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Así son los Champalimaud, los herederos de la dinastía que resurge en Portugal
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Así son los Champalimaud, los herederos de la dinastía que resurge en Portugal

En el corazón del Parque Natural de Cascais-Sintra (Portugal) se encuentra uno de los refugios de la jet portuguesa. Hablamos con Miguel y Pureza, las nombres de este imperio

Foto: Los hermanos Champalimaud Montez con Oitavos Hotel, en Cascais, de fondo. (Foto: Thomas Canet)
Los hermanos Champalimaud Montez con Oitavos Hotel, en Cascais, de fondo. (Foto: Thomas Canet)

"Esa alta sociedad nacional e internacional que ya acudía a la ribera portuguesa, atraídos por el abolengo histórico de Estoril, que pillaba al lado, ahora tiene otro punto de referencia. Nuestro bisabuelo fue un visionario, ya creó aquí un centro ecuestre en 1920, plantó árboles, buscó agua. El crack económico de 1929, las guerras mundiales y las disputas hereditarias familiares han hecho que hasta la década del 2000 no arrancara este hotel y su campo de golf", espetan Pureza y Miguel Champalimaud Jr, mientras paseamos por los casi dos mil metros de lobby de este singular establecimiento, el Oitavos Hotel. Ambos hermanos son cercanos en el trato y nadie diría que son los dueños del hotel y de esta finca de 900 hectáreas a 20 minutos de Lisboa.

placeholder Terraza y piscina de Oitavos Hotel.
Terraza y piscina de Oitavos Hotel.

La prensa norteamericana conoce actualmente la zona como la Berverly Hills europea y el lugar ha hecho que numerosas quintas de fortunas locales configuren una zona residencial privilegiada colindante al complejo turístico que se erige hoy bajo el romántico nombre de Oitavos Hotel, que hace referencia a los ocho faros que hay en esta zona, muchos de ellos determinantes en la luchas contra el duque de Alba, al mando de los navíos de Felipe II.

El hijo de tres años de Miguel corretea ajeno a esta entrevista por el inmenso lobby de casi 2.000 metros. Un establecimiento acristalado en su totalidad en la linde del Parque Nacional de Sintra-Cascais con vistas al océano Atlántico. Tanto Miguel como Pureza viven en la colindante y pequeña localidad de Areias, próxima a Oitavos, muy cerca de la playa de Guincho, paraíso surfero colindante con el espectacular Parque Nacional de Sintra-Cascais, donde casi todo son privilegiados unifamiliares. Ellos, que tienen la discreción como norma de la casa, no dan nombres ni de sus vecinos ni de las fortunas que les visitan.

Una generación sin disputas hereditarias

Pureza y Miguel son los bisnietos de Carlos Champalimaud Montez, hermano de Antonio Champalimaud, una de las fortunas históricas de Portugal. Pero vayamos por partes. Carlos Champalimaud Montez compró hace más de un siglo a Henrique Jorge de Moser, conde de Moser, una finca de unas 900 hectáreas situada a las afueras de Cascais en dirección a la playa de Guincho llamada Quinta da Marinha, una propiedad yerma cubierta por dunas, tocada por la brisa del Atlántico y a más de tres horas a caballo de Lisboa. Hoy ese erial es un vergel poblado de pinos atlánticos y con 14 minas de agua potable.

Hace menos de una década, el bisnieto del primer Champalimaud, Miguel Jr. (36), cogió las riendas de la finca familiar, junto con su hermana Pureza (39) y Rodrigo (35). Solo ha quedado fuera del negocio Marta, de 33 años, que es diseñadora de moda bajo la marca Martine Love y cuyos diseños que mezclan los bordados tradicionales de Viana do Catelo con un patronaje contemporáneo se venden en la tienda del hotel.

"Todos nos llevamos bien, incluso con los primos, que tienen terrenos adyacentes. En esta generación, por suerte, ya no hay tensiones y los negocios han empezado a prosperar", explica Miguel, un joven apuesto que domina el castellano y lo mezcla con un acento británico perfecto cuando habla de su sector.

