misma trama de ‘Seis hermanas’ pero sobre tres. Y de repente, el día que la vamos a presentar yo le digo a Teresa, mi socia, y a Gema, que no iba a tener éxito.

Después, en una noche, creamos ‘Gran Reserva’ y el eslogan con el que la vendimos. Además, se me ocurrió la idea de que para que se acordasen del personaje tenía que llamarse como un escritor famoso. El personaje de Miguel Cortázar se llamaba así por Julio Cortázar.

Todo ese proceso duró muchísimos meses. Con el tiempo hemos ido acortando el proceso de duelo, el proceso de análisis, el de creación… Así que lo que les diría a los jóvenes es ‘Sufre menos, acorta los procesos de duelo y crea más rápido’.

P. Eso se puede aplicar a casi todo en la vida, ¿no crees?

R. Claro. Si has tenido una decepción sentimental, cuando tengas 80 vas a acumular muchísimas más decepciones. Cuanto menos las sufras va a ser mejor para ti, porque te vas a reconstruir pronto y lo vas a intentar con una nueva relación.

P. ¿Has arriesgado mucho para llegar donde estás?

R. Estudié psicología en 4.º de carrera, la dejé y me fui a Pamplona. Cuando acabé audiovisuales y estaba en Madrid, tenía un buen puesto en una agencia de publicidad y me horrorizó tanto la ciudad que me volví a Galicia, a mi habitación de adolescente. Entonces empecé de cero allí como guionista. Luego acabé volviendo. Lo que quiero decir es que si no llegas a algo con 20, el mundo no se acaba. Y si llegas a algo con 50, tampoco pasa nada. Hay escritores que escribieron su primera novela a esa edad.

Aunque al espectador medio pueda no sonarle su nombre, Ramón Campos es historia de la televisión. A punto de cumplir 50 años, este productor, guionista y director fundó Bambú junto a Teresa Fernández-Valdés en 2007. Y gracias a ello, es una de las personas detrás de éxitos como ‘Velvet’, ‘Gran Reserva’, ‘Fariña’ o ‘Las chicas del cable’.

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