Hemos probado la fragancia que captura el plan definitivo de otoño: sofá, peli y manta
La nueva edición limitada de Ariel y Lenor apuesta por las notas cálidas y envolventes para transformar la colada en una experiencia sensorial de temporada
El termómetro baja, anochece antes, las calles se llenan de hojas naranjas y, de repente, el hogar vuelve a reclamarnos. Es la estación del slow living, del ‘me quedo en casa’ sin excusas, de redescubrir los sentidos. Uno vuelve a fijarse en el tacto suave de las mantas, en el olor que desprende la ropa recién lavada, en la sensación de hogar que te recibe al abrir la puerta. Y quizá por eso nos volvemos más sensoriales. Queremos rodearnos de texturas que abrigan y aromas que emocionan.
Y es que, seguro que estás de acuerdo, hay pocas sensaciones tan placenteras como la de inaugurar el otoño de puertas hacia adentro. Es la temporada en la que el hogar se convierte en refugio y en la que los pequeños detalles, como el olor a colada limpia o a café recién hecho, una película de fondo o una taza caliente entre las manos, marcan el ritmo de nuestros días.
El otoño y el placer de quedarse en casa
Para terminar de dar con la tecla otoñal, este año hemos probado una fragancia que captura precisamente ese instante: cálido, mullido, pausado y reconfortante. Una esencia pensada para impregnar la ropa y los textiles con el aroma del auténtico plan de otoño: peli y manta. Porque sí, no hay nada más evocador que un aroma. Puede transportarte a un recuerdo, a una estación, a una emoción. Y en otoño queremos, más que nunca, fragancias cálidas, envolventes, que nos acompañen en esa transición hacia días más lentos.Y no exageramos: la nueva propuesta de Ariel y Lenor huele justo a eso, mientras te ofrece una limpieza impecable y un frescor duradero.
Un aroma que se queda y lo envuelve todo
Con esa idea en mente llega 'Peli y Manta', la nueva edición limitada de Ariel y Lenor disponible solo durante estos meses y que busca, literalmente, capturar la sensación del hogar otoñal. La fragancia combina gardenia y arce dorado, y el resultado es un aroma cálido, ligeramente dulce, envolvente y muy confortable. Huele a ese momento en el que te acomodas en el sofá y sientes que el mundo, aunque solo sea por un rato, se detiene.
Lo mejor es que el olor no se queda solo en el instante de la colada. Permanece en la ropa, en las sábanas, en los textiles que más usamos en esta época. Y ahí está el punto diferenciador: el aroma acompaña la experiencia, la prolonga y la hace cotidiana.
Un ritual completo
La edición limitada incluye detergente líquido, cápsulas PODs y perlas de perfume para la colada, pensadas para potenciar el aroma y prolongar la sensación de frescor. Nosotros hemos probado la combinación de detergente y perlas de perfume, que deja la ropa suave, limpia y con ese olor cálido tan característico que, sin ser invasivo, acompaña.
Si el otoño es tu estación y el hogar tu refugio favorito, esta fragancia encaja con esa filosofía. No es solo un olor: es una atmósfera. Una forma sensorial de potenciar lo que ya sabemos que nos hace felices en esta época del año: manta, sofá, película, calma y rituales cotidianos que huelen a tiempo para uno mismo.
El termómetro baja, anochece antes, las calles se llenan de hojas naranjas y, de repente, el hogar vuelve a reclamarnos. Es la estación del slow living, del ‘me quedo en casa’ sin excusas, de redescubrir los sentidos. Uno vuelve a fijarse en el tacto suave de las mantas, en el olor que desprende la ropa recién lavada, en la sensación de hogar que te recibe al abrir la puerta. Y quizá por eso nos volvemos más sensoriales. Queremos rodearnos de texturas que abrigan y aromas que emocionan.