El espacio se usa en temporada baja para eventos corporativos. Aquí Audi ha presentado modelos y recientemente acudieron 1.300 personas a celebrar un congreso digital. "Lo corporativo es el 40% del negocio, el otro 40 es de clientes que vienen por ocio y el 20% restante son golfistas", afirman los hermanos con los datos en la mano.

placeholder Miguel Champalimaud en una de las terrazas del Oitavos Hotel.
Miguel Champalimaud en una de las terrazas del Oitavos Hotel.

En un octava del terreno heredado se erigió esta megaconstrucción transparente con forma de Y griega que mira al mar y donde todo, hasta la bañera y los techos, se tiñe de azul atlántico. Un hotel de cinco estrellas que se ha convertido en el refugio de quien busca anonimato y la ausencia de fotógrafos indiscretos. Además, el campo de golf Oitavos Dunes ha sido calificado recientemente por la revista 'Golf Magazine' como el mejor de la península ibérica y uno de los tres mejores de la Europa continental. "Aquí el cliente mira el hoyo y el océano a la vez. Pocos lugares tienen esto", recalca Pureza.

La 153 persona más rica del mundo

Los Champalimaud son una de las sagas financieras más fascinantes de Portugal. Los Champalimaud de Oitavos Dunes son descendientes del magnate luso António Champalimaud, cuyo lema era: "Aparte del honor, todo se compra y todo se vende". Este banquero fue el dueño de la mayor fortuna portuguesa, la 153 persona más rica del mundo, y falleció hace ya una década dejando un inmenso legado. Aunque en 1999 vendió todo su grupo financiero al Banco Santander –seis bancos y una aseguradora valorados en 886 millones de euros– para, ojo, "evitar rivalidades entre los hijos tras su muerte”, según relata José Freire Antunes, historiador y biógrafo de Champalimaud. Pero no lo consiguió.

A la muerte del doctor Champalimaud, la finca Quinta da Marinha fue dividida entre sus cuatro hijos después de un complicado proceso hereditario. "Este es un sueño familiar que se ha ido cumpliendo por fases. Nuestro abuelo Carlos, el hermano de António, desarrolló el centro hípico que hoy todavía funciona", explica Pureza, una mujer delicada de aspecto que lleva con mano firme el negocio.

placeholder Vistas al Atlántico del campo de golf Oitavos Dunes.
Vistas al Atlántico del campo de golf Oitavos Dunes.

En la década de los 80 comienza la construcción de las primeras y lujosas viviendas, a las que se sumará más tarde el primer campo de golf, desarrollado por Robert Trent Jones, y el hotel Quinta de Marinha, propiedades hoy en manos del empresario José Carlos Pinto Coelho. El padre de Pureza, Rodrigo y Miguel, Miguel Champalimaud, conservó una cuarta parte de la propiedad original, precisamente la más próxima al frente marítimo. En 2001 inauguró el campo de golf The Oitavos Dunes. En 2004 puso en funcionamiento el club de tenis y el centro deportivo, uno de los más completos de Portugal.

placeholder Sauna de Oitavos Hotel.
Sauna de Oitavos Hotel.

Pero esta rama familiar no solo gestiona este establecimiento donde se vive con la mágica contradicción de un parking repleto de coches de alta gama y sus propietarios paseando en bici en chanclas por los senderos que bordean las dunas. Además de la inmobiliaria, los complejos deportivos y el hotel, Miguel Champalimaud es propietario de una bodega en la zona de Oporto, Quinta do Cotto, donde nació él y sus tres hermanos. Los vinos familiares están también en los tres restaurantes que tiene el hotel. La de las bodegas bañadas por el Douro es otra historia.

"Esa alta sociedad nacional e internacional que ya acudía a la ribera portuguesa, atraídos por el abolengo histórico de Estoril, que pillaba al lado, ahora tiene otro punto de referencia. Nuestro bisabuelo fue un visionario, ya creó aquí un centro ecuestre en 1920, plantó árboles, buscó agua. El crack económico de 1929, las guerras mundiales y las disputas hereditarias familiares han hecho que hasta la década del 2000 no arrancara este hotel y su campo de golf", espetan Pureza y Miguel Champalimaud Jr, mientras paseamos por los casi dos mil metros de lobby de este singular establecimiento, el Oitavos Hotel. Ambos hermanos son cercanos en el trato y nadie diría que son los dueños del hotel y de esta finca de 900 hectáreas a 20 minutos de Lisboa.

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