un sueño largamente perseguido
Las nieves del Kilimanjaro, el sueño cumplido de Willy Bárcenas
El cantante de Taburete llevaba años persiguiendo la cima de una de las montañas más altas del mundo. Por fin lo ha conseguido
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El líder de Taburete en la montaña y cumpliendo uno de sus grandes sueños. Hacía años que Willy Bárcenas perseguía escalar la cima del Kilimanjaro, una de las montañas más elevadas del continente africano. Esta semana, por fin lo ha conseguido. Tras meses de arduo trabajo, el hijo del extesorero del PP se ha tomado un descanso profesional y ha pisado aquellas 'nieves del Kilimanjaro' de las que escribiese Ernest Hemingway en su famosa obra para volver con más fuerza que nunca.
Aunque el pasado verano ya visitó África en compañía de Loreto Sesma, su novia, ahora ha vuelto a Tanzania para escalar una montaña que mide nada menos que 5.895 metros de altitud. "Es un sueño"; declaraba hace unos días en una de esas publicaciones de Instagram en las que ha ido contando algunos de los pasos de su monumental viaje. Tanto él como sus compañeros (entre los que se encontraba el integrante del grupo Dvicio) han izado la bandera española una vez que han logrado alcanzar la cima.
"Un sueño más conquistado. Sangre, sudor y lágrimas con mis hermanos Vinicius (...) Viva Taburete, viva la música y viva España", gritaron los jóvenes al unísono.
Un año complicado
El joven ha vivido un año difícil con el encarcelamiento de sus padres. El pasado mes de septiembre ofrecía una entrevista a 'Vanity Fair' en la que se pronunciaba sobre sus progenitores y lo sucedido. “Mi padre no es ningún santo, de acuerdo, pero no es el Satanás que han pintado. Está condenado por delitos fiscales, recordemos. En ningún caso por corrupción. Yo, en otras circunstancias, sería la persona más feliz del planeta”. Otras circunstancias que no fueran tener un padre condenado a 33 años de prisión y una madre a 15.
“Yo lo había hablado con abogados... Me ponían en esa situación: mi madre absuelta y mi padre con una condena de cinco años. De seis, de siete, de ocho como máximo. Lo que es incomprensible son estas penas que se han querido imponer tratando a mis padres como poco menos que terroristas”, explicaba Willy.
